Capitulo XXV - Un poco de rebeldia

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Una excusa era obvio...

- Mamá, no es para tanto solo es una rosa – mentí, no tenía idea de cuánto significaba para mí – Mia me la dio ayer en clases – eso era más una mentira que una excusa, pero de igual manera me servía

- Mia regalándote una rosa – dijo irónicamente, fruncí el ceño al escucharla, la tiro en la cama bufando y se dio media vuelta

- Tienes prohibido salir, de la casa al colegio y viceversa – dijo, me pare al escucharla ¿me estaba castigando? Abrí la boca para decir algo pero la cerré al instante, pues cerró la puerta sin más.

¿Por qué me hacía esto?, si estaba mintiendo pero no era para tanto, volví a sentarme y seguí haciendo los deberes, no lograba concentrarme, venia mi mente el tonto castigo, yo era la que tenía que estar molesta, se metió a mi cuarto y reviso mis cosas, ¿con que autorización?, termine los deberes tarde y me fui a dormir con eso en mente, ahora no iba a poder ir al cumpleaños de Franco, él también había asistido a mi cumpleaños, aunque esa noche estuvo un poco distante, creo que se había peleado con Mia, bueno nosotros ya habíamos hecho nuestro grupo de amigos; Daniel, Samuel, Franco, Thomas y Ángel, de chicas eran Mia, Eva y Mika eran compañeras de clases de idioma, y yo; ya habíamos salido unas 4 veces, hasta habíamos creado un grupo en Whatsapp para mantenernos informados, me hablaba más con algunos compañeros de clase que antes, todo cambio desde que cumplí 18, sonreí al recordar esa noche, acostada en mi cama, mirando al techo, suspire frustrada. Mamá había cambiado mis planos, la fiesta era el Martes y no iba a poder ir.

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A la mañana siguiente sali de casa sin desayunar, estaba molesta con mamá no quería verla. Cuando llegue al colegio, aguante las tres primeras horas de clase sin comer pero apenas sonó el timbre, volé a la cafetería, quería ingerir algo, moría por algo de comer.

- ¿No desayunaste? – pregunto Mia con un tono divertido, se sentó junto a mí, negué con la cabeza mientras le daba una gran mordida a mi sanduche - ¿Por qué? – frunció el ceño al preguntar, estaba preocupada y pues claro, es raro que yo salga de casa sin desayunar

- Mamá – dije y tome una servilleta para limpiarme, Mia bufo

- ¿Pelearon? – pregunto otra vez, hizo su plato a un lado y ahora me miraba atenta quería que le explicara con todos los detalles, asentí en respuesta - ¿Por qué? – deje de comer y le explique todo, ella asentía cada vez.

- Ya no podre salir con ustedes – dije

- No te preocupes – Mia coloco una mano en mi espalda – hallaremos una forma de que salgas de la casa sin que tu adorada mamá se dé cuenta – dijo y reí ante sus palabras, sabía que encontrarían algo.

Nos habíamos vuelto unidos, la otra vez que Thomas había sido detenido por manejar sin licencia, todos fuimos a sacarlo, nos burlamos alegremente de lo sucedido, era bueno y lindo a la vez, tener esta amistad. Nos apoyamos mutuamente.

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Al volver a casa, fui a la cocina por algo de beber y me di cuenta de la nota que mamá había dejado para mi

La casa esta con polvo, límpiala

Así no más, sin un por favor, supongo que se estaba desquitando por no desayunar. No me iba a amargar por esto, me hice una coleta, busque la escoba para barrer y un escobillón para limpiar, me puse mis audífonos y empecé alegremente, escuchaba Sorry – Justin Bieber, bailaba al ritmo, no tengo nada en contra de Bieber, este álbum era realmente bueno, como no había nadie en casa así no demore, sin pensarlo dos veces hice la cena, luego subí a bañarme, comimos, mamá no dijo nada en toda la cena ni un gracias, después hice mis deberes, mañana era Martes, moría por saber cuál era el plan de los chicos.

Algo que no les había comentado es como hizo Mia para que los chicos tocaran en mi fiesta, les dijo que eran un grupo del colegio y se habían apuntado para tocar, ella convencida acepto.

Otra mentira lo sé, pero qué más da. Ella ni siquiera me había dado el regalo que mi hermano dijo que tenía para mí y peor aún, ese día no me felicito, nada, así era ella.

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Después de desayunar, busque mis llaves, solo las de casa, aun no podía usar mi motoneta, no tenía licencia y no quería que me sucediera lo mismo que Thomas.

Le di un beso a papá y me despedí, llegue a la estación igual que Mia, ambas subimos al bus y nos fuimos para el colegio, en el transcurso conversamos pero no me dijo nada del plan, tenía mucha curiosidad.

Ya en el receso, nos reunimos todos, me refiero los chicos, Mia y yo, las chicas no, ellas estudian en otros colegios, además son pocos los días que nos encontramos todos en un receso, los chicos no tienen clases todos los días y no todos los mismos horarios, a veces creo que se pusieron de acuerdo para ver las materias por separado.

¡No dijeron nada!

Repitoooo

¡Nadaaa!

¡Dios! La curiosidad me mataba

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Sentada en la silla junto al escritorio, hacia algunos deberes, eran alrededor de las 9 de la noche, los chicos no dijeron nada, ya había dado por hecho que no asistiría, seguramente se habían olvidado.

Estaba a punto de acostarme, la noche se había tornado aburrida, escuche un ruido en la ventana, alce la vista y mis ojos casi se me salen, ¿es enserio? Así es como será todo desde que lo invite a pasar a mi cuarto aquella noche por la ventana, se le ha dado esa mala costumbre, suspire y camine hacia él, abrí y entro de prisa

- Tienes – dijo y miro el reloj – 5 minutos para cambiarte – dijo esto último señalando mi armario, reí pues no me opuse, huir por la ventana a casi media noche, empezaba hacerme la idea en mi cabeza, no era tan mala, había una pizca de rebeldía - ¿creíste que nos habíamos olvidado de ti, preciosa? – rodee los ojos al sentir su tacto, tenía esa otra mala costumbre, sentí sus labios en los míos por unos segundos

- Los mataba si lo hacían – dije y sin más me dispuse a buscar algo cómodo, me metí al baño para cambiarme, me lave los dientes y me peine en él.

Minutos más tarde, estábamos bajando las escaleras, había cerrado la puerta con seguro para que nadie pudiera entrar. Daniel había estacionado una cuadra abajo - Discreto el muchacho - pensé

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La música de Bieber llego a mis oídos otra vez, les dije que su nuevo álbum era bueno. Llegamos a la fiesta agarrados de las manos, era otra costumbre que teníamos, nuestra relación era un poco extraña.

Había mucha, mucha gente, Franco si era amiguero y popular, nos reunimos con el resto del grupo y en cuanto vi al cumpleañero lo abrace, le di mi regalo, le gusto, cumplía 20 años, si era un poco viejo...

Nos quedamos ahí hasta las 2 am, bailamos, yo baile con Daniel, el festejado y Thomas, aún más veces fueron con Daniel, no me quitaba sus manos de encima, era algo posesivo por así decirlo, claro que los chicos tomaron, lo más gracioso de la noche fue cuando enterraron la cabeza de Franco en la torta, era una tradición en los cumpleaños, te pedía que mordieras pero al final te metían la cabeza, tuve suerte de que no hicieran eso conmigo.

Daniel fue a dejarme a casa, nada había pasado ni siquiera habían notado mi ausencia, nos dimos varios besos en la despedida...

Me empezaba a gustar mucho, como iba nuestra relación

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Nos vemos mañana por el ultimo!!

Voteeeeeen!!!

Gracias por leer :) 




¡LOCOS POR AMOR, LOCOS POR LOS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora