Love Foolish // MinSung

18

MinHo se sentía mal al lado de HeeBin.

Se sentía muy mal.

Su hermana sonreía y le decía que era el mejor hermano del mundo, si ella supiera que se ha acostado dos veces con el chico que rompió sin piedad su corazón, que se habían hecho muy cercanos y que en su cumpleaños en vez de estar con ella estuvo con él, ya no pensaría que era el mejor hermano del mundo.

La culpa lo mataba por dentro.

Era el último día de HeeBin en Corea, mañana partiría a Japón para centrarse nuevamente en sus estudios. Podía ver en los ojos de su hermana que ella seguía sintiendo cosas por Han JiSung, eso provocaba un nudo en su garganta porque de cierta manera estaba jugando con la confianza y el corazón de HeeBin.

El viernes, después que Sung se fuera de casa de los Lee porque habían llegado sus padres de Estados Unidos, apareció HeeBin junto con el resto de sus amigos. Para desgracia de MinHo, se vio en la obligación de soportar la presencia de las amistades de su hermana, aunque pasadas unas cuantas horas, estos se fueron, informando que irían a despedirse de ella al aeropuerto.

El sábado, los Lee fueron invitados por los Han a almorzar y obviamente no pudieron negarse, hicieron esto como una especie de agradecimiento por haber sido tan hospitalarios al permitir que Sung pasara tantos días alojado en su casa. A pesar de que JiSung en más de una oportunidad quiso entablar una conversación con MinHo, estaba al tanto de que no era lo más apropiado puesto que también estaba ahí HeeBin, quién le había caído muy bien a los padres del omega.

El almuerzo fue muy ameno para los mayores, porque MinHo, HeeBin y JiSung no podían decir lo mismo. El omega se la pasó leyendo un libro, ignorando la conversación de los adultos, la alfa no podía apartar sus ojos de Sung, pensando lo lindo que se veía leyendo y el mayor de los Lee analizaba el comportamiento de su hermana menor, tratando de pensar que cosa sería lo mejor para los tres.

Maldita sea.

Los sentimientos de Lee HeeBin hacia Han JiSung siguen siendo fuertes, el problema ahora es que Lee MinHo está en medio, lo cual es mucho peor.

MinHo no quería lastimar a su hermana, era lo último que querrías hacer en el mundo, no obstante Sung no se lo ponía muy fácil. Ambos se habían vuelto cercanos y se unieron aún más esos días que el menor estuvo en su casa, vivieron un montón de momentos íntimos y ahora el alfa con aroma a chocolate amargo se arrepentía de ello.

Sabe que lo mejor era alejarse, sin embargo no quería hacerlo. Su lobo gruñía en su pecho de solo pensar en pedirle a JiSung otra vez un tiempo.

Demonios.

¿Por qué algo que está tan mal se siente tan bien?

—No quiero irme—HeeBin lo abrazó con fuerza.

—Es bueno tenerte en casa otra vez—MinHo sonrió para ocultar la culpa que lo carcomía por dentro mientras que rodeaba con sus brazos el cuerpo de su hermana, sintiendo su aroma a canela picar en su nariz—. Yo tampoco quiero que te vayas.

—Japón es un lugar muy lindo y divertido, no sé por qué no aceptaste el intercambio conmigo.

A ambos se les había ofrecido el intercambio. Inicialmente se negaron, pero cuando HeeBin no quiso estar en al misma escuela que Sung para no soportar la humillación del rechazo de Han, aceptó ir a estudiar a Japón. Aún con la decisión que su hermana tomó, MinHo siguió rechazando el intercambio, a pesar de que tanto su menor como sus padres le insistieron que se fuera.

—No es algo para mí, tú eres más aventurera. Te gusta eso de viajar y recorrer nuevos lugares, yo no—mintió, ciertamente no sería capaz de decir por qué negó la oferta, tal vez porque ni siquiera él sabe la razón—. Estoy bien aquí, Hee, no te preocupes por ello.