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La mañana era como cualquier otra, para Jimin despertar con o sin su prometido era igual, ellos desde que regresaron a Corea cada vez hablaban menos, se veían menos y las cosas parecían no querer mejorar.

Después de darse un baño y ponerse ropa cómoda, Jimin se dirigió a la cocina para preparar algo de comer. Aún no sabía si Young seguía o no en casa, a decir verdad no quería verlo pero no podía evitarlo todo el tiempo.

—Estas cocinando— Jimin se sobresalto, pensaba que estaba solo en casa.

—Solo hago mi desayuno.

—¿No compartirás conmigo?

—Pensé que ya te habías ido al trabajo.

—Pues ya ves que sigo aquí, Jimin.

El rubio solo asintió, la verdad se sentía muy incómodo con su prometido últimamente, no había mucho de que hablar y no sabía que hacer estando junto a Young.

—Sobre lo de a noche...

—No quiero hablar sobre eso— interrumpio Young.— No es de mi agrado recordar como ese bastardo te coqueteaba.

—¿De qué estás hablando?

—No soy estúpido Jimin.

—No quiero pelear.— dijo el rubio ignorando a su prometido y siguiendo con su tarea.

—Piensas que no me di cuenta como lo mirabas cuando bailabas con ese tipo— se acercó a Jimin y lo tomó por la muñeca— No voy a permitir que otro hombre toque lo que es mío, mucho menos Jeon, no otra vez.

El rubio no tenía idea a qué se refería su prometido con "no otra vez" ¿acaso él y Jeon ya se conocían desde antes?. Young le dio una mirada fría al rubio, Jimin sintió escalofríos. El pelinegro soltó su mano y se dio la vuelta para irse hacia a la habitación.

—No me esperes para cenar— dicho aquello desapareció por el pasillo.

Jimin suspiro y miró su desayuno, apago la estufa, el hambre se había ido. Él había sentido la química que tenía con Jeon pero no pensó que era tan evidente, además no es como si el pelinegro haya sentido lo mismo.

La tarde había pasado y él se encontraba en la sala de su casa sin nada que hacer, su prometido se había ido hace un par de horas a trabajar. No le había querido dar vueltas a las palabras de Young, pero aún le parecía intrigante.

Se levantó del sofá para ir por más galletas, parecía que este día las horas avanzaban más lento de lo normal, hoy era su día libre no tenia que ir a la academia, estaba solo y sin nadie con quien compartir, parecía que así terminaría su día. Pero el destino tenía algo más preparado, el timbre sonó y con mucha pereza se dirigió hacia la entrada para ver quién estaba tocando.

Cuando abrió la puerta una sonrisa se le formó en sus labios color cereza, su mejor amigo había venido al rescate y no podía estar más agradecido.

—Con esa cara creo que vine justo a tiempo.— dijo entrando a la casa.

—Esta vez no me voy a oponer a nada, dime que tienes en mente.

—¿Por qué crees que tengo algún plan?— Jimin lo miro con sus ojos entrecerrados— Bien, si tengo un plan pero tienes que arreglarte.

—¿Donde iremos?

—¡A beber!

Jimin soltó una pequeña risita, Taehyung le transmitía todo su entusiasmo y no podía estar más alegre por tenerlo en su vida.

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El pelinegro se encontraba en su oficina viendo la cuidad, parecía todo en calma desde arriba, la vista podía marear a cualquiera pero a él sólo le hacía sentirse tranquilo. Jungkook podía pensar mejor las cosas cuando se encontraba en la soledad de su oficina.

•❅Before Winter❅• Kookmin. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora