twenty-six

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Numerosos sobres ocupan un extremo de la mesa a medida que Theodore los apila allí. Algunos son de color verde oscuro, otros amarillos, azules, negros y algún que otro rosa con corazones dibujados sobre él.

Bebe un poco de café antes de continuar con su lectura. Astoria aún permanece en Hogwarts, e intenta ponerlo al día con todas las cosas interesantes que suceden en la escuela. Por poco se atraganta con el líquido cuando apoya abruptamente el papel sobre la mesa y mira a los tres jóvenes frente a él.

"Blaise y Pansy están saliendo", confesó.

"Lo sabíamos", respondieron Draco y Ángela al mismo tiempo, provocando que compartieran una mirada repleta de complicidad.

"¿Como que ya lo sabían?", se burló.

"Draco adora los chismes y yo amo contárselos", justificó.

"Otra amiga tuya que no puedo enamorar", se quejó Seo irónicamente.

Draco analizó el fondo de su taza, como si pudiese encontrar ahí la tolerancia que le hacía falta, ignorándolo por completo. Por el momento era la única manera de soportarlo, Ángela le había prácticamente rogado que intentara tenerle paciencia ya que, era su amigo y lo apreciaba demasiado.

Termina el contenido del recipiente e inclina su cabeza hacia la derecha, dejándola caer en el hueco de su cuello. Es la posición perfecta para absorber por completo las notas de su perfume y recibir las caricias que Ángela le otorga con la mano izquierda. Ella imita sus acciones, rozando la sien por los sedosos cabellos, despeinándose entre sí.

"Angelita", le llamó Lucius atravesando la puerta. "Elegí algunos de estos zánganos para ir de compras", indicó.

Deslizó un trozo de papel por la superficie de la mesa y a su lado, un enorme fajo de billetes. Los nudillos de su mano brillaban por el rojo vivo de la carne, indicándole que las lastimaduras aún estaban frescas. Se limitó a guiñarle el ojo mientras se dirigía a tomar una taza.

"¿Una tienda muggle?", consultó extrañada. "Pero, Lucius..."

La obligó a callar colocándose a sí mismo el índice por encima de los labios, agitando los dedos de manera descendente.

"Constantemente alimentamos a todos los malditos que pasan por acá", recordó haciendo referencia a los otros mortífagos. "Los precios allá son diez veces más bajos, no gastaré un centavo en éstos imbéciles", reiteró.

Asintió levemente para luego guardarlo todo dentro de su abrigo.

"¿Puedo ir?", preguntó Seo.

"Eh, no", rió secamente Draco. "Soy su novio, está claro que va a ir conmigo."

Lucius rodó los ojos burlándose de Draco enfatizando la palabra novio, pronunció la oración en silencio e imitó su accionar, provocando que una risa se escapara de los labios de Ángela.

"No quiero ir, gracias", se quejó Theodore agitando la cabeza. "¿Quieren ir? Bien, juguemos a algo", respondió mirando divertido a su melliza.

"Me encantan estas cosas", alentó ella.

Enderezó la postura y colocó por sobre el borde de la mesa ambas manos, tomándose firmemente. Acompañó con un inocente revoloteo de pestañas la emoción que desprendía de su cuerpo.

"Bien", respondieron ambos jóvenes y se dedicaron una mirada de muerte antes de volver la vista hacia delante.

Lucius observaba divertido desde la larga mesada de mármol, de vez en cuando tomaba un sorbo de café caliente con la mano izquierda mientras que la otra cubre la superficie de su barriga.

𝐔𝐧𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐕𝐨𝐰, draco malfoy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora