2

1.7K 104 2
                                    

-¿Me quieres explicar, qué demonios pasó?

Exigió Jackson siguiéndome al interior de mi oficina.
Todo había salido pésimo, los inversionistas se habían ofendido por la tardanza y la negociación tendió de un hilo casi las tres horas que duró la reunión.

Por suerte Jackson, el vicepresidente de la empresa, supo como manejar la situación y consiguió que nos dieran una nueva oportunidad.

Pero como es claro, Jackson estaba más que molesto conmigo.

-Una loca.

Fue lo único que dije y él frunció el ceño confundido.

-¿¡Me estas diciendo que llegaste tarde por una mujer!? ¿Qué diablos pasa contigo?

Yo negué con la cabeza y me senté en mi lugar intentando calmar mi respiración. Estaba demasiado enojado aún como para mantener una conversación razonable.

-No es lo que imaginas. Ya sabes que yo paso solo el tiempo necesario con las mujeres.

El pelinegro se sirvió un trago y después de eso se sentó frente a mi.

-Entonces explícame. ¿Por qué llegaste tarde?

Yo me solté el nudo de la corbata y comencé a contarle todo lo que había pasado esa mañana.

Al final de mi relato, Jackson ya no estaba molesto, sino que reía sin parar burlándose de mi.

-No entiendo que es lo que te da gracias. Por culpa de esa loca llegue tarde.

Él tardó un par de minutos en dejar de reírse pero cuando lo hizo no perdió la expresión de burla.

-Es muy divertido, la chica es de armas tomar. Ya te imagino con la cara llena de café y rojo de la rabia.

-Es una prepotente y una entrometida. Yo nisiquiera la vi dentro del café, pero ella se sintió la santa defensora. ¡Es una chiquilla inmadura!

-¿Al menos es bonita?

Preguntó con real curiosidad.
Yo me acomodo en la silla y fingí que pensaba la respuesta.

-Era rubia, tenía los ojos azules y era bastante chiquita. Diría que es una adolescente si no tuviera el cuerpo de una mujer.

-¡Oh!, eso quiere decir que era guapa. Me hubiese gustado estar ahí.

Cuando pensé en Jack usando su encanto con la rubia sentí como la rabia bullía en mi interior y abrí la boca para responder a su comentario, pero el sonido de mi celular me detuvo.

Lo levante y me fijé que en la pantalla estaba la foto de mis padres y le lance una mirada al pelinegro que se levantó para dejarme solo.

Suspiré y me dispuse a descolgar la llamada.

-Hola mamá....

Del otro lado del teléfono se escuchó una toz fuerte antes de que la voz quebrada de mi madre apareciera.

-Cariño, ¿cómo has estado?

-Bien mamá, ¿tú como te encuentras?

Ella se tardó algunos sendos en responder y eso me dejo con una preocupación gigante. Algo malo pasaba.

-Cariño, no me encuentro bien y por eso no podré ir a verte en unas semanas como prometí, pero...me harías muy feliz si vinieras a verme. Ya te extraño demasiado.

De todo lo que había dicho yo solo me había quedado con una frase.

-¿Que quiere decir que no te encuentras bien?

Heridas Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora