XXIX

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Abrí mis ojos gracias al sonido del despertador, era realmente molesto, mi cabeza me mataba y sentía el cuerpo demasiado cansado, estiré mi brazo y apagué el despertador para moverme entre las sábanas y darme cuenta que no tenía absolutamente nada de ropa, así que de inmediato me incorpore al recordar lo de anoche, ¿Cómo había llegado a casa? Lo último que recordaba era que Stella me había cargado entre sus brazos y el resto era nada, mire debajo de las sábanas y en efecto, no había nada de ropa, ¿Será que ella y yo? ¡No! Jamás me metería con el ex de una amiga y mucho menos con la ex de Isabella, aún que habían terminado bien, sería muy incómodo para mí la idea de ello. Me quedé pensando unos minutos antes de levantarme de la cama y sin querer pisar a alguien que no esperaba estuviera aquí.

-Ten cuidado -se quejó, se encontraba sobre la alfombra con una pequeña cobija cubriéndola -Creo que deberías taparte -su cara se puso totalmente roja y en eso recordé que estaba desnuda, así que volví a entrar en las sábanas

-¿Qué haces aquí? -le pregunté mientras me encargaba de separar las cobijas para solo tomar una y cubrirme

-Tenía que asegurarme que estuvieras bien, ayer te veías muy mal -se levantó del suelo

-¿Cómo llegamos a mi apartamento y porqué estoy desnuda? -se cruzó de brazos y suspiro

-Mi intensión era llevarte a mi departamento debajo del de Patrick, pero me dijiste que no y que necesitabas llegar a casa, literalmente hiciste un berrinche por ello -noté una sonrisa en sus labios por lo último -así que te dije que me dijeras cómo llegar y cuando mencionaste tu auto no espere que estuviera tan lejos del edificio, pero al final lo encontraste y no me dijiste donde vivías porque solo me decías cosas como; vivo en NYC, vivo en Londres, viví en L.A., en tu corazón e incluso dijiste que solo vivías en la imaginación de la gente -realmente estaba mal anoche como para no recordar eso -por lo que no tuve otra opción mas que revisar tu cartera para ver tu dirección en tu identificación

-Aún no me haz dicho porqué estoy desnuda -le sentencie, se que no está en la posición de sonar molesta, pero quería saber que no la había cagado

-Pues al llegar aquí comenzaste a decirme que te sentías bien y que estabas lista para el espectáculo, así que comenzaste a sacarte la ropa -volví a notar ese rubor -te dije que me trajeras a tu habitación y después de varios intentos logré hacer que te metieras en la cama y durmieras -al fin me miró -Y me quedé porque estabas sola y me preocupo que te pasará algo, no me lo perdonaría y ninguna de tus amigas

-En eso tienes razón -me sonrió -lamento lo de anoche, jamás en mi vida había estado tan mal

-Eso supuse -se sentó junto a mi -¿Qué hacías ahí? -preguntó sin más con un tono serio

-No lo se, supongo que tenía el objetivo de divertirme -le mentí

-Conozco a mi hermano, bueno, al menos parte de él y se que no es del tipo de compañía que acostumbras, ¿Qué hacías ahí? -preguntó nuevamente

-Es algo personal, Stella -me levanté de la cama sosteniendo la cobija, no quería continuar con esa conversación -voy a darme una ducha

-Y yo me iré -se levantó

-No, déjame compensarte lo de anoche; espera abajo, no tardó -asintió y yo fui de inmediato al baño

Mientras me encontraba debajo del agua intentaba recordar la anterior noche, realmente me esforzaba en hacerlo, pero no conseguía algo en ese momento y era estresante, al terminar de ducharme me envolví en la toalla y salí para vestirme con la ropa que usualmente vergüenza todo lo que me había contado y aún más porque literalmente por la mañana me había vuelto a ver desnuda, a demás de que realmente no me sentía tan bien, estaba cansada, pero intentaba contenerme con aquellas sustancias; así que sin más salí de la habitación y bajé al living, encontrándome con Stella sentada en el sillón con los brazos y piernas cruzadas y al frente de ella estaba Mark.

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