Capítulo 28: Lentos, pero seguros

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Brandon:
 
—Si todo sale bien, estaré trabajando en estos proyectos—me explica Justin mostrando unas imágenes en su laptop—seria increíble vivir en Nueva Zelanda, al menos por el tiempo que dure la construcción, me gusta mucho la cultura de ese país, los paisajes, es un lugar muy bueno.

—Sí, eso parece.

Me quedo observando a mi amigo quien teclea alegremente su computador, algo en él ha cambiado, bueno de hecho cambiaron muchas cosas desde que volvimos del receso de la universidad. Comenzando por Camile, no se a que están jugando si están en una relación muy seria u otra cosa, pero antes de ella Justin no pasaba más de una semana enredado con la misma chica, no sé qué ha pasado, pero creo que está sentando cabeza en ese sentido.

Segundo la relación con su padre, algo que no estaba bien, ya que cada vez que el señor Anderson venía a su revisión discutían o el señor se pasaba dándole largos y aburridos sermones de cómo ser una persona correcta y que su deber era contribuir con el negocio familiar, bla bla bla, típico problema de familias millonarias. Todo lo mencionado quedo atrás, o sea cada vez que se ven conversan animadamente, se ríen, viendo como era su relación meses atrás uno no creería como están ahora, pero bueno las personas cambian y eso seguro paso con ellos.

La curiosidad que tengo es demasiado así que me tomo el atrevimiento para preguntarle.

—Justin—él se gira desvía su vista de la laptop para observarme—¿Qué ha pasado viejo?

El frunce el ceño demostrando confusión al respecto.
—¿A qué te refieres?

—Haz cambiado mucho en tan poco tiempo—explico—digo ya no eres el mismo Justin de antes, ahora andas con la misma chica por más de una semana, eso es sumamente impresionante viniéndose de ti.

—Ah eso—se ríe un poco como si estuviese recordando algo—pues si hermano, he cambiado, esa chica fue mi salvación y en estos momentos podría decir que la amo.

—Vaya quien lo diría—bromeo—Justin Anderson enamorado.

Este se echa a reír.

—Ni yo mismo lo creo, pero ha pasado hermano—espeta de forma muy segura—ha pasado.

—Eso es bueno—el asiente—¿Y qué hay de tu padre? —inquiero, por unos momentos tenía algo de miedo para preguntarle sobre el tema—digo he notado que las cosas con él han cambiado ¿me entiendes?

Suspira levemente antes de hablar.

—Después de Londres fuimos a casa para pasar al menos unos días en familia con mi madre y mis hermanos—comienza explicando—un viernes por la noche mi madre nos reunió a los dos para hablar en la sala, luego de dos horas de discusiones todo se arregló.

—¿Simplemente se arregló?

—En síntesis, así fue—contesta, realmente me sorprende mucho lo que me está contando—incluso me pidió perdón por tantas cosas, por un momento no quise escucharlo más, le grite algunas verdades en su cara, pero lo vi llorar suplicando que lo perdone y comencemos de nuevo la relación padre e hijo que nunca tuvimos, no se supongo que se me ablando el corazón o algo así.

—Bueno al menos lo hicieron a tiempo—le digo—algunas personas lo hacen ya cuando uno de los dos está en sus últimos minutos de vida.

Pensando bien en lo último es muy cierto, creo que una vida con rencores no es sano para nadie o al menos yo no me veo sintiendo rencor por alguien por más de una semana.

—Pues, me alegro de que hayan podido hacer las paces—comento—ahora ya no escucharemos los gritos del señor Anderson cuando viene de visita.

Justin se ríe.

—Es cierto son tan fuertes que uno los escucha desde su habitación.

—Si tienes razón, a veces venia más histérico de lo normal—dice recostándose por el sofá—al menos desde ahora.

—Espero que así sea.

Ambos quedamos en silencio, Justin a los suyo tecleando su computador de nuevo, yo pensando algunas cosas, como, por ejemplo, este sábado es el cumpleaños de Audrey, hemos estado hablando y en una de esas me había preguntado si iba a estar allí, yo le respondí que no sabía, que estaba muy ocupado, típica excusa de siempre. Creo que es hora de cambiar, como dijo Laura en aquella mágica tarde, vivir el presente, el futuro viene después.

Eso hare.

Inmediatamente saco mi teléfono del bolsillo de mi pantalón y le envió un mensaje a mi hermana diciéndole que el sábado voy a estar allí. Dos minutos después ella me contesta con varios mensajes diciéndome que está muy feliz y que es lo mejor que ha leído hasta el momento.

Sonriente dejo caer el teléfono y me pongo de pie para buscar algo de beber en la nevera. Antes de abrir la puerta de la nevera observo a Justin y le pregunto:
—¿Oye quieres algo de beber?
Este cierra su laptop y levanta su vista hacia donde estoy.

—No, gracias amigo —se pone de pie—tengo que ir por Camile la voy a presentar con mi madre.

—Wow, eso suena increíble—comento—¿pero vas a ir hasta Londres con ella?

—No, mi madre está en la ciudad, y creo que es el momento.

Vaya esta nueva versión de Justin no deja de sorprenderme.

—Pues me parece bien amigo, suerte con eso—le digo sacando la jarra que contiene un jugo manzanas.

—Gracias, la voy a necesitar, te veo luego—se despide para dirigirse a la puerta del departamento para luego salir por ella.

Bebo un sorbo de mi jugo, el cual está más que delicioso, segundos más tardes escucho que tocan en la puerta, dejo el vaso con el jugo a la mitad sobre la mesada para ir a ver quién es. No estoy esperando a nadie, bueno Laura vendría hoy a ver Emma, pero eso sería más tarde, tal vez sea alguien buscando a mi amiga.

Cuando abro la puerta me encuentro con:
—Laura—pronuncio su nombre cuando la veo con una caja con envoltura color rosa en sus manos.

—Hola Brandon—me saluda ella con una hermosa sonrisa.

—Pasa—le digo y me hago a un lado para que ella ingrese al departamento—no pensé verte por aquí tan temprano.

—Pues estaba en casa, Alice aún no ha llegado, estaba aburrida así que decidí venir ahora—deja la caja sobre la mesa de la cocina y luego se gira para caminar lentamente hacia a mí—además de que tenía muchas ganas de verte hoy—se acerca hasta quedar solo a centímetros de distancia—¿acaso tú no te alegras de verme?

—Claro que si Laura—corto la poca distancia que había entre nosotros tomándola de la cintura para apegarla a mi cuerpo—ni te imaginas cuánto—susurro cerca de su rostro, prácticamente nuestras respiraciones se están cruzando junto con nuestras miradas.

Sin dejar que ella pronuncie palabra alguna estampo mis labios con los suyos, al principio ella parece sorprenderse, pero no tarda en responder envolviendo sus brazos a mi cuello, besándome con la misma intensidad y deseo que yo.

Nos separamos lentamente, nuestras respiraciones se encuentran bastantes agitadas, puedo sentir que mis mejillas están ardiendo, siento eso y muchas cosas más que solo ella logra desencadenar en segundos.

—Te extrañado tanto—susurro sobre sus labios.

—Yo también—me contesta pegando su frente con la mía—pero recuerda que hoy no vengo a verte a ti—me dice después separándose.

Ella vuelve a tomar la caja rosada que tenía cuando llego.

—¿Dónde está?

—Está en su habitación, sígueme—le digo y ambos caminamos hasta llegar a la puerta de Emma.

Al llegar doy unos golpes.

—Adelante—grita ella desde adentro.

Al entrar encontramos a Emma sentada en su escritorio tecleando su laptop, su cuarto esta tan ordenado como siempre, una agradable canción suena levemente.

—Tienes visitas—le informo y ella se gira.

Me hago a un lado y Laura ingresa a la habitación.

—Hola Emma—le saluda ella con una agradable sonrisa.

—Laurita, que agradable verte por aquí—se pone de pie para abrazarla—¿Cómo estás?

—De maravilla—le contesta Laura—¿y tú?, se nota que has mejorado bastante.

—Pues sí, estoy mejor, en gran parte se lo debo a Brandon, no sé qué habría pasado si no contaba con su apoyo.

—Lo sé.

Se forma un momento de silencio en el cual mi amiga echa unas miradas sospechosas como si estuviese analizando algo, una situación en específico.

—Te traje algo—habla nuevamente Laura—espero que te gusten.

Le entrega la caja rosada, Emma la recibe y la abre.

—Oh, son mis favoritas, gracias Laura—dice con emoción tomando un bombón, eso era el contenido de la caja, bombones—¿Cómo lo supiste?

—Pues hice algunas averiguaciones—le contesta Laura encogiéndose de hombros y Emma me lanza una mirada.

—Okeyy—deja la caja en su mesa—¿qué les parece si vamos a la sala ordenamos una pizza y unos refrescos?

Laura y yo nos miramos por un momento

—Creo que es una buena idea—contesto.

—Bien adelántense ustedes, yo me cambio y los alcanzo.

Asentimos y salimos de la habitación de Emma para ir de nuevo a la sala.

—Creo que ella ya lo sabe—dice Laura sentándose en uno de los sillones de la sala—o al menos tiene fuertes sospechas.

Imito su acción sentándome cerca de ella en el sillón.

—Vamos a decirlo ¿no? —inquiere—ese fue nuestro acuerdo.

En el rato que llevamos saliendo o viéndonos por decirlo así, hemos creado un acuerdo que consiste en que no íbamos a decirle nada sobre nuestra relación a nuestros amigos, sería como algo en secreto. Aunque solo sería hasta que estemos seguros si queremos seguir con esto y creo que los dos estamos seguros de que queremos hacer esto, no sabemos que pasara, pero estamos dispuestos a enfrentar lo que sea.

Tomo su mano lentamente hasta entrelazarla con la suya.

—Así es—afirmo mirándola fijamente—solo necesito hacerte una pregunta antes—ella asiente—¿estas dispuesta a seguir con esto, sin miedo a lo que pase?

Ella sonríe levemente antes de contestar:
—Claro que sí, estoy dispuesta—contesto con firmeza, lo cual me alegra bastante—en eso quedamos ¿no? —sonrío al recordar aquella charla en la banca del parque el cual ha sido algo increíble, ese día los sentimientos explotaron—si fracasamos al menos tendremos la certeza de haberlo intentado.

Apenas termina de decir su tan emotiva frase tomo su rostro con mis dos manos y la beso, ella responde inmediatamente, en tan poco tiempo nuestros labios se han llegado a entender más rápido de lo normal.

Un aplauso nos obliga a separarnos rápidamente, es Emma quien llega junto a nosotros con una gran sonrisa.

—Eso sique fue romántico, digno de una película—anuncia acercándose sin dejar de sonreír.

Lo ha escuchado todo.

—Deja que te expliquemos—inmediatamente levanta la mano para interrumpirme.

—No necesita que me expliquen nada—objeta—creo que todos nos hemos dado cuenta de lo que está pasando entre ustedes.

—¿Enserio? —inquiere Laura.

—Claro, son muy evidentes, las miradas cruzadas lo dicen todo.

—Te lo dije—me reprocha ella, pero no en forma molesta.

Emma se echa a reír.

—Solo quiero que sepan chicos que cuentan con todo mi apoyo—nos dice Emma, lo cual nos da mucha tranquilidad al escuchar eso—están empezando, lo están haciendo bien asi que no se apresuren en dar pasos apresurados ya que pueden terminar muy mal y lastimados.

Pasos apresurados.

Algo en lo que no había pensado, y al escucharlo decir a Emma entiendo que tiene toda la razón, por algo el dicho “lento, pero seguro” se utiliza tanto en todos los aspectos de la vida.

—Lentos, pero seguros—espeto.
—Exacto.

—Gracias Emma—le dice Laura abrazándola.

—No hay de que—le contesta ella—bueno, ¿Qué les parece si seguimos hablando mientras nos comemos unas buenas pizzas?

Laura y yo asentimos para inmediatamente después comenzamos a preparar todo, Emma llama a la pizzería que no tarda más de veinte minutos en llevarnos las pizzas al departamento.

Y así nuestra tarde prosiguió con nosotros tres comiendo pizza, conversando y por sobretodo riendo.


Nota:
Cuatro capítulos más y esto se termina.

Instragram: andyDK22


Una Tarde en el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora