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El gran fin de semana había llegado, Jimin se miraba al espejo de su habitación mientras que su prometido se arreglaba en el cuarto de baño, ¿Que demonios estaba haciendo con su vida? Tenía que hacer esto, pero el valor y la fuerza se le estaba yendo.

No sabía si iba poder enfrentarse a su familia, con la confesión que recuerda algunas cosas y que ya no quiere casarse con Young, todo esto lo ponía tan nervioso.

—Cariño apresurarte— se acercó Young para rodearlo de la cintura— Tu madre nos espera.

Jimin se estremeció un poco, el simple toque de aquel hombre lo hacía sentir aún más inseguro, con una última mirada al espejo frente a él se alejo de su prometido y camino hasta la puerta para ir al auto.

Bien, no había vuelta atrás, este día tenía que decir la verdad, una vez en el auto su prometido se dedico a manejar, ninguno de los dos menciono alguna palabra, Jimin se sentía mal, Young merecía a alguien que lo ame.

Su prometido había sido bueno todo estos años, aun con las infidelidades, había estado en muchos momentos para él, no quería que él se sintiera traicionado, pero tenía que hacer esto porque ya no era feliz y no podría hacerlo al lado de Young.

Cuando llegaron al lugar fue sorprendente para el rubio, pensó que sólo era una reunión con algunos conocidos pero no entendía que hacía la prensa y los medios de comunicación en la casa de sus padres.

Esto cada vez se veía más complicado, su valentía estaba flaqueando y parecia que su cuerpo no ayudaba en nada, Young se bajó del auto y abrió su puerta. Una vez salió de sus pensamientos ya tenía la mano de su prometido alredor de su cintura.

Las fotos no se hicieron esperar, muchas personas lo rodeaban y apuntaban con sus cámaras hacia su cara, Jimin estaba nervioso y sólo podía perdirle al universo que le ayudara, mientras su prometido se dedicaba a saludar con su radiante sonrisa y tomando posesión de él.

La incomodidad y el miedo era una mezcla que jamás pensó experimentar, pero ahí se encontraba entrando a la casa que llamaba hogar y de la que ahora mismo quería huir.

—Cariño, están aquí— los recibió su madre, con un abrazo y un beso hacia su prometido.

—Madre, ¿por que hiciste todo esto? Pensé que solo era una pequeña reunión.

—No exageres Jimin, tu matrimonio es importante y todos lo tienen que saber. Pero no hablemos de eso, Young quiero que vengas a conocer a unas personas.

Su prometido se apartó de su lado, no sin antes depositar un pequeño beso en sus labios. Vio alejarse a su madre y Young al lado de ella, ahora se encontraba solo en medio de esa enorme casa y con mucho miedo.

¿Qué estaba haciendo? ¿Cómo iba a soportar esta presión en su pecho? ¿Acaso tendría el valor para dejar todo de una vez?

—¿Estas bien? Mi bolita de nieve— su padre hizo su aparición, sacándolo de sus pensamientos.

—Papá— Jimin lo miró con ojos de cachorro.

Suk conocía a su hijo, y sabía que había mucho miedo y duda en él. Jimin inconscientemente temblaba y suplicaba con sus pequeños ojos que alguien lo ayudara, y eso es justo lo que hizo su padre.

—Todo estará bien— se acercó a él y le acarició su mejilla— Confía en papá.

Jimin no sabía que necesitaba tanto esas palabras hasta que sintió sus ojos picar, no podía darse el lujo de llorar, tenía que ser fuerte, por él.

—Bien, ya que estamos todos aquí— hablo su madre con un micrófono en la mano, haciendo llamar la atención de todos los presentes— Como muchos saben, mi hijo Jimin y mi querido Young están en una relación desde hace muchos años y este día— hizo una pequeña pausa llamando a Jimin y al pelinegro junto a ella— Quiero anunciar la fecha de matrimonio, será... El primero de septiembre de este año.

Jimin quién tenía su mirada hacia sus dedos rápidamente la levantó al escuchar aquella fecha, miró a su madre entre aterrado y sorprendido. Ella sabía lo que hacía y Jimin no entendía del por qué de sus acciones.

—Queridos, ¿les gustaría decir algunas palabras?— preguntó su madre, con un tono dulcemente aterrador que hacía erizar su piel.

Jimin se rehusaba a decir una sola palabra, su prometido lo rodeo de su cintura y soltó una pequeña risita.

—En realidad, me gustaría decir un par de palabras— dijo mierando a un punto fijo en el público— Me siento afortunado por tener a Jimin cada mañana al despertar y por la noche ser lo ultimo que veo al dormir.

El rubio siguió la mirada de Young y ahí estaba, Jungkook tan malditamente elegante y ardiente, su mirada fría y sus manos en sus bolsillos.

—No puedo— susurró el rubio— No puedo.

Jimin salió de ahí, no quería la multidud de personas dirigiendo sus miradas a él, no quería la mirada fría de Jungkook, no quería casarse y mucho menos vivir con una persona que no amaba.

Llegó hasta el jardín trasero, donde los invitados no tenía acceso, quería respirar por que podía jurar que se iba ahogar ahí adentro en cualquier momento.

Si madre y su prometido no dudaron en seguirlo, Jungkook con la ayuda del señor Park fue tras él también.

—¡En qué demonios estas pensando!— grito su madre una vez encontró al rubio al borde las lágrimas.

—No puedo, mamá, no puedo.

—¿Que se supone que es esa respuesta?— interrogó su prometido— regresemos ahora mismo Jimin, o las personas empezaran a sacar conclusiones erróneas.

—¡No voy a volver ahí adentro!— grito con desesperación— No entiendes, no quiero casarme.

—¿De qué mierda estas hablando?

—No te amo Young.

—Jimin, no digas tonterías y deja de comportarte como un mocoso y vuelve con Young.

—No lo haré mamá.

Su madre se acercó y lo tomó fuertemente por el brazo.

—Eres estúpido, no escuchaste lo que te ordene.

—¡No!— se soltó bruscamente— No más, no soy el mismo adolescente de antes, no puedes controlar mi vida.

—Al parecer si necesitas que alguien la controle por que te comportas como un niño.

—¿No quererme casar es comportarme como un niño?

—¡Callate!

Su madre lo golpeó en la mejilla izquierda, ese era el punto final para Jimin.

—No lo haré, recordé mamá— mencionó con coraje.

—¿De qué estás hablando?— preguntó Young.

—Recordé a Jungkook, recordé, ¡maldita sea recordé! .

Tanto su madre como su prometido se quedaron sin palabras, ¿Lo había dicho verdad?

—Recordé la noche del accidente y el motivo por el cual salí huyendo de casa.

—¡Jimin, basta!

—Dejalo que hable— interrumpió su padre.

Todos dirigieron su atención hacia él y que efectivamente no venía solo, ¿paz? ¿Tranquilidad? ¿Valor? No podía definir sus sentimientos, pero de algo estaba seguro, que todos y cada uno de ellos le pertenecían a una sola persona, y esa es Jeon Jungkook.

Ya no podía existir duda alguna, él le pertenecía a Jungkook. Y estaba seguro que Jungkook le pertenecía a él.






•❅Before Winter❅• Kookmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora