Cap. 32: Un Corazón Qué Aprende A Amar

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Suspiré de nuevo, pensando en las palabras de Joey.

"¿Quieres ser mi acompañante en una boda?"

¿Qué trata de hacer?, ¿Quiere que sea testigo del matrimonio de la persona que amo?, ¿De cómo hice todo mal al dejarlo ir?.

Pero su mano...

No dejó de pensar en su mano, ¿tuvo una pelea?, probablemente. Su departamento era un desastre cuando lo vi, pero esos ojos...

Su ojos no demostraban ningún brillo, solo desprecio y angustia.

No me tengo que quejar ahora. Después de todo acepte ir con él. 

Suspiré con fastidio al pensar en que Anzu estará detrás de esa puerta...

Después de todo, ya no puedo verla con los mismos ojos que antes.

Sacudí mi cabeza para dejar de pensar en eso, abrí y entre a mi hogar. Todo estaba silencioso, al parecer ya estaba durmiendo.

Cerré tras entrar, y me dirigí a las escaleras, pero, una mano jaló de mi camisa. Mire al dueño con molestia, Anzu me fulminaba con la mirada.

—¿Dónde estabas?— cuestionó.

—En ningún lado, no te preocupes—.

—No respondías mis llamadas, era lógico que me preocuparía, te fuiste esta mañana sin decir nada, eres mi esposo al cual amo—.

¿Amor?, ¿eso es lo que sientes?.

“Todo salió a la perfección, no te preocupes por nada. Tengo a mi esposo a la disposición de mi mano”

Subí el primer escalón, pero ella me abrazo por la espalda. Suspiré cansado, ya no quiero esto...

Es una tortura.

—Cariño, deberíamos jugar un poco—.

Subió lentamente su mano hasta llegar a los primeros botones de mi camisa, desabrochó uno por uno.

Estresante...

Recorrió su mano por todo mi abdomen.

No quiero esto... No quiero esto...

Besó mi cuello mientras lo lamia, sus manos bajaron hasta llegar a mi pantalón.

Me di la vuelta para tomar su rostro en mis manos y besarla. Pará después separarme.

Me sorprendí al ver a Yugi, frente a mi, sonriendo y sonrojado. Suspiré con alivio, no sé si esto es una ilusión...

Pero tan solo quiero estar con mi lindo amor una noche...

Solo eso necesito.

Volví a besarlo pero con más ternura y delicadeza, al separarme mi sorpresa más grande fue que Yugi desapareció para encontrarme con Joey.

Me separé al instante de él, sintiendo enojo.

¡Maldito seas, perro! ¿Acaso no puedes dejarme una noche solo?.

—Deberíamos dormir—.

—¿Qué?, apenas es medio día...— me tomó por los hombros. —Acaso es una especie de conexión, tu también lo sientes, ¿verdad?.

—¿Qué?.

—Aún que es cierto que no puedo evitar sentirme tan hormonal hoy.

—¿Cuál es ese motivo?— deshice el agarré para estar frente a frente.

—Tuve una discusión con mis padres, yo no dejo de pensar muchas cosas, hay mucha molestia que quisiera eliminar.

Bufo con enojo.

Viviendo Con La Muerte//Puzzleshipping//Donde viven las historias. Descúbrelo ahora