~Capítulo 28~

126 13 3
                                    

¡Hey! ¡Al fin llegó la noche de cine! Aunque también hay un momento especial, ya saben como funciona esto jajaja.

¡Disfruten!

*-*-*-*

Hiccup y Astrid estaban en el porche de la casa de Patapez, ambos sosteniendo paquetes de palomitas de maíz para microondas y otros dulces que decidieron comprar para aquella noche.

El lunes y el martes transcurrieron sin muchos problemas, aparte de algunos exámenes que los profesores decidieron imponerles antes de las vacaciones. Pero finalmente terminaron y ahora tenían los siguientes tres días libres para disfrutar y relajarse.

Astrid tocó el timbre de la puerta, golpeando ligeramente su pie contra el suelo mientras esperaban. La película estaba en su mano, una visión pasada atravesó a ambos, puesto que la última vez que la vieron fue cuando Hiccup apareció en medio de la noche frente a su casa, siendo un niño. Él la miró y le dio un suave codazo en su costado suavemente.

- Trae viejos recuerdos, ¿no?

- Todo lo que necesitamos es un poco de helado y sería como si lo estuviéramos reviviendo. - Ella sonrió cuando la puerta se abrió. - Hola, estamos aquí para la noche de películas. - dijo la rubia a la mamá de Patapez.

La mujer era grande, pero muy dulce. Se apartó de la puerta y les indicó que entraran.

- Oh, hace tanto frío afuera en estas épocas. Patapez está abajo esperándolos, aunque sigue enviando mensajes de texto a su novia. - Ella enfatizó esa palabra, mostrando cuán orgullosa (o sorprendida) estaba de que su hijo hubiera logrado enamorar a una chica cuando lo único que hacía era leer y estudiar. – Pueden bajar chicos. - se rió.

- Gracias. - dijo Hiccup. Ambos bajaron las escaleras encontrando a Patapez acurrucado en el gran sofá, con el teléfono prácticamente presionado contra su cara mientras presionaba sus dedos sobre la pantalla. - Hey Patapez, veremos la película en la televisión, no en tu teléfono. - El otro chico se sobresaltó y casi dejó caer su dispositivo. - Wow, ¿realmente la extrañas tanto?

- Solo le estaba diciendo que se va a perder una buena película. - murmuró Patapez.

Hiccup solo sonrió y miró a su alrededor ya que no había estado en la casa de Patapez en mucho tiempo. Su sótano en realidad le recordaba al de Jack, excepto que el de su amigo rubio de secundaria no era un dormitorio. Era grande y espacioso, había un pequeño refrigerador con bebidas frías escondido en la esquina trasera y un televisor de pantalla plana pegado a la pared. Un sofá demasiado grande se hallaba justo en frente de él. Era sin duda una sala perfecta para ver películas.

- Bueno, creo que deberíamos esperar hasta que lleguen los gemelos y entonces podemos empezar la película. - Astrid dejó sus bocadillos en la pequeña mesa de café de vidrio frente al sofá. Sacó su teléfono y revisó si tenía notificaciones o mensajes, al igual que Patapez.

- Muy bien, será mejor que esta no sea una noche entera en la que ustedes van a mirar sus teléfonos con nostalgia mientras yo canto 'Parte de él' solo. - Hiccup gimió, cayendo de nuevo en el sofá.

Habría suficiente espacio para que los cinco se sentaran, aunque sería un poco incómodo. Él y Brutacio se llevaban, aunque Hiccup sabía que no podría olvidar el hecho de que rechazó sus sentimientos. ¿o sí?

Astrid se acercó a él y se derrumbó en su regazo, enganchando un brazo alrededor de su cuello.

- Ay por favor, ¿Acaso no contestarías si Jack te mandara un mensaje de texto ahora mismo? - Preguntó ella, tocando la mejilla del otro chico con su mano libre. Hiccup no dijo nada y simplemente volvió su rostro a ella, fingiendo hacer un puchero. - Mira, no puedes gritarnos cuando harías exactamente lo mismo.

Just a Two Strangers In A CrowdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora