Capitulo XV - Primera Cita (1)

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Era Jueves y estaba frente el espejo, viéndome, vestía un jean y una blusa negra con mangas, mis converse y mi cabello estaba hecho una cola, mire mi reloj y marcaba 6:50am ya faltaba poco para que el idiota llegara, aún no había desayunado, porque supongo que él me llevara a hacerlo, de eso se trata ¿no?, digo es una cita, vas, hablas un poco, comes y vuelves a casa, suspire y volví a verme en el espejo, no llevaba nada de maquillaje, aunque yo solo uso rímel e hidratante para mis labios, además esto no era importante, es solo una estúpida cita a la cual tengo que ir, por un tonto chantaje.

Mi papá había llamado ayer, unas 2 veces, solo hacia preguntas de ¿cómo estoy?, ¿comiste?, también de ¿no llegaste tarde al colegio?, ¿a qué hora llegaste a casa? y ¿hiciste tu tarea?, esas preguntas seguramente fueron por parte de mi madre, creo que es lo único que le interesa...

Mia y yo habíamos hablado ayer en el colegio y en la tarde por Skype y de paso nos ayudamos con la tarea de química, la cantidad de ejercicios que nos mandaron había sido agotador, me había comentado algo sobre Franco, al parecer le había vuelto a escribir por Whatsapp con otro número, supongo que lo cambio, pero dijo que me lo contaba hoy, después del colegio, por lo que estoy ansiosa de que esta cita empiece y termine lo más rápido posible.

Volví a suspirar, ¿Por qué diablos, estoy aquí parada frente al espejo? ¿A caso me importa lo que él piense de mí? Ashh!! ¡A mí que me importa! no me pase horas eligiendo que me pondría hoy, porque no me importaba lo más mínimo lo que el piense y entonces ¿qué hago aquí parada?

El timbre suena y debe ser él, cojo mi bolso negro, donde guardo mi celular y mis auriculares, guardo algo de dinero, porque no dejare que ese idiota pague algo por mí, ¿Quién dice que es el hombre, el único que puede pagar en una cita?, el día esta soleado, así que no llevo ningún abrigo, no lo necesitare. Bajo las escaleras y busco las llaves de casa, camino hacia la puerta, la abro y ahí esta él, apoyado sobre el marco de mi puerta, sonriendo como lo que es, un idiota, ruedo los ojos y me cruzo de brazos.

- Quita esa sonrisa de idiota - le digo y funciona, porque automáticamente deja de sonreír y se para como debe ser, como hombre y también se cruza de brazos

- Son - dice y mira su reloj - las 7 de la mañana y ¿ya estas insultándome? - pregunta burlón, pero a mí no me hace gracia.

- ¿Qué? - espeto y alzo las cejas - vámonos ya - digo

- Ansiosa - dice y me imita alzando las cejas, yo asiento

- De que esta - alzo mis manos para hacer comillas - "cita" termine, pues sí, mucho - digo y sonríe sin mostrar los dientes

- No te preocupes, tenemos todo el día - dice

- No, ni creas que... esto - digo señalándonos a los dos con el dedo - va a durar todo el día, es solo un desayuno, nada más - digo e intento cerrar la puerta pero él me lo impide

- Yo jamás dije que fuera solo un desayuno - dice y empuja la puerta, haciendo que esta se abra por completo

- ¡Tampoco dijiste que no lo fuera! - espeto y él sonríe

- Quizás lo olvide, ahora ve y cámbiate - dice y yo frunzo el ceño otra vez ¿Qué le pasa a este tipo? Ni crea que me cambiare, no, no Señor, yo me visto como quiero, si a él no le gusta, ¡pues que le den!

- ¡No! - espeto otra vez, tengo mis brazos a los costados y mis manos en puño, listo para golpearlo - ¡Ni creas que me cambiare y peor que estaré todo el día contigo! - le digo y él suspira

¡LOCOS POR AMOR, LOCOS POR LOS BESOS! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora