Capítulo 25

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Idiota. Idiota e insensato. ¿Cómo se le ocurre aparecer por aquí?

―No deberías estar aquí ―digo tras cinco minutos mirándonos sin saber qué decir.

―Sé que me odias ―comienza a decir―, pero necesito hablar contigo. Puede que sea la última vez, y me gustaría que me escucharas.

No me gusta lo que estoy oyendo. ¿Qué piensa hacer? ¿Entregarse?

Nunca he odiado a Troy, sería incapaz. Sé que, muy probablemente, nadie que conozca la última parte de nuestra historia me entenderá, pero eso probablemente sea porque la mayor parte de la gente que he conocido no se ha visto sola en el mundo.

Un día, estando en la cama con Jason, le conté el significado de cada uno de mis tatuajes. Era parte de las cien preguntas para conocernos mejor.

FLASHBACK

―El ancla en el pie es para recordarme que siempre debo volver a casa ―comienzo a explicar―. Mi padre solía decirme que está bien experimentar, viajar y ponernos a prueba, pero que, al final de nuestras aventuras, siempre debíamos volver a nuestro lugar seguro. "Nunca olvides de dónde vienes, mi pequeña. Ni quién te quiso incondicionalmente cuando no tenías nada" ―cito a mi padre―. La te que hay encima, como raíz del ancla, es por Troy. Me lo hice a los dos meses de morir papá, para recordarme que, aunque no tuviera familia de sangre, Troy siempre sería mi lugar seguro. No tenía permiso para hacerlo, pero el tatuador era un colega.

Jason me mira como si le contara la historia más interesante del mundo, acompañando su atención con leves caricias sobre mi pelo.

―La frase "Just a little longer" que tengo escrita bajo mi pecho derecho es para recordarme que, cuando piense que no voy a conseguir algo, sólo tengo que aguantar y luchar un poco más y lo conseguiré. Troy también lo tiene en el mismo sitio ―explico sin mencionar que fue inspirado en las carreras―. El corazón en el dedo corazón, y siento sonar redundante, me lo hice con la que era mi mejor amiga. Dos chicas creyendo que su amistad duraría para siempre, lo típico.

Nos quedamos en silencio, disfrutando de la sensación de estar aquí juntos, tranquilos, en paz.

―¿Qué hay de este? ―pregunta pasando sus dedos por el tatuaje que hay sobre mi cadera.

―Una luna llena.

―¿Por qué? ―pregunta curioso.

―Nací en una noche de luna llena, noche en la que mi madre falleció. Mi padre, curiosamente, también dejó el mundo de los vivos  un día en el que se observaba la luna en su plenitud. Y yo ―titubeo antes de continuar, porque no quiero hablar del tema―, yo casi muero una noche de luna llena. O, al menos, creí que moriría esa noche ―finalizo con lágrimas en los ojos.

FIN DEL FLASHBACK

Lo que no le conté a Jason es que todos mis tatuajes fueron hechos por Troy. Y no solo eso: la historia tras cada uno de ellos fue contada en profundidad, con pelos y señales, y llorada ante él. Porque algo que no le dije a Jason es que yo temía la luna llena. No por historias de hombres lobo, sino porque los peores momentos de mi vida habían coincidido con esa estúpida fase lunar. Pero, curiosamente, los mejores también habían sido con ella. Mi primera jornada en el internado, cuando conocí a Sofía y a Patrick; mi primer beso con Troy, que derivó en una bonita historia de amor que pensé que no acabaría nunca; el día que mi padre y yo nos desahogamos sobre todo lo mal que yo lo había pasado y lo mucho que él se arrepentía; y, finalmente, mi primer día de trabajo en la cafetería de Alice. Ese día conocí a Josh, y doy gracias a la luna por ello.

La chica nuevaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora