Cap. 31: Tragos Con Sal Y Realidad

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La canción que pasaba por las bocinas del supermercado hacia que comenzará a tararear al compás. No sabía cuál canción era y tal vez me equivocaba muchas veces en el ritmo pero me sentía feliz.

Comprobé una vez más la nota que me dió Mahad, me había ofrecido con anterioridad qué pasaría por las compras cuando iba de camino con Joey.

Mi mirada se detuvo a los productos de belleza de Anzu, su cara plasmada en todo el empaque.

—No, no arruinaras mi felicidad hoy— susurré con enojo mientras colocaba el producto de espaldas.

Sé que era tonto pero no deseo ni siquiera mirarla.

De repente sentí como alguien chocaba contra mi, me giré a mirarla con reproche. Entonces me encontré con la mirada de Mai, parecía cansada y destruida, no dijo ni una palabra y siguió su camino. No antes de darme una mirada amenazante.

Me quede plasmado, hace mucho que no la veía, no después de amenazar a Yami, nunca supe que pasó con su estaño harem, ni siquiera sé molesto en contarmelo. Solo dijo que era un problema menor del cual tenía que olvidarme.

Me encoji de hombros, no dándole más vueltas al asunto, ella y yo nunca nos llevamos bien, incluso ahora espero que este viviendo cómodamente.

¡Bien, tengo que volver a mi felicidad!.

Me detuve al ver un peluche de urraca en el estante, lo tomé con diversion. Debería... ¿Dárselo a Yami?.

Él lo rechazará, si fuera de alguien más. Pero sé muy bien que lo tomará por mi.

Pensar en eso hizo que soltará una risa divertida.

Hoy especialmente me siento feliz.

—No deberías tomar algo tan feo— una voz me habló.

—¿Tu crees?, me parece algo... Encantador.

Volteó mi mirada para mirar a aquella persona quien acaba de hablarme. Me sorprendió al ver a Seto aquí,

¡¿Seto Kaiba en un supermercado?!. ¡Eso es algo extraño que ver en estos días!.

—¡¿Qué haces aquí?!.

Pregunté confundido, alejándome un par de pasos.

—No te preocupes, no tienes por qué alejarte. No te haré daño—.

—Si tal vez, tu no pero...

Miré a todas partes, de un lado al otro en busca de Anzu. Me niego volver a ser objeto de golpes de nuevo. No quiero que ocurra de nuevo lo que sucedió en la boda de mi hermanastra.

Coloqué el peluche como escudo de defensa, a lo que el empezó a reír quitandolo de mis manos.

—Sigues siendo tan divertido como antes—. Acarició mi cabello.

—¿Por qué estás aquí?— pregunté quitando su mano.

—Te vi a lo lejos y... —.

—¿¡Me estabas siguiendo!?— grité con angustia.

Algunas personas se nos quedaron viendo, mientras Seto negó rápidamente.

—¡No, no! Estaba dando una vuelta para aclarar mis pensamientos y te vi por la ventana así que decidí venir y saludarte.

—¿Saludarme?— el asintió. —Muy bien, ya lo hiciste. Adiós— me di la vuelta pero agarro mi muñeca.

—Tenemos que hablar—.

—Será después, qué tal... ¿En mil años?— aclaré tratando de deshacer el agarre.

—Te podrás liberar más rápido de Yami—.

Viviendo Con La Muerte//Puzzleshipping//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora