XX

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-¿Ya te sientes mejor? -pregunté mientras acariciaba su espalda

-Solo sigue abrazándome -llevabamos veinte o treinta minutos solo abrazadas, su llanto ya había cesado y yo solo disfrutaba el hecho de tenerla entre mis brazos

-Hay tanto que he querido contarte y preguntarte en estos meses -escuché un suspiro de su parte

-No tienes idea de todo lo que yo he tenido que contarte -en su voz pude escuchar un poco de decepción -Pero no hubiera sido justo para ti -se alejó de mí sólo de tal forma en que pudiera mirarme

-¿Justo? ¿Por qué no lo sería? -apretó sus labios

-Yo fuí quién sugirió que lo mejor era estar separadas y si me acercaba a ti solo para contarte mis problemas hubiera sido algo horrible de mi parte -tomé una de sus manos

-No porque no podamos estar juntas de la manera en que lo he deseado prácticamente toda la vida significa que no podamos ser amigas, siempre estoy y estaré para ti sin importar el día, la hora o el lugar, siempre -noté que me miraba de una manera un tanto insegura

-Yo no se cómo decirlo -literalmente al decir esas palabras pude notar como su mandíbula se tensaba

-Solo dilo -solo me miraba y sentía como los dedos de sus manos que ahora se encontraban en mis mejillas acariciaban ligeramente mi piel, no decía absolutamente nada y quizás lo entendí porque de la nada se acercó a mí y deposito un ligero beso sobré mis labios

-Perdón -se intento alejar de mí, pero lo evité, la tomé de una de sus mejillas y volví a unir nuestros labios, solo que en esta ocasión era un beso más prolongado; parecía como si hubiera pasado una eternidad desde la última vez que la había besado de está forma, movía mis labios lentamente sobre los suyos los cuales no tardaron en comenzar a moverse al mismo ritmo que los míos, como siempre, era más que perfecto, sentía como ambas disfrutábamos este beso, yo solo me encargaba de rodear su cuerpo con uno de mis brazos para asegurarme que no se alejaría de mí y con mi otra mano acariciaba su mejilla, mientras que sus manos permanencia sobre mis mejillas, al parecer ninguna de las dos quería que alguna se alejara de alguna manera, pero el aire tenía que volver a arruinar todo haciendo que por la falta de éste, tuviéramos que alejarnos -Dua, tenemos que hablar -dijó a escasos centímetros de mis labios

-Solo un último beso -me acerqué de nueva cuenta para unir nuestros labios en un corto beso -Ahora, hablemos -se alejó completamente de mí, no podía tocarla ni ella a mi, pero aún manteniendo una cercanía considerable para poder escucharla y verla

-Está bien -se veía realmente nerviosa

-¿Segura que estás bien? -negó con la cabeza -¿Necesitas ayuda?

-Solo intento buscar la forma correcta en decir lo que tengo que decir -miraba el suelo

-¿Qué sucedió con Mark en aquella ocasión en la que se pelearon en la calle por primera vez? Y no vuelvas a decirme que fue tu culpa -noté que movía sus pies de una manera extraña, estaba ansiosa

-Es que sí lo fue, yo solo -volvió a suspirar y llevó una de sus manos a su cabello -fuí una total loca

-No, todo está bien, todos hemos pasado por un mal momento, ¿Pero qué podría ser tan malo para ponerlo de esa forma? -soltó una risa un tanto nerviosa y luego noté como mordió su labio inferior con un tanto de ansiedad

-Me gustaría ahorrarme esa explicación -me miró de nueva cuenta; realmente necesitaba una respuesta y podía notar en su mirada que ella sabía que realmente yo lo necesitaba o iría a golpear a Mark, pero en lugar de darme la respuesta que deseaba solo soltó -Dua, ya no soy la misma chica a la que amabas

ADORE #Dua Lipa y Tú#Donde viven las historias. Descúbrelo ahora