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Riane y Cincos habían acordado reunirse en una de las salas de guerra del Cuartel General del GER. Tras unos días de vuelta en Coruscant, la 501 debía volver al frente. Rex y muchos de los chicos partirían en unas horas hacia Ringo Vinda, donde intentarían capturar al almirante Trench y la información que había en la estación espacial que iban a atacar.

Riane no iría con ellos. La 501 había recibido novatos, y el general Skywalker le había pedido que supervisara su llegada y acondicionamiento mientras él estaba en el frente. Era un gran honor ocuparse de nuevos soldados que llegaban a la compañía y no solo a su escuadrón, pero Riane no podía evitar sentirse nerviosa. Le era imposible no preocuparse, aunque fuera un poco, al saber que su hermano se iba al frente sin ella... y también quien consideraba su ¿novio? ¿pareja?

Suspiró, entrando a la sala y dejando que la puerta se cerrara tras de sí. Se quitó el casco, dejándolo encima de la mesa de transmisiones. Cincos no estaba allí todavía, lo que le daba un rato para ordenar sus pensamientos. Se sentó en el banco que había frente a la mesa, y clavó los ojos en el visor de su propio casco. El rayo que lo cruzaba entero le daba un sentimiento de seguridad.

Alzó la mano para acariciar su hombrera izquierda, donde el número de Echo estaba gravado.

Había pasado tanto tiempo, habían pasado tantas cosas, había perdido a tantos de sus chicos...

Cerró los ojos y se obligó a pensar en cosas más felices. Desde la creación de las Fuerzas Rayo, había conseguido su propia habitación en el Cuartel del GER. Eso hacía que Rex y ella pudieran encontrarse a solas con más flexibilidad, sin que nadie echara en falta a Riane en las literas del cuartel C.

Se sonrojó al pensar en la noche anterior, porque la había pasado en la habitación de Rex.

La situación aún era muy rara, y todo aquello le hacía sentirse como una joven enamorada. Aun así, mentiría si dijera que la emoción de encontrarse a escondidas con el capitán no le gustaba. Él aún se mostraba tímido, pero se iba abriendo poco a poco a ella.

Riane sabía que estaba mal lo que estaban haciendo, que ambos estaban rompiendo el reglamento cuando decidieron comenzar a verse como algo más que amigos. Sin embargo, no había manera en la que pudiera haberle dicho que no a Rex cuando le había pedido comenzar esa relación, hacía unas rotaciones.

La puerta se abrió y Cincos entró por ella. Riane se levantó, carraspeando antes de sonreír.

Vod'ika —saludó Cincos con cariño—. ¿Qué tal?

Se dieron un corto abrazo cuando Cincos se quitó el casco.

—Bien, Cincos —respondió ella—. ¿Y tú? ¿Todo listo para la misión?

Los dos se sentaron en el banco para hablar. Él asintió.

—Sí, he dejado a Rex con el general Skywalker. Están ultimando los detalles.

HUNGER ━ Capitán RexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora