Love Foolish // MinSung

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MinHo sabía que no sería buena idea que JiSung lo acompañara al trabajo ese día, pero al ver los irresistibles ojitos de cachorro que le puso, el adorable puchero que formó con sus labios y como suplicó con sus manos juntas, prometiendo que se comportaría adecuadamente, el mayor asintió porque se le hizo difícil negarse.

Vaya error.

Olvidó por completo cómo era la personalidad del omega, cómo podía parecer tierno e inocente y un segundo después seductor, coqueto y atrevido, sabiendo que tenía todas las cualidades para controlar a Lee.

—¡Mgh!—gimió Han, notando que el agarre en su cintura se hacía más fuerte mientras que su cuerpo se mecía hacia adelante y hacia atrás por las duras embestidas que su alfa le daba.

—¡Silencio!—gruñe el mayor en el oído del menor, mordiendo el lóbulo de la oreja derecha de JiSung y dándole una nalgada que lo hizo soltar un jadeo de dolor—. Te dije que podrían descubrirnos y no te importó, así que guarda silencio.

Escuchar el tono enojado y a la vez ronco con el cual MinHo le habló logró calentarlo aún más, su entrada produjo más lubricante natural debido a la excitación, se sintió repentinamente débil, sus piernas temblaron y supo que no faltaba mucho tiempo para que se corriera. Enterró sus dedos fallidamente contra la pared, buscando sostenerse mejor de alguna superficie, a la vez que los certeros empujes de MinHo lograban tocar su punto dulce, haciéndolo enloquecer y siendo muy difícil para él no gemir.

El aire apestaba a feromonas de excitación y a sexo, también había presente una exquisita mezcla de chocolate amargo y fresas que le encantaba al alfa, porque no había nada mejor que sentir a su omega con su aroma, demostrándole al resto que si bien no hay una mordida en el cuello del menor aún así él ya tiene a alguien que lo satisface y lo hace feliz.

Las paredes anales de Han apresaron muy bien el miembro de Lee, haciéndolo jadear contra el oído del rubio, quién volvió a soltar un sonoro gemido que podría haberle dicho a alguien fuera de la oficina lo que ambos estaban haciendo en el interior. Se acomodó mejor sobre el sofá, apegó aún más la espalda del menor contra su pecho y siguió embistiendo, sabiendo que a ninguno de los dos le quedaba mucho tiempo.

—Oh, MinHo~

Sus corazones latían acelerados, sus respiraciones eran erráticas, a ambos se les hacía muy difícil no gemir y MinHo volvió en sí durante un segundo, dejando la lujuria y el placer de lado para preocuparse de JiSung. Si bien ambos estaban de acuerdo en utilizar esa posición, el castaño sabe que a la hora de que se forme el nudo puede haber mucho dolor para el rubio y lo último que quería en el mundo era lastimarlo por no haber sido razonables así que dio un último empuje y se sentó en el sofá, tirando de Han para que se sentara a horcajadas sobre él.

En menos de un segundo, Sung ya se había alineado y el alfa posó sus manos en la cintura del omega para posteriormente alzar sus caderas, entrando una vez más en el menor, causando que múltiples emociones placenteras los recorrieran a ambos, dejándolos cegados por un corto momento al haber llegado tan profundo.

—¡Mierda!—chilló, enterrando sus dedos en los hombros del castaño. Echó su cabeza hacia atrás, dejando su cuello a total disposición del mayor, quién jadeó ante la vista—. Ha-haz eso otra vez, p-por favor.

MinHo enloqueció al ver tal reacción en el omega, el gemido que escapó de sus labios, el temblor de sus piernas, como dejó su cuello a su disposición, el firme agarre en sus hombros, ver cómo se derretía en sus brazos y le pedía que volviera a tocar ese punto en su interior. Sus ojos se oscurecieron, su lobo se alteró en su interior, sus dientes picaron por morderlo y marcarlo, su lado animal le insistió para que lo hiciera, pero no iba a ceder, no quería que la marca fuera de esa manera, le gustaría algo más romántico para Sung, además de que necesita su consentimiento y todavía no han hablado de ello porque lleva muchas responsabilidades consigo.