Cap. 5: Casa De Muñecas.

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-Soy Mai Valentine-.

Por alguna razón no dejaba de ver su escote, el vestido que tenía puesto resaltaba demasiado sus senos.

Me sentía avergonzado así que volteé la mirada extendiendo la mano.

-E-Es un placer, conocerla.

Solté en un murmuró tembloroso.

La mujer me miró con diversión haciendo una leve reverencia apoyándose sobre sus rodillas examinandome de pies a cabeza.

Se acercó a mí a lo que lentamente me alejaba.

Soltó una leve risa.

-Nunca he visto a un chico tan tímido por ver el cuerpo de una mujer- tocó mi mejilla, empecé a temblar. -Me gusta.

Tomó mi barbilla haciendo que la mirará.

Mire detalladamente sus ojos, demostraban lujuria, seriedad y "amabilidad" en ellos, sonrió con malicia acercándose más a mi.

De inmediato sentí mis mejillas arder, ¿Pretende besarme?, sus labios se acercaron más a mi hasta el punto de rosar.

Quería alejarla, me siento incómodo y asfixiante. ¡Solo quiero salir de aquí!.

-Aleja tus sucias y pervertidas manos del pequeño.

Una voz resonó detrás nuestro. Sentí alivio, mire atrás, encontrándome con Yami. Sus ojos expresaban enojo hacia aquella mujer que estaba encima mío.

Aquella Mai inmediatamente me soltó mirando a Yami con diversión.

-Creí que habías dicho que los nuevos juguetes se comparten entre todos. Es descortés llegar con algo nuevo y no querer compartirlo.

¿¡Qué yo qué!?. ¿De qué diablos habla?, ¿Juguete?, ¿compartir?.

-¿Q-Qué-.

La mire confundido, ella en cambio sonrió discretamente.

-Pero, él no. Tienes demasiada variedad por probar. A este chico, NO LO TOQUES.

-¿Por qué no?, parece que a él le gusta, ¿no es así?.

Me guiño el ojo, inmediatamente retrocedí pasos negándolo todo.

-No es de tu incumbencia lo que tenga con él- me tomó del hombro. -Y no intentes jugar sucio, reconozco el aroma a zorra a kilómetros.

-¿Así que me conoces, cariño?-.

-Largate de aquí o no tendré piedad.

La tomó de la muñeca con fuerza.

-Eso es excitante.

Habló con voz seductora mirándolo. No sabía ni que decir, ni que hacer. Esto era incómodo.

-Sigo aquí, saben...-.

Ignorandome, se acercó de manera provocativa a Yami, hasta darle un beso en los labios.

El beso empezó a subir de nivel, ella soltaba pequeños suspiros de placer. Mientras que él acercaba aún más su cuerpo jalando de sus caderas.

Y yo... Pues..

¡Estaba en medio de ambos idiotas!, no podía ni siquiera moverme, por un lado los pecho de aquella mujer lujuriosa sobre mi cara y por el otro, el imbécil de Yami tomándome de la cintura.

-Vete, ahora- limpió sus labios con la manga de su camisa.

Ella respondió con una mueca ante la repentina separación. Acomodándose el vestido, para después darse cuenta de mi precencia. A la cual solo sonrió de una forma vengativa.

Viviendo Con La Muerte//Puzzleshipping//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora