~Capítulo 35~

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¡Hola a todos! Lamento si el anterior capítulo fue algo fuerte, este no será la excepción, procedan con cuidado.

¡Disfruten!

*-*-*-*

Dos días, veinte mensajes de voz y treinta mensajes de texto después de la llamada de Hiccup, hicieron que Jack empezara a preocuparse.

Cuando escuchó el mensaje de voz que el menor le había dejado, por primera vez, Hiccup sonaba como si algo obviamente no estuviera bien "¿Su papá dijo algo? ¿Acaso golpeó a Hiccup?", esos pensamientos iban y venían dentro de su subconsciente.

El estudiante universitario estaba paseándose por el sótano, sacudiendo la cabeza mientras trataba de buscar una explicación razonable por la cual Hiccup no le devolviera las llamadas. "Quizás está ocupado con los planes navideños", se dijo a sí mismo. Era Nochebuena, 24 de diciembre, pero Jack estaba inquieto, en medio de un ciclo repetitivo de sentarse en el sofá y luego volver a levantarse.

Llamó a Jamie, sin saber qué más hacer.

- Hola Jamie, tengo un favor que pedirte.

- Bueno, Feliz Navidad para ti también. - se rió Jamie. - ¿Qué pasa? - Se escuchó un chillido de un niño en el fondo y una risa después de eso. - Lo siento, toda mi familia está aquí por Nochebuena.

Jack asintió, mordiéndose el labio con fuerza y volvió a hablar.

- ¿Puedes darme el número de Astrid?

- Pues, por lo general no esperaría que mi mejor amigo gay intente algo con mi novia, pero supongo que puedo dártelo. ¿Por qué lo necesitas?

- Solo estoy preocupado por Hiccup, es todo; pensé que ella podría saber algo de él. - Ante esa explicación, Jamie le dio el número mientras Jack lo anotaba en un trozo de papel que encontró en el suelo. - Gracias Jamie, Feliz Navidad.

- Lo mismo para ti. Espero que averigües lo que necesites. - Jamie colgó cuando se escuchó otro grito de fondo.

Jack comenzó a caminar por el sótano de nuevo, frotándose la frente mientras llamaba a Astrid. Apretó el teléfono contra su oreja y esperó. Después de tres timbres, ella contestó, hablando en voz baja.

- ¿Hola? - Su tono no anunciaba nada bueno por lo que podía decir.

- ¿Astrid?

- Oh Jack, oh no. - murmuró la rubia rápidamente. Debido a eso, su estómago se revolvió de inmediato. - Jack, lo siento mucho.

El chico agarró el teléfono con más fuerza.

- Astrid, ¿qué está pasando? Hiccup no me ha llamado ni me ha enviado mensajes de texto desde el sábado. No sé qué sucede. - Jack oyó un suspiro tembloroso en el otro extremo e inclinó la cabeza hacia atrás, tratando de mantener la calma. - Quiero saber qué está pasando con él. Astrid, obviamente sabes algo. Por favor solo dímelo.

Ella tragó saliva e intentó hablar en voz baja.

- Jack, Hi...Hiccup y su mamá tuvieron un accidente automovilístico y él está en el hospital.

Sus ojos azules se agrandaron y se hundió más en el sofá, con la cabeza agachada.

- ¿Q...Qué? - Su mano instintivamente sujetó el collar de copo de nieve que aún yacía sobre su pecho, tocando el metal caliente.

- Su padre nos llamó el sábado y hemos estado recibiendo actualizaciones de él, pero aún no se ha despertado de la cirugía, eso es lo último que supimos. - Ella estaba luchando contra algunos sollozos que querían salir, Jack se puso de pie, corriendo escaleras arriba y atravesando la cocina. - Jack, lo siento mucho. Quería llamarte, pero con todo lo que...

Just a Two Strangers In A CrowdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora