―O, despierta.
Su voz suena lejana, pero el tacto de su mano sobre mi brazo lo noto con intensidad. Tardo un par de segundos en darme cuenta de que me ha llamado O, lo que quiere decir que estoy dormida junto a Jason...
CAGADA MONUMENTAL.
―Vamos, O, van a pensar lo que no es.
Y entonces me acuerdo.
Nos pasamos aproximadamente una hora bebiendo la botella que habíamos subido con nosotros a la habitación. Todo fueron risas hasta que la acabamos y todo empezó a darme vueltas. Recuerdo tumbarme para que se me pasara el dolor de cabeza y a Jason haciendo lo mismo. La pregunta es cuánto hemos dormido.
―¿Qué hora es? ―cuestiono mientras me incorporo lentamente, apenas abriendo los ojos.
―Son casi las seis. Llevamos casi dos horas aquí, no quiero ni pensar lo que pensarán los demás. Será mejor que bajemos.
―Deja que entre al baño para lavarme la cara, que debe estar hecha un cuadro.
―Tú siempre has sido un cuadro andante, pequeña O.
Me adentro en el baño mostrándole mi dedo corazón y me lavo la cara.
―Pero eres un cuadro muy bonito ―añade una vez salgo.
Jason es tan dulce conmigo que no puedo ocultar la sonrisa.
―Gracias ―digo abrazándolo.
―¿Por qué?
―Por ser siempre tan bueno conmigo. Por aparecer en mi vida. Por quedarte a pesar de todo ―digo manteniendo mis brazos rodeando su cintura, con mi mejilla pegada a su pecho.
―No tienes que agradecer nada. Es un placer ver cómo metes la pata de vez en cuando.
Me separo de él y le saco la lengua de manera infantil. Sin esperar su reacción, abro la puerta y salgo camino a donde estábamos antes.
La imagen es maravillosa. Todos, sin excepción, están borrachos como cubas. Están tirados por el suelo, riendo como si les fuera la vida en ello.
―Creo que ya has bebido demasiado ―digo acercándome a Josh por detrás, arrebatándole un vaso de la mano antes de que se lo lleve a la boca.
―¡Kaaaaat! ―dice tirándose encima de mí, literalmente.
―Joder, Josh, déjame respirar.
―Dime que no te has follado a Jason, cremita. Mírame y dime que has sido una buena novia ―dice separándose de mí con sus ojos tratando de evaluarme, como si fuera capaz de enfocarme la cara.
―Bebimos una botella de vodka entre los dos, idiota. Hemos estado hasta ahora durmiendo la mona.
―Ay, menos mal ―dice agarrándome y tirando de mí hacia él.
―Creo que deberíamos ir yéndonos.
―¿Ya? ―dice sacando su labio inferior hacia fuera, haciendo un puchero.
―Sí, ya. Es hora de volver a casa ―ante su insistente negativa, decido emplear otra táctica―. Piensa que Lorelai estará a punto de llegar, lo que quiere decir que puede que tengas el primer polvo del año si te vas ahora.
Se levanta todo lo rápido que puede, lo que implica que se caiga un par de veces, pero, finalmente, consigue mantenerse en pie.
Cogiendo mi teléfono, el cual he ignorado toda la noche, descubro varias felicitaciones de año nuevo en whatsapp, así como un montón de menciones en las historias de quienes han estado conmigo esta noche.
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La chica nueva
Novela JuvenilTras 3 años yendo de casa en casa, Katrina se propone empezar una vida lejos de todo aquel que la conoce. En concreto, decide irse a Los Ángeles, ya que siempre había deseado visitar esa ciudad. Lo que ella no sabe es que ahí tendrá que encontrarse...