019.

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A Rex le temblaban las manos, así que sujetaba el casco fuertemente para que nadie lo notara. Riane, a su lado, estaba furiosa.

Rex la había visto llorar antes, cuando Echo había muerto, pero nunca la había visto... así.

Los ojos rojos, la cara pálida, y una mueca aterradora de furia en el rostro. Le temblaban los labios, pero no había abierto la boca desde que se había enterado de que Krell había dado la orden de que Cincos y Jesse fueran ejecutados de inmediato.

Rex había vuelto a la torre para intentar convencer al general de que no iniciara un consejo de guerra, pero lo único que había conseguido es que Krell admitiera que no había tiempo para comenzar el proceso formal, y, por eso... había decidido que los soldados debían de ser ejecutados ya.

Unmel no le miraba a la cara. Ahora, los dos bajaban junto a tres soldados más a las celdas de prisión, donde Cincos y Jesse esperaban.

La plataforma del ascensor se detuvo frente a su celda, y Rex tuvo que pasar saliva para deshacer el nudo que se le había formado en la garganta al verlos allí, esposados y sin la parte superior de la armadura, sólo en el mono negro.

Parecían verdaderos criminales de guerra. E iban a morir porque Rex había permitido que se la jugaran de aquella manera.

Dio un paso adelante, pero Riane le empujó con el hombro bruscamente, pasando por su lado para acercarse a la celda. Rex abrió la boca, sorprendido, pero ella ya les estaba hablando.

Aparentemente su voz sonaba completamente seca, pero el capitán podía oír el sufrimiento tras su fachada.

—Cincos, Jesse —comenzó—. Lo siento mucho.

Cincos miró a su amiga seriamente, y Jesse bajó la cabeza. Rex se unió a ellos despacio.

—El general Krell ha ordenado vuestra ejecución inmediata, lo siento —acabó él.

—¿Qué? —gritó Jesse—. Pero, ¿cómo? No puede hacer esto.

—Tiene autoridad para tomar esas decisiones en combate —suspiró Rex.

Jesse negó con la cabeza.

—Entendería que se nos juzgara, incluso que se nos encerrara, ¿pero una ejecución?

Cincos tenía los ojos clavados en los de Riane, y ella en los de él. Quizás por fin se reuniría con Echo... pero la dejaría allí, sola. En aquellos meses, se habían vuelto como hermanos, incluso si ella no era un clon.

Allí, sin decir nada, ambos se dijeron con la mirada que se querían. Eran vod'e, después de todo.

—Intenté convencerle de que era culpa mía, y no quiso oírme —dijo Rex.

HUNGER ━ Capitán RexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora