Capítulo 31: Ánimo Campeón

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Brandon

Suspiro nuevamente mientras pienso en lo miserable que soy. ¿Cómo no pude hacer nada para evitar lo que estaba pasando? ¿Cómo he dejado que ella me controle así? ¿Por qué no reaccione ante ella?

¿Por qué?

Me hago esa pregunta una y otra vez.

Estoy sentando en uno de los sillones del balcón mientras observo el panorama que tengo en frente, el barrio se encuentra calmado como siempre, algunas personas caminando, niños jugando en el pequeño parque, y algunas parejas caminando de la mano. Ver eso hace que el dolor en mi pecho vuelva, pienso en Laura y el dolor se acrecienta.

Recibo un mensaje de Justin diciéndome que vuelve con Emma, él había ido al hospital junto a ella, como lo tendríamos que hacer los dos, pero yo le había dicho que no iba a poder por que tenía un percance, no pidió detalles al respecto lo cual agradecí profundamente ya que no estaba para contar nada y de inventarme algo.

Estoy paseándome por mi WhatsApp viendo los estados de mis contactos, también le envió un mensaje a Laura, no le escribo nada, tan solo le envió una estrellita y un corazón. No habíamos hablado desde esta mañana.
Ella me contesta con otro corazón y luego me pregunta:

¿Estás bien?

Pienso un momento en que decir, pero solo contesto con un: Estoy bien ¿y tú? . No quería complicar nada por el momento, no por ahora ya que de alguna u otra forma tendré que contarle a ella o alguien lo que me había pasado, o sino mi corazón va a reventar por una taquicardia.

Eso es, tengo que contarle a alguien, no a ella específicamente, así al menos tendré una opinión al respecto. Rápidamente se me ocurre alguien, una persona que tiene muchos conocimientos en el tema, más que yo me atrevería a decir.

Busco su chat inmediatamente y para mi suerte está en línea, así que inmediatamente le hago una videollamada.

―Brandon, ¿Qué hay de nuevo? ―me dice el apenas contestado la llamada―. ¿Cómo estás?

Suspiro un momento antes de hablar:
―Hola James, estoy bien.

―Pues en verdad no pareces estar muy bien que digamos.

Lo ha notado de manera inmediata.

―¿Porque lo dices?

―Pues tu cara lo dice todo―explica―, tienes los ojos rojos ¿has estado llorando?

―No.

―Si.

―No estuve llorando.

―Brandon―dice en un tono sutil―. A pesar de que estamos conversando por una videollamada puedo notar que te pasa algo, no intentes ocultar nada conmigo, vamos viejo soy tu primo te conozco casi mejor que a nadie, además eres como un libro abierto, fácil de leer.

Suspiro nuevamente mientras sostengo mi teléfono.

―Ya dime que sucede―masculla ahora―. ¿Paso algo con tu chica?

Si supieras, pero bueno para eso lo he llamado.

―No específicamente con ella, pero todo tiene que ver con ella al final.
Puedo ver como frunce el ceño del otro lado de la pantalla.

―Es complicado.

Él solo niega y se ríe.

―He hecho un desastre.

―Okey―dice entonces―. Tienes que calmarte y decirme todo para que pueda ayudarte, para eso me has llamado ¿no?

―Así es.

Una Tarde en el CaféDonde viven las historias. Descúbrelo ahora