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JiSung suspiró en cuanto llegó a la compañía de YoonJeong. Por algún motivo, el alfa lo mandó a llamar y a pesar de que lo rechazó en tres idiomas distintos, el más alto insistió hasta que se vio en la obligación de aceptar solo para terminar pronto esa llamada puesto que tenía trabajo pendiente.

Lisa le sonrió con mucha amabilidad en el momento en que lo vio y le indicó que pasara a la sala de reuniones porque Kang lo esperaría ahí, la tailandesa también le preguntó si le gustaría beber un café debido a que ese día estaba más helado de lo habitual, propuesta que no dudó en aceptar ya que tenía algo de frío.

Caminó hasta la sala de reuniones de la compañía que está al borde de la bancarrota aunque eso no lo sabe y su respiración se cortó en cuanto notó que quien está presente en el lugar no era nada más ni nada menos que Lee MinHo. El alfa lo miraba fijamente, como si llevara minutos esperando a su llegada, tenía un café en su mano y está de pie frente al gran ventanal que posee la compañía, dando una linda vista a la ciudad de Seúl.

El omega ignoró el revoloteo en su estómago y el temblor de sus piernas, miró a su alrededor, notando que nadie más estaba a su alrededor y supo que no tendría más opción que hablar con el castaño, que seguía pendiente de su reacción.

—Hola, JiSung—saludó el más alto, dándole un despreocupado sorbo a su café, sin apartar la vista del omega rubio.

—Volviste—fue lo primero que salió de sus labios. Gracias al tono que utilizó, sonó más como una acusación que como un comentario. Su lobo gruñó en su pecho al notar el modo en que le habló a Lee, pero se dedicó a ignorarlo, no se permitiría ilusionarse otra vez.

—Tenía algunos asuntos pendientes que resolver en Corea—responde con simpleza el más alto.

—¿Será una residencia permanente en Corea?—trató de que sonara como una pregunta sin importancia, aunque por dentro ansía saber la respuesta.

—Depende.

—¿Depende de qué?

—De la respuesta que me des.

A pesar de que dijo que no lo haría, la esperanza y la ilusión hicieron aparición, logrando abrumarlo un poco y también obligándolo a soltar una maldición en su cabeza. Realmente temía mucho lo que pasaría de ahora en adelante, no sabía si aferrarse a la idea de que MinHo tendría una residencia permanente en Corea o no, porque dudaba volver a tener las fuerzas para sobrevivir al abandono de alguien a quien denominó en su momento como su alfa y que desgraciadamente todavía conserva el título, porque JiSung nunca pudo encontrar a alguien que lo hiciera sentir igual que MinHo.

Utilizó su mejor expresión de confianza y sonrió coqueto a la vez que negaba con la cabeza, tratando de ocultar sus miedos e inseguridades.

—Veo que todavía te gusta jugar con mi mente, ¿es divertido?

El alfa chasqueó la lengua.

—En su momento tú también jugaste conmigo, me convertiste en un capricho que pensaste en desechar y jugaste con mi tiempo y mis decisiones, pero aquí estamos.

—¿Y esto que es? ¿Una especie de venganza?—una risa burlona abandonó sus labios, sin poder creer lo que está escuchando—. ¿Vienes a vengarte por lo que sucedió hace ocho años?

—No, lo único que quiero es hablar contigo y hacer las cosas bien.

—¿Consideras que esto es "hacer las cosas bien"?

—En realidad, las cosas comenzaron mal cuando te saludé y no me correspondiste, aunque eso no importa ahora.

"Por Dios, es como si se hubiesen invertido los papeles" pensó JiSung al notar lo irónica que es la situación. Si esto hubiese ocurrido hace ocho años atrás, él estaría sacando de quicio al mayor, insistiendo que debían tener una cita o algo parecido, nunca creyó que con el tiempo las cosas serían al revés.

Love Foolish // MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora