012.

882 129 49
                                    

━━━━━━━━━━━ ✦₊˚

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

━━━━━━━━━━━ ✦₊˚.

Rex esperó a un lado de la entrada al puente de mando, mientras Obi-Wan Kenobi hablaba con la Maestra Jedi Dhejah Ernark dentro de la sala de transmisiones. Anakin estaba en el puente, pero los tres habían decidido reunirse allí mientras la nave volvía a Coruscant.

El capitán le había pedido a Cincos que vigilase a Riane. Se habían encontrado de nuevo en el comedor, y aunque había recuperado la compostura, estaba muy seria. Tenía los ojos rojos y vacíos, como si estuviera completamente ida, y que no hablara o soltara comentarios sarcásticos le había preocupado más de lo que le gustaría admitir.

Rex no le había contado a nadie más sus planes, sólo a Wolffe, y ahora estaba algo nervioso.

Fue entonces cuando Skywalker se acercó por el pasillo, con Ahsoka al lado. La niña le dio una pequeña sonrisa al clon, y ladeó la cabeza hacia un lado con curiosidad. Rex negó con la cabeza: no, no sabía nada nuevo de Unmel. Ella asintió.

Los dos siguieron a Skywalker dentro de la sala de transmisiones. Kenobi parecía haber acabado hace poco, porque se giró hacia ellos con una pequeña sonrisa.

—¿Has saludado a Dhejah de mi parte? —preguntó Skywalker como saludo.

Kenobi le dio una sonrisa divertida, cruzándose de brazos.

—Ni siquiera ha preguntado por ti.

Ahsoka sonrió ante la mirada fastidiada de su Maestro, pero Rex seguía muy serio. Los Jedi se giraron hacia el capitán, esperando a que hablara.

—Está bien, Rex —dijo su general—. ¿De qué querías hablar?

El hombre se quitó el casco, sujetándolo con fuerza contra la cadera izquierda. Miró a Skywalker directamente. Decidió decirlo de golpe, sin rodeos innecesarios. Después de todo, el equipo entero estaba cansado, y no había por qué alargar las cosas. Cogió aire antes de soltarlo.

—Creo que Unmel está lista para ser ascendida a teniente.

Ahsoka abrió bastante los ojos, Obi-Wan se llevó la mano a la barba, y Anakin sonrió con entendimiento. Aquello le estaba divirtiendo sobremanera, pero no lo iba a decir en voz alta. Todos se permitieron un momento para pensar, pero Rex ya estaba más tranquilo al ver que ninguno parecía demasiado sorprendido. Las expresiones curiosas se habían debido, más bien, a que hubiera sido él quien recomendara el ascenso.

—Concuerdo con Rex —dijo el general por fin—. Ha demostrado grandes capacidades bajo mi mando, y su participación en esta misión las confirma. Si no hubiera sido por ella y por cómo actuó cuando Tarkin estaba en peligro, quizás esta misión habría sido un fracaso rotundo.

La Padawan asintió, y Obi-Wan miró a Rex con aceptación.

—Si eso es lo que tú crees, Rex, yo no tengo ningún inconveniente: es una de tus soldados, después de todo. —Sonrió—. Como dice Anakin, Riane salvó a Tarkin y ha luchado bien desde que se sumó al GER, así que creo que es una buena decisión.

Rex asintió, poniéndose el casco.

—Prepararé la ceremonia en el hangar.

━━━━━━━━━━━

—¡Compañía Torrente, atención!

Los hombres se pusieron firmes a la orden de Rex.

Los soldados de la 501 habían formado dos filas en el hangar de la nave, entre las cañoneras. Otros batallones y legiones se habían acercado a ver cómo, por primera vez en la historia del Gran Ejército de la República, alguien que no era un clon era galardonado con un rango como el de teniente.

Cincos estaba cerca de donde Riane se había situado, en el centro de las dos hileras. La chica se había quitado el casco, y se había puesto firme frente al capitán Rex, a la comandante Tano, y al general Skywalker.

Siguiendo el protocolo, le dio un saludo militar a Rex mientras él se acercaba con una medalla. Los otros superiores se quedaron atrás, mirando la escena con ojos amables.

La chica inspiró. Le latía muy rápido el corazón, y sentía que estaba pálida. La armadura comenzaba a desgastarse, perdiendo pintura, pero Riane la había limpiado para la ocasión. Las DL-44 descansaban sobre sus piernas, y el casco estaba apoyado solemnemente sobre su cadera. El pelo oscuro le caía por la espalda, ordenado y bien cepillado, contrastando con el blanco de las protecciones.

—Descanse, soldado —le dijo Rex con voz llena de autoridad, y ella bajó la mano, aún firme—. Como capitán del Gran Ejército de la República, te nombro a ti, Riane Unmel, teniente de la Legión 501.

Con eso, le colocó la medalla azul en el pecho, el gran símbolo de la República brillaba en dorado en el centro.

Cruzaron una mirada grave. Los ojos caramelo de Rex parecían brillar con algo parecido al orgullo, y los oscuros de Riane, marrones, pero casi negros, estaban muy abiertos, rebosantes de seriedad y honor. La chica volvió a levantar el brazo.

—No le defraudaré, capitán.

Él asintió una sola vez.

—Lo sé.

Con eso, ella se giró hacia el resto de los hombres, que pisaron fuertemente contra el suelo, y, siguiendo el protocolo, saludando a su nueva superior mientras ella descendía por el centro de las hileras.

El capitán había entendido sus palabras a la perfección: no se refería a que no defraudaría a Rex. Ese "no le defraudaré" era una tercera persona. Era un "no defraudaré a Echo". Rex asintió de nuevo, aunque ella no podía verle, mientras los hombres rompían la formación y Cincos abrazaba a Riane con fuerza, dándole un par de palmadas en la espalda con orgullo.

Por eso él había respondido que lo sabía: porque estaba seguro de que Riane Unmel nunca defraudaría a aquel soldado caído al que ambos podían llamar un hermano.

Le costaba admitírselo a sí mismo después de todos los roces que habían tenido, pero Rex confiaba en su nueva teniente.

HUNGER ━ Capitán RexDonde viven las historias. Descúbrelo ahora