twelve

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Cosquillas en su frente por los cabellos que, de vez en cuando, caen debido a la brisa que se filtra por la ventana.

Observa el contraste de su piel color negro con la blanca de Ángela, cabellos lisos y suaves, un par de ojos cafés y unos cuantos pequeños dientes blancos.

"¿Es para mí?", preguntó tomándola en brazos.

De inmediato, sintió sus mejillas húmedas a causa de su larga lengua que lo colmaba de besos.

"¿Dónde la consiguieron?", sonrió alzando al perro a unos cuantos centímetros de él. "¿Qué le sucedió en el cuello?", interrogó nuevamente.

"Es del mundo muggle, un labrador retriever", respondió Theodore. "Es pequeña, apenas tiene dos meses", concluyó.

"La rescataron de una construcción abandonada", agregó Ángela acariciando al animal. "Estuvo encadenada durante mucho tiempo e intentó escapar", señaló las heridas sanadas recientemente.

"Eso explica muchas cosas", dijo Draco.

"La elegimos porque, es como tú, hijo", tarareó Narcissa. Se levantó de su asiento y caminó hacia él, bajando con la punta del dedo el cuello de su polera. "Ambos tienen marcas, que algún día, sanarán", razonó.

Draco abrazó blandamente al canino, acariciando su cabeza.

"Así que, ahora soy padre", admitió riéndose.

El resto rió a la par suya disfrutando de su bienestar.

"¿Cómo la llamarás?", preguntó Ángela.

Él observaba por la ventana mientras repartía caricias en ella, el calor que transmitía sobre su pecho era renovador. Su árbol favorito dejó entrar al interior de la sala unas cuantas de sus hojas, provocando que una queja escapara de los labios de Narcissa.

Un sauce.

"Willow", murmuró. "La llamaré Willow", confirmó en voz alta.

Todos asintieron antes de continuar con el tiempo compartido. Ángela se sentó nuevamente a su lado, repartiendo pequeños besos en el animal.

El habérsela regalado fue un acierto, pasaban horas jugando en el enorme jardín intentando atrapar todos los objetos que él lanzaba. Por primera vez, en mucho tiempo, viajó por cuenta propia hacia el mundo muggle para comprarle comida y juguetes nuevos.

La cuenta regresiva para ser los aprendices de Bellatrix comenzó, dejando ver como la tensión se apoderaba de la casa.

"¿Ángel?", preguntó.

Una franja de luz doraba proveniente del pasillo posó sobre su rostro, dejándola a medio despertar.

"¿Qué hora es?", preguntó dándose la vuelta.

"Las cuatro de la mañana", murmuró por lo bajo.

Ángela se giró en un movimiento fugaz, fulminando con la vista.

"¿Vos me estás jodiendo?", repitió en voz alta. "Draco, intentá dormirte", se quejó dejando caer su cabeza sobre la almohada.

Siente sus pasos dirigirse hacia la cama para segundos después, tomar lugar a su lado.

"¿Puede subir Willow?", la sacudió pidiendo una respuesta rápida.

"Por supuesto", respondió.

Draco tomó a la pequeña en brazos y la posicionó en el medio de ambos.

"Pídele a mami un beso antes de dormir", se burló.

¿Mami?

Ángela sonrió para sí misma reconociendo el importante rol que le tocaba ejercer. Deslizó la palma de su mano por la totalidad de su pequeño cuerpo, saboreando la suavidad de sus cabellos y la necesidad de llenarla de halagos. Draco tomó su mano por debajo de las sábanas, presionando contra la suya.

𝐔𝐧𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐕𝐨𝐰, draco malfoy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora