Las promesas son el acto de fé que tenemos hacía las palabras guardadas en nuestros corazones con la esperanza de ser cumplidas, eso es lo que pensaba Jungkook con el anhelo de volver a su primer y único amor.
-Te amo tanto Jimin.
-En esta vida y l...
Con el climax al máximo, las pieles sudadas, la sábanas desordenadas y sus ropas esparcidas por todo el lugar. Los cuerpos sobre la cama se movían, chocando el uno con le otro, haciendo un ruido obsceno.
Golpeados por el potente orgasmo, el peliazul cayó a un lado de la cama, tratando de regular su respiración, mientras Yoongi se quitaba el preservativo y lo arrojaba al bote de basura.
—Eso fue grandioso.— dijo apenas Taehyung.
—Lo sé— concordó el mayor, Min tomó la mano del peliazul mientras daba una pequeña caricia— ¿Te quedaras? Ya es un poco tarde.
El par de chicos llevaba viéndose a escondidas todo este tiempo, sexo, algunos tragos y más sexo, el encuentro en el baño de aquel evento solo les confirmo que la atracción que sentía el uno por el otro era más que certera.
—No, mañana tengo cosas que hacer.
—Tae, solo por esta noche, quedate.
—Oh~ vamos gigi, no confundas las cosas— el peliazul se levantó para empezar a vestirse— Esto es lo que acordamos, sin sentimientos, es más placentero para ti y para mí.
—No estoy confíendo las cosas— aclaró— Solo ya sabes, quería sexo mañanero.
—Será para la próxima— una vez listo Taehyung se acercó al chico desnudo en la cama y beso sus labios— No te enamores de mi gigi.
Esas fueron sus últimas palabras antes de salir de la habitación, para Yoongi aquello era solo un malestar de pecho, claro que no quería una relación y mucho menos se iba a enamorar de un tipo como Taehyung.
Ellos solo eran amigos con beneficios, pero algo no estaba bien, a pesar de que disfrutaba demasiado la compañía del peliazul algo le molestaba cada vez que veía partir de esa manera a Taehyung.
—Pfff como si fuera posible— dijo a la nada— ¿Yo? ¿Enamorarme? Es más fácil que me rompa una pierna.
🍂 🍂 🍂
—No se que hacer— dijo el pelinegro con desesperación.
—No seas estúpido, es tu prometido— respondió enojada Soo.
—Pero y si recordó, ¿Que se supone que haga?.
—Pues casarte cuanto antes, no voy a permitir que Jimin este con alguien como Jeon.
La señora Park no había sacrificado tanto para que su hijo al final se quedara con un don nadie, por que de algo estaba segura el dinero no da la clase.
—No entiendo, si Jeon tiene dinero ahora y muchas conecciones ¿por qué te molesta tanto?
—No hagas preguntas de cosas que no son de tu incumbencia. Ahora solo tienes que encargarte de Jimin y el amor que se tienen.
—Sabes que él nunca me amo realmente.
—Y han vivido felices estos últimos 5 años, ¿no es así? no estoy diciendo que el amor no es importante simplemente no sabes hacer tu trabajo.
—He hecho todo lo que me has pedido.
—No quiero seguir teniendo esta conversación contigo, debes vestirte, Suk llegara pronto de la oficina.
Y como lo ordenó la mujer, Young empezó a colocarse prenda por prenda, la señora Park no es que estuviera del todo feliz haciendo esto, es decir, ser la amante del prometido de su hijo no es algo de lo que se sintiera orgullosa pero las cosas solo se sucedieron y al final ya no pudo detener las, así había sido los últimos dos años.
—Me aseguraré de anunciar una fecha próxima para la boda.— dijo desde la cama.
—Esta bien— el pelinegro ya no estaba seguro si esto era lo que quería.
Pero de algún modo sabía que era la única manera de tener cerca a Park Soo. Él había amabado a Jimin pero las cosas habían cambiado, hace mucho el rubio ya no le pertenecía.
No podía decir que tenía sentimientos por aquella mujer, pero estaba seguro que estando a su lado iba a ganar muchas cosas y una de ellas sería la empresa de los Park. Todo este sacrificio tenía que valer la pena, después de todo estaba en juego una gran suma de dinero.
Young salió de la habitación que la señora Park compartía con su esposo, una vez que Soo se encontraba sola tomó su teléfono. Llamaría a su hijo y le haría saber que pronto se casaría.
—Hola cariño.
—Hola mamá, ¿como estas?
—Bien, tu sabes un poco ocupada. Bueno no quiero dar larga a esta llamada, realmente llamaba para darte una buena noticia.
—Una buena noticia ¿cuál?
—Ya tengo la fecha para la boda— dijo, aunque realmente no la tenía quería que Jimin estuviera sabedor— Este fin de semana voy a organizar una cena con todos nuestros amigos y familiares para anunciar que por fin vas a contraer matrimonio con el amor de tu vida.
—¿Por qué no me lo dijiste antes?
—Ay~ no es como si no lo supieras, Jimin, llevan prometidos mucho tiempo, ya es hora que se casen.
—Pero mamá
—Nada de peros, este fin de semana se anunciará la fecha. Así que, ponte algo lindo.— dijo con una felicidad exagerada— Bien, tengo que irme.
Jimin miro su teléfono y sentio la desesperación correr por todo su cuerpo, escribió un mensaje a su prometido diciendo que se quedaría con Taehyung esta noche. No quería esto, no después de recordar.
Esto era algo que le asustaba, llevaba viviendo una mentira los últimos años y ahora que podía salir de ella las cosas se complicaban, quería escapar e irse lejos y vivir su vida como quisiese, pero las cosas no eran así de sencillas.
Hace unas horas había peleado con sus amigos y ahora caminaba de regreso al lugar donde se sentía seguro, tomó un taxi y mientras estaba de camino no podía dejar de pensar en las palabras de su madre, era evidente que no se casaría.
Al llegar al edificio el guardia de seguridad lo saludo, subió al penthouse del pelinegro, cuando tocó la puerta nadie parecía estar ahí adentro. Recordó que probablemente Jungkook estaría trabajando, sin saber que hacer se sentó al lado de la puerta a esperar.
A esperar que Jungkook lo protegiera.
Sentado ahí enterró su rostro sobre sus piernas, no quería llorar pero parecía imposible ¿Por qué todo esto pasaba asi de repente? Pensó que iba a ser más fácil después de recordar.
Pero que equivocado estaba, porque las mentiras aún no terminaban.
***
Agradecida por las actualizaciones de Jungkook.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.