──No pienso ir contigo a ninguna parte ──dije de manera firme──. Y, por cierto, este no es tu mundo, yo también frecuentaba esto. Te conocí cuando planeaba ir a una carrera, ¿recuerdas?
──Ya lo sé, pero...
──Y otra cosa más ──dije interrumpiéndolo──, yo vivo aquí, tú vives en Nashville. Así que volveré a preguntarlo, ¿qué narices haces aquí?
Mi paciencia se estaba agotando. Sabía que no estaba en Los Ángeles por una simple carrera, y era más que evidente que por mí no había venido, puesto que no había intentado ponerse en contacto conmigo. Claro que teniéndolo bloqueado como lo tengo es algo difícil.
──Tengo negocios que resolver. Un chaval de aquí me debe mucho dinero ──confesó.
──Pues deja que Scorpion se encargue de solucionarlo, para algo se encarga él de lo que pasa en California.
El silencio que se instaló de repente y el hecho de que Troy evitara mirarme terminó por sembrar la duda. El recuerdo de lo que pasó aquella noche me golpeó, dejándome sin aire.
Dos años atrás, en una de las carreras de Tennessee, Troy y yo estábamos apoyados en el capó de su coche junto a sus amigos cuando Scorpion se acercó enfadado. Troy intentó evitar que hablara delante de mí, pero aún así lo escuché todo. De todo lo que dijo, lo que más me descolocó fue que hablaba de dar palizas, de conseguir más armas, y, en especial, deshacerse de un cadáver. Troy quiso maquillarlo diciendo que estaba mezclando videojuegos con la realidad, lo cual no sería raro si tenemos en cuenta todas las drogas que consumía ese tipo. Pero el problema era que también mencionó algo así como si lo hacemos como Troy en Miami, nadie se enterará.
Si me paraba a pensar, era bastante curioso cómo todos mis amigos habían intentado alejarme de él. Patrick, a pesar de que no lo conocía en persona, puesto que él vive en Inglaterra, siempre me dijo que le daba mala espina. Un día, sin previo aviso, cambió de número y nunca más pude volver a contactarlo. James, por su parte, fue el primero de sus amigos que conocí. Lo primero que me dijo fue que me asegurara de que estar con Troy era lo que quería. Yo lo asocié con celos, pero igual era una advertencia de verdad. Sofía tampoco era partidaria de su relación, pero recientemente se ha acostado con él, así que no debería fiarme de su palabra.
Giré mi cabeza en la dirección que seguían sus ojos y vi un todoterreno negro. Sospecho que es el de Scorpion, pero no pienso acercarme a comprobarlo. Noto a Troy nervioso, y creo que eso confirma mis sospechas.
──Sí que mataste a ese tipo de Miami, ¿verdad?
Troy me mira. No soy capaz de descifrar su expresión, y eso nunca me había pasado con él.
──Sabes que no haría nada sin un buen motivo para hacerlo.
──No me vuelvas a hablar en tu vida.
Me doy la vuelta para alejarme de él, pero él me agarra del brazo y me gira en su dirección.
──No te atrevas a darme la espalda ──grita en mi cara──. Tenemos que hablar, y no es una pregunta.
──Vete a la mierda, Troy. Me has estado mintiendo todo este tiempo. Me dijiste que tus negocios no implicaban violencia, que sólo corrías, vendías y consumías. ¡No quiero volver a verte en mi vida!
Volví a girarme, pero Troy seguía negándose a dejarme ir.
──¡Tú harás lo que yo te diga! ¿Qué imagen estaría dando si mi chica me ignorara delante de todo el mundo?
Observé a mi alrededor y vi que muchas personas tenían su atención puesta en nosotros, Scorpion y compañía incluidos.
──Yo no soy tu chica, Troy. Sólo soy una chica nueva en la ciudad.
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La chica nueva
Teen FictionTras 3 años yendo de casa en casa, Katrina se propone empezar una vida lejos de todo aquel que la conoce. En concreto, decide irse a Los Ángeles, ya que siempre había deseado visitar esa ciudad. Lo que ella no sabe es que ahí tendrá que encontrarse...