18-manzana

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- Yumiko, si quieres ir al parque debes comerte la merienda.- dije molesta.

- Es que no quiero, no me gusta la pera.-dijo la pequeña apartando la cabeza.

- Me dijeron que los 5 años eran complicados, pero jamás imaginé que fuera para tanto.-suspire.

- ¡YA ESTOY EN CASA!-grito Ulrich desde la puerta.

- Si, papa ya esta en casa.-dijo Yumiko bajandose de la silla.

- Yumiko ven aqui.-dije corriendo detras de ella.

- Al menos alguien se alegra de verme.-dijo Ulrich abrazando a la pequeña.

- Perdona, es que no consigo que meriende.

- No te agobies Yumi, anda ven aquí.- dijo el castaño abrazándome.- Igual es que hay que probar con otra cosa.

- Si, será eso.-dije de un suspiro.

Aunque Yumiko ya llevara 5 años entre nosotros, a Ulrich y a mi aún nos costaba adaptarnos. Menos mal que nos teníamos el uno al otro, sino esto habría sido un auténtico desastre de principio a fin. La verdad, no puedo tener quejas de Ulrich, es una pareja estupenda y un padre ejemplar. Me siento afortunada de poder decir eso.

- Ven aquí Yumiko, puedes ir al parque con la condición de que meriendes allí.- dijo Ulrich a la niña.

- ¡Que no quiero, tú no me mandas!-grito la niña golpeando la fruta haciendo que esta cayera al suelo.

- Esta niña está haciendo que pierda la paciencia, extraño como éramos antes.-dijo Ulrich.

- ¿A qué te refieres?-pregunte.

- Me refiero a que echo de menos quedarme hasta tarde por la calle, echo de menos ver a nuestros amigos, además me gustaría estar más tiempo a solas contigo.-dijo abrazandome por la espalda.

- A mí también, pero es lo que hay, tenemos a Yumiko y tenemos que dar ejemplo. También tenemos que cuidarla y sabes muy bien que eso requiere una responsabilidad.

- Si, pero jamás imaginé que fuera así...

- Estas sugiriendo que preferirías que Yumiko no formara parte de tu vida.

- Yo no te dicho eso, solo he dicho que esto me cansa, que no me emociona estar detrás de una niña que me toma por tonto.

Al escuchar eso sali corriendo de allí, senté a la pequeña en la silla y me la llevé al parque. No quería enfadarme con Ulrich delante de la niña, no quería engañarla ni darle una imagen falsa de su familia, pero preferí que no nos viera en esa situación.

Cuando llegue al parque y solté a Yumiko, me di cuenta de que necesitaba desahogarme, quería hablar con alguien, así que tomé la decisión de llamar a Aelita.

Llamada de Yumi y Aelita:

- Aelita, ¿estás libre?

- Si, ¿pues?-pregunto la pelirrosa.

- Es que he discutido con Ulrich, necesito hablar.

- Oh, lo siento mucho por ti, ¿dónde estás?

- En el parque de nuestro barrio.

- Ok, voy para allá.

- Gracias, Aelita.

Fin de la llamada.

- Ya estoy aquí.-dijo Aelita aproximándose al banco en el que estaba sentada.

- Que rápido has venido.

- Si, bueno cuéntame,¿que a pasado?

- Ulrich a dicho que está cansado de cuidar de Yumiko, que está harto de ir detrás de una niña.

- ¿Que me dices? Crei que le hacía ilusión ser padre.

- Si, pero Yumiko fue un accidente, no lo teníamos pensado, aún somos jóvenes, pero igualmente decidimos tenerla y ahora se queja de que no puede salir de noche.

- Entonces si decidisteis tenerla, debería de apañarselas y ser consciente de que la niña no se va a criar sola.

- Ya, pero parece que no tiene tacto.

- Te entiendo, ¿y qué haréis?

- No lo sé. Por ahora dejar que Yumiko juegue en en parque y después regresar a casa.

- Ya sabes como es Ulrich, seguro que cuando llegues ya estará mejor y podréis hablar del tema más seriamente.

- Eso espero...

Mientras tanto en la casa:

- Soy inútil.-dijo Ulrich.- ¿Que puedo hacer?

- Pues... yo que tu pensaría donde podrían haber ido.-dijo Odd.

- Seguramente hayan ido al parque, Yumiko quería ir.

- Entonces ya lo tienes, ahora piensa como podras disculparte.

- Es increíble que pensando de esa manera no tengas pareja, ¿a qué esperas amigo?

- En realidad no espero nada, todas las damas pueden probar un poco de Odd el magnífico y ¿quién soy yo para privarselo?

- Jajajaja, esta bien, gracias Odd.

De vuelta en el parque:

- Ya son las 8, no va a venir.-suspire.

- Igual está esperando en casa para hablar contigo.- dijo Aelita tratando de animarme.

- La verdad, no tengo ni idea.

En ese momento vi a lo lejos a Ulrich, iba con un tupperware en la mano y un ramo de rosas en la otra.

- ¡Yumiko!-llamo a la niña.

- Si, papi.-dijo la peque.

- Toma, es manzana igual te gusta más que la pera, cómetela.-dijo el castaño.

Cuando le dio la fruta a la pequeña, se acercó al banco donde estábamos Aelita y yo vigilando que no le pasara nada a la niña.

- Yumi.-suspiro.

- Que.- dije fríamente.

- Yo, lo siento mucho, de verdad no era mi intención. Sabes de sobra que yo quiero a Yumiko con todo mi corazón, solo es que a veces esta situación me sobre pasa y no logro ser racional, te prometo que intentaré dar lo mejor de mi. Pero, por favor acepta mis disculpas, te traje unas flores.

- Esta bien, acepto tus disculpas y el ramo de flores.

- Gracias.- dijo Ulrich abrazandome.

- Nunca cambiareis, ¿verdad?- dijo Aelita riéndose.

25 momentos (ulrich y yumi)🖤Donde viven las historias. Descúbrelo ahora