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Draco tomó sus manos y las amarró con un cinturón a la cama.

Adoraba la sensación de sus mejillas ruborizadas contra su piel, el contraste de temperaturas lo volvía loco.

Deslizó sus dedos por la costura de su ropa interior, arrancándosela por completo.

"Te voy a hacer una pregunta", jadeó en su boca.

Subió su camiseta hasta la altura de su cuello, disfrutando del sabor dulce de su piel.

"¿Cuál es?", gimió ella.

Intentó acercar su cuerpo al de él, desesperada por un mínimo roce que calmara la presión ejercida entre sus piernas.

Ángela abrió la boca lentamente, dejando en evidencia su lengua. Draco imitó sus acciones uniéndose con la suya, dándose cuenta de lo compatibles que son para crear nuevos sabores.

No soporta permanecer un minuto más lejos de su cuerpo, sus manos recorren una y otra vez los lugares que siempre quiso explorar. Sus pechos chocan entre sí con cada respiración, dándolo todo por sentirse.

"Después de ésto, ¿serás mía para siempre?", preguntó.

Repartió innumerables besos en sus pechos, succionando cada uno de ellos y repartiendo suaves mordiscos con sus labios. Su saliva le otorga una capa brillosa a ambos, dándole aún más hambre.

"Quiero ser el último que te toque", ordenó. "El único que te haga sentir así de bien."

Ángela forcejeó por liberarse, logró llamar la atención del chico arrastrándolo hacia su rostro.

"Siempre seré tuya", dijo. "Y te aseguro que, a partir de ahora, seremos nuestros por siempre", sentenció.

Draco le dio un regalo que ella amaría hasta el fin de sus días. Un nuevo accesorio alrededor de su cuello, un collar.

Su tacto presiona contra el, fraccionando el aire de una forma tanto dolorosa como excitante.

Deslizó su mano libre por su abdomen hasta llegar a su coño, insertando con facilidad dos dedos dentro de ella.

"Estás tan mojada para mí", gimió en su oído. "Muéstrame lo que tienes", acarició su oreja con la punta de la lengua.

Los movimientos se volvieron cada vez más fuertes, acertando en su punto dulce.

"Draco, deja de jugar", tembló debajo de él. "Quiero sentirte dentro de mí", ordenó.

Quitó por completo sus dedos dentro de ella, acercándolos a su boca.

"Sabes tan bien", limpió sus jugos alrededor de su dedo índice y medio. "¿Querés?"

"Sé cual es mi sabor", alzó una ceja. "Pero, no sé cual es el tuyo."

Draco tragó saliva al endurecerse con su propia imaginación.

¿Sabe cuál es su sabor?

Se quitó los bóxers arrojándolos a una esquina de la habitación.

"Pídemelo amablemente", ordenó deslizando su polla en su entrada. "Dilo", pidió por última vez.

"Porfavor, daddy", gimió deleitándose con su roce. "Quiero que me folles", suspiró profundamente.

Draco realizó un rápido movimiento en la puerta, apuntando con su varita.

"Draco, ¿para qué necesitas hacer..."

Él deslizó su polla sin previo aviso dentro de su coño.

Pudo entender la finalidad del hechizo cuando dejó escapar un fuerte gemido de sus labios.

𝐔𝐧𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐕𝐨𝐰, draco malfoy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora