Pov Salvador
Debo decir, que a pesar de todo mi miedo y mis dudas, tener a Genobeba a mi lado fue un elemento fundamental para poder hacer el viaje.
Jamás imagine que volver a la tierra que me vio nacer me supondría un reto tan grande.
Después del aeropuerto atravesamos la ciudad y yo no pude evitar recordar los momentos vividos en cada sitio por el que el auto pasaba.
Me estaba costando horrores, pero luego sentía la pequeña y cálida mano de la rubia y todos mis miedos se hacían diminutos.
En algún momento sentí que todo a mi alrededor me estaba absorbiendo.
El aire me empezó a faltar y sentía que en cualquier momento me asfixiaría.
Pero Genobeba apretó mi mano trayéndome de regreso al aquí y ahora.
Yo dejé de mirar a la ventana y la mire a ella. A sus ojos azules e intensos y mis miedos se hicieron pequeños.
Ella sonrió dándome ánimos y juro que sentí como mi corazón se aceleraba y la sangre me comenzó a correr por las venas a mayor velocidad.
-¿Estas bien?
Interrogó con expresión comprensiva y yo tuve que pestañear para poder responder. Aclare mi garganta y compuse la mejor sonrisa que pude.
-Creo que si. Pero tranquila... estaré mejor.
Ella asintió y volvió a mirar por la ventana, pero no me soltó la mano.
Llegamos al Golden Hotel cerca de las seis de la tarde y no se si en ese momento estaba más nervioso yo o ella.
Hicimos el registro sin problemas y dos horas después yo me encontraba en el lovy, esperando a mi novia falsa para ir al evento de su familia.
Mire a mi alrededor y tuve que obligarme a no recordar.
Porque el solo olor a lluvia me recordaba a ella. Y recordarla era doloroso, era tóxico, era destructivo.
-Estoy lista.
Escuché a mi espalda y me puse en pie con fastidio listo para decirle mil cosas por haberse tardado tanto.
Se suponía que estaríamos en el hotel sólo un par de horas. Las suficientes para que nos diéramos un baño y luego de arreglarnos fueramos al evento. Pero dos horas se habían vuelto casi tres.
Me giré con el regaño en la punta de la lengua y justo ahí se quedó.
Abrí mis ojos sorprendido y creo que incluso olvide respirar.
Frente a mi había una criatura hermosa con piernas interminable, una cintura extremadamente pequeña y unos senos demasiado tentadores. Y todo eso cubierto sólo por la fina tela de un vestido de satén.
El cuello al descubierto con suaves mechones acariciándolo y claro, ni que decir de los intensos ojos azules más expresivos que nunca.
Sentí una incomodidad en los pantalones y supe que después de muchos años, me había puesto duro de sólo mirar a una mujer.
-Estas...es...eres...¡Dios! ¿Piensas ir vestida así?
Ella arrugó el entrecejo y se miró confundida.
-¿Por qué? ¿Me sienta mal?
La inseguridad en su tono de voz desentonó tanto con el look de mujer sexi y atrevida, que no pude evitar reír.
Me acerqué y puse la mano en la piel desnuda y cálida de su espalda. Ella se tenso y al mirarme a los ojos los dos quedamos demasiado cerca.
La incomodidad en mis pantalones creció y aunque yo sabía que la única forma de solucionarlo era alejándome de la pequeña rubia bruja, mis manos sólo querían estar en cualquier espacio de piel que quedara al descubierto.

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Heridas Del Alma
RomanceSalvador Hell y Genobeba Rosindwl son dos personas que sin saber como ni cuando se verán envueltos en una mentira bastante real. Genobeba tenia un problema gigante y estaba desesperada por encontrar la solución. Salvador estaba en un apuro y no sab...