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Pov Salvador

La pequeña rubia, me miraba como si hubiese dicho el ridículo más grande del mundo y por un segundo me creí un idiota por haberla seguido para hacerle una propuesta tan indecorosa.

Estaba seria y observaba mi rostro buscando algún indicio de broma.

Giro la cabeza y luego sonrió burlona.

-No se que escuchaste pero yo no estoy de humor para bromitas. Ahora si me permites...

-Yo tampoco estoy para bromitas. Por tu causa estuve a punto de perder un negocio millonario, pero eso no es lo importante. Aquí lo realmente importante es que necesito una novia...una novia falsa. Y al parecer tu necesitas un novio falso. Podemos ayudarnos.

-¡Eres un arrogante!

Dijo riendo con burla. Pero aún así vi la duda en su mirada.

-Y tu eres una inmadura y una prepotente—Ella abrió la boca para lanzarme un insulto peor, pero yo fui más rápido y seguí hablando— Pero no estamos hablando de los clarísimos defectos que tenemos. Me lanzaste café sin nisiquiera conocerme porque te creíste la defensora de las causas perdidas y aún así, te estoy proponiendo mi ayuda.

La vi frunciendo el ceño y su rostro se puso rojo de todo el enojo que estaba conteniendo. Pero aún así, pude ver la dudo en sus ojos azules.

Entrecerro los ojos y se apoyo en la mesa de mármol a su espalda.

-¿Y por qué crees que ese novio falso que necesito podrías ser tú? Nadie creería que salgo con alguien tan...grosero. Sería más sencillo contratar un actor.

-Eso ya lo intenté. Creeme que es complicado contratar un actor que haga bien su papel y que no desaparezca por un casting sin avisar.

Y era cierto, mi primera opción había sido esa pero no había resultado bien.
La rubia suspiro y cerró los ojos unos minutos. Mientras ella lo hacía yo rece internamente porque no se negara.

Ya quedaba solo una semana y yo necesitaba desesperadamente una novia.

-Es ridículo...-Dijo después de unos minutos y rebuscó en su pequeño bolso de mano-...absurdo y bastante estrafalario pero es la primera solución que escucho en días. Que sepas que no me caes bien y que si acepto será porque de verdad lo necesito. Aquí tienes mi tarjeta. Llámame mañana y nos tomamos un café. Escucharé una propuesta y luego tomaré una decisión.

Me extendió la pequeña tarjeta y luego me paso por un lado dejándome solo en el baño y con una pequeña esperanza después de una semana terrible.

Un minuto después regrese al salon y la busque con la mirada. Ya no se veía pálida y su amiga le señalaba a la salida.

-¿Es alguien que conoces?

Interrogó Jack junto a mi dándole un sorbo a la copa de champán que traía en la mano.

-Digamos que es alguien que necesito.

Él suspiró y sonrío como el gato de Alicia en el país de las maravillas.

-Es bonita, aunque las rubias no son lo tuyo.

Me palmeo el hombro y se alejo internándose en un grupo de hombres que platicaban de temas superficiales.

Mientras, yo no le quitaba los ojos de encima a la rubia que se alejaba con su amiga morena.

¿Cómo puede ser tan arrogante y tan hermosa a la vez?

Me pregunté a mi mismo cuando finalmente la perdí de vista y el aire volvió a mis pulmones.

Era la primera vez en mi vida que una mujer como ella llamaba mi atención. Pero sobre todo, era la primera vez que me quedaba pensando tanto tiempo en una mujer diferente a la de mi pasado...a esa que me destrozo el corazón.

Heridas Del AlmaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora