Pov Genobeba
Sorpresa, miedo y luego ese extraño cosquilleo en todo el cuerpo.
¡Me estaba besando! No solo era un hombre besándome, ¡era Salvador!
Mi corazón se acelero y me quede pasmada, sin saber que hacer o como moverme.
Mi primera reacción fue de sorpresa y luego de miedo. Pensé en empujarlo y coloque las manos sobre su pecho con ese objetivo.
Pero él mordió mi labio obligándome a abrir la boca y en cuento su lengua comenzó a explorar me dejo sin aliento y también sin pensamientos.
Era un beso como los que yo jamás habia recibido.
Caliente, húmedo, fogoso y sobre todo lleno de pasión.
Me giro sobre la cama quedando encima de mi y sus manos, que no se quedaron quietas comenzaron a recorrer mis costados.
Yo levante las piernas para envolverlas a su cintura y subí mis manos hasta su cabello.
De repente el beso se volvió más exigente, él pedía más, yo queria más. Una cosquilla se instaló en mi vientre y todo el cuerpo me pedía más.
El corazón me latía a full y cada roce parecía provocar un incendio.
La piel me ardía ahí donde sus manos tocaban y yo queria más de ese calor que seguía creciendo en mi interior.
De a poco fue bajando la intensidad y al separarse un poco, mordio mi labio inferior reteniendolo y lansando calambres a todo mi cuerpo en el proceso.
Su boca libero a la mia y sus manos dejaron de explorar.
Nos miramos a los ojos y en esa mirada que él me dedico yo descubrí muchas cosas.
Sus ojos se habían oscurecido y era como si me pidiese permiso para ir un poco más halla.
Es raro, porque yo jamás había llegado a imaginar que me gustaría saber que hay más haya.
Yo jamás pense que me gustaría conocer, explorar.
Pero queria, tenia muchas ganas y mi cuerpo me lo estaba pidiendo a gritos.
-Yo...lo siento mucho.
Comenzó a decir Salvador y supe que se acababa de escapar mi oportunidad.
-¿Lo sientes?
Interrogue frunciendo el ceño.
Yo no quería que lo sintiese. Me habia encantado y aunque me estaba muriendo del miedo tenia que admitir que él me gustaba y mucho.
No me sentía mal por haber dejado que me besara. En su lugar me sentía culpable de haber dejado que se detuviera.
Él me miro desde su posición. Aún estaba sobre mi porque yo no lo habia liberado del agarre de mis piernas.
-No...en realidad no lo siento. Pero no quiero asustarte.
Claro, era normal que pensará así, luego de todo lo que le había contado.
Por algún motivo había confiado, le había confiado mi secreto más grande y doloroso.
Y por algún motivo también, contárselo, dejarlo ir me había ayudado. Sus palabras había servido de bálsamo para mis heridas. Y su beso, había servido para apartar la nube negra de mis pensamientos.
-Yo...no me asusté.
Él se mordió un labio y se acerco para depositar un nuevo beso en mis labios, pero este más corto y rápido.

ESTÁS LEYENDO
Heridas Del Alma
RomanceSalvador Hell y Genobeba Rosindwl son dos personas que sin saber como ni cuando se verán envueltos en una mentira bastante real. Genobeba tenia un problema gigante y estaba desesperada por encontrar la solución. Salvador estaba en un apuro y no sab...