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Pov Genobeba

Abrí los ojos abrazada por una cálida brisa y algunos rayos de sol.

Había un olor dulce en el ambiente, como a flores y a café.

Era agradable y me tenía embelesada.

Me moví entre las suaves sábanas y sonreí. Aquel era un despertar maravilloso, de los que yo no tenía cuando estaba en Londres.

Entonces lo recordé, estaba en Londres en la casa de Salvador y en su cama.

Me senté de inmediato y busque con la mirada hasta que lo encontré sentado cerca de la ventana tomando una tacita de café.

Solo llevaba el pantalón del pijama y miraba hacia afuera con añoranza.

-Buenos días.

Dije bajito y la voz me salió más ronca de lo que había pretendido.

Salvador se giró y clavo su mirada avellana en mi.

Quizás fue porque me acababa de despertar, pero parecía diferente. Algo había cambiado en él, se veía más tranquilo y más relajado.

-¿Has dormido bien?

Interrogó poniéndose de pie y saltándose obviamente el saludo de cortesía.

- A pesar de todo, he dormido estupendamente. Pero de todas formas jamás olvidaré lo me hiciste

Él sonrió de medio lado y yo seguí sus pasos con los ojos. Llevaba el dorso desnudo y me estaba costando despegar la mirada de todos aquellos músculos entrando en tensión.

Los pensamientos se volvían a confundir en mi cabeza.

Caminó hasta la puerta del baño y antes de entrar se giró a mirarme.

-Yo te aconsejo que además de no olvidarlo, aprendas de tu error. Todo paso porque eres una chiquilla inmadura e insolente. Cuando dejes de serlo te irá mejor.

¡El muy sinvergüenza, tenía el descaro de culparme, insultarme y darme consejos inútiles!

La rabia bullio en mi interior y tome lo primero que tenía a mano(una Almohada) y se la lance con todas mis fuerzas.

Pero él fue más rápido y abrió la puerta para introducirse en el baño y la almohada choco contra ella.

-¡¡Idiota, arrogante!!

Grité enfadada y me crucé de brazos.

Era un idiota de lo pero y eso yo lo sabía desde antes. Pero por algún motivo lo había comenzado a olvidar.

Me volví a recostar entre las sábanas y cerré los ojos recordando los malditos sucesos de la noche anterior.

FLASBACK

Después de un rato en el que no pude liberarme de mi madre, encontré a Salvador hablando con dos hombres y Elene conversaba con dos chicas realmente guapas.

Me acerque a paso rápido y sin esperar a que él se diera cuenta de mi presencia le tome la mano. Haciendo que lo que decía se quedará a medio camino y sus ojos avellanas se posaron en mi con sorpresa.

-¡Cariño! Te buscaba—Le dije melosa tratando de parecer una novia cariñosa— ¿No me presentas a tu amigos?

Él abrió los ojos y asintió.

- Blas, Joseph, Neptali, Andrea...les presento a Genobeba Rosindwl. Cariño ellos son mis amigos de la infancia y...sus esposas.

Los cuatro sonrieron con sincera alegría y una de ellas, una rubia con el cabello casi blanco, se acercó y me dio un abrazo.

Heridas Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora