~Capítulo 36~

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¡Hey!, antes de comenzar quisiera decir que lamento si estos últimos capítulos fueron más fuertes, de todas maneras la historia debe seguir su ritmo. Más cosas se vienen. 😶

¡Disfruten!

*-*-*-*

Los sutiles movimientos de Jack despertaron a Hiccup, mientras el mayor trataba de deslizarse fuera de la cama. Se dio la vuelta y envolvió a Hiccup con la manta suavemente, luego besó su frente.

- Hey, tengo que irme, pero te prometo que volveré, ¿sí? No dejaré de venir ni un solo día. Lo prometo. - Sus dedos estaban fríos contra los labios de Hiccup, mientras trazaba el contorno de su boca ligeramente. - Así que, descansa un poco y volveré tan pronto como pueda Hiccup, ¿de acuerdo?

- De acuerdo. - susurró Hiccup. - Te amo.

- Yo también te amo, Hiccup. Te amo. - Jack lo besó y siguió mirándolo por encima del hombro mientras se alejaba en dirección a la puerta; luego de hacer un gesto con la mano, se fue.

El chico de ojos esmeraldas se acurrucó más profundamente en la manta, intentando no gemir adolorido por sus cortes y magulladuras. Aunque, principalmente era el dolor en la pierna lo que le molestaba. “Es verdad, nunca podré caminar como antes”, se cubrió la cabeza con las mantas, conforme nuevos pensamientos atravesaban su mente.

“Voy a ser un fenómeno aún más grande de lo que ya era”. El recuerdo de Val brilló ante sus ojos y sintió una punzada en el pecho. “Nada es como era antes. Todo se está rompiendo más y más.”

- ¿Hiccup? – El muchacho se movió al escuchar su nombre, asomándose entre las mantas para mirar a su padre, que se hallaba en su silla - ¿Está todo bien? ¿Te duele alguna parte del cuerpo o quieres que llame a una enfermera? - Estoico estaba despierto, lucía como si no hubiera dormido en absoluto. Conociéndolo, probablemente no lo hizo.

Rodando dolorosamente sobre su espalda, Hiccup miró al techo.

- Estoy bien. - mintió. “No hay la necesidad de preocupar a nadie”; cerró los ojos tratando de conciliar el sueño, pero descubrió que no podía hacerlo sin Jack a su lado. Entonces, sintiéndose desprotegido y con frio, se quedó despierto, con los ojos cerrados pero consciente de todo su alrededor.

Había una profunda sensación de pérdida en su ser, tanto por Val como por su pierna. Sabía que ambas cosas faltaban, pero simplemente su cabeza no lo asimilaba y no podía sacar a flote ni una emoción. Con el tiempo, se quedó en un estado entre dormido y despierto, tratando de entender todo en su mente.

Se escuchó un golpe en la puerta y por una fracción de segundo pensó que era Val. Su corazón latió con fuerza en su pecho hasta que miró en aquella dirección, y vio al Viejo Wrinkly en compañía de Toothless en el marco de la puerta. Cargaban bolsas de compras llenas de regalos y el plástico de estas se tensaba en la base debido al peso.

- Trajimos todos los regalos, excepto el de… - El anciano se detuvo a mitad de la oración y tosió dejando las bolsas en una silla. - No sé qué quieran hacer con ellos.

Estoico apoyó los codos en las rodillas y se pasó la mano por el cabello.

- No hay problema. - murmuró. - ¿Furvus? - Toothless lo miró, sus habituales ojos alegres lucían decaídos. - ¿Dormiste bien? – El niño asintió con la cabeza, se acercó a Hiccup y sin decir una palabra se acostó a su lado, apegándose ligeramente contra su costado. - Gracias por vigilarlo. - dijo Estoico mientras lo miraba de reojo.

- No fue nada. – El Viejo Wrinkly hizo un leve gesto con la cabeza y se sentó. - Él durmió en tu cama; no pensé que te importaría.

Ante esa frase, Hiccup miró a Toothless y vio que se le humedecían los ojos mientras se pegaba más a él. “No es de extrañar que huela como el perfume de mamá, durmió de ese lado de la cama. ¿No es así?”; levantó la mano y apretó los dedos de Toothless, sujetándolos con fuerza.

Just a Two Strangers In A CrowdDonde viven las historias. Descúbrelo ahora