CAPITULO I - ¿Cómo Pudiste?

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PARA LOS QUE NUNCA LO PUDIERON LEER... DISFRÚTENLO... EL COMIENZO DE TODO :)



¡CAPITULO CORREGIDO! ;)


¡Sorpresa!


El despertador sonó a las seis en punto y yo con toda la pereza del mundo (me acosté muy tarde anoche) me levante y camine hacia el baño. Me di una ducha escuchando "suerte" de Paty Cantú. También podía escuchar a mi mamá llamándome a cada rato desde abajo. Supongo que, desde la cocina, ya que ella siempre se encargaba del desayuno. En eso era excelente, mamá tenía un don para la cocina.

Salí de la ducha caminando lentamente, ya me sentía fresca por el mega baño que me había dado. Tenía dos toallas, una en mi cuerpo y la otra en mi cabeza. Llegue a mi closet, tiritando la canción...


Te diré que no me molesta nada tu mala fama,

Te advierto que soy una promesa de mucho drama


Busque mi ropa interior, un pantalón negro y un abrigo blanco que llevaba la silueta de la cabeza de un ciervo y los filos estaban medios rasgados. Los puse en mi cama y camine hasta el escritorio que está cerca de la ventana, busque en el cajón mis auriculares, siempre los guardaba allí. La canción seguía sonando por toda mi habitación.


Y apareciste tú para cambiar mi suerte

Ya me está encantado conocerte


Veo por la ventana y ahí está, el chico por el cual todas babean. Siempre pasaba corriendo por mi calle, supongo que eran sus ejercicios matutinos. Tenía su torso totalmente desnudo, presumiendo sus abdominales. No sé cómo pueden existir chicos así, puse mis ojos en blanco. No me interesa en lo más mínimo, aunque si era una molestia verlo pasar casi todos los días por mi casa. Cerré la cortina y me dirigí a mi cama y enseguida me vestí.

Mi mama seguía llamándome desde abajo. Apague la música y me puse mis botas, guarde unos cuadernos en mi mochila, la puse en mi hombro, cogí mi chaleco y un moño, que me lo puse en mi muñeca para después cuando se me secara el cabello, cogérmelo y baje enseguida.

- Buenos días mamá – salude entrando a la cocina.

- Llegaras tarde, come hija – dijo ella, rodeé los ojos, me senté y empecé a comer, vi mi celular y eran las seis y cuarenta y siete minutos.

- Aún me quedan como quince minutos – afirme con mi boca llena.

- Shhh, no me respondas – fue lo que dijo, puse mis ojos en blanco por segunda vez.

"Ser la hija perfecta" me recordé.

- Lo siento – murmuré.

Faltaban dos minutos para las siete y tenía que irme ya o sino perdería el bus. Cogí mi mochila, la puse en mi hombro y me despedí de mi mamá con un beso en la mejilla

- Dale un beso a mi papá de mi parte – dije y salí casi corriendo.

Mientras caminaba hacia la parada, me puse los auriculares y otra vez escuché "suerte". Me sabia la letra de esa canción porque Mia me la había hecho escuchar cientos de veces e inevitablemente me termino gustando. Aunque no me sentía para nada identificada con ella. Era una más del montón que me gustaban y ya.

¡LOCOS POR AMOR, LOCOS POR LOS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora