twenty-seven

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El plástico estaba repleto de hielos, se decide por realizar un nudo en la parte superior y colocarlo en su oreja derecha. Envuelve el material frío con un paño de tela, de esta manera podrá evitar futuras quemaduras. La carne de su lóbulo enrojecido de deshincha lentamente, a medida que suelta distintos insultos en su interior.

"¿Y a vos qué te pasó?", preguntó Seo. Eran las dos de la mañana y por lo visto el destino quiso unirlos en aquella parte de la mansión. Miró a Draco de reojo y tomó un vaso de vidrio para completarlo con agua, el líquido bajó rápidamente por su garganta y dejó el recipiente a su lado luego de haberlo bebido todo.

"Ángela", respondió obvio quitándose el hielo. Un pendiente redondo de plata adornaba el espacio de su oreja, su semblante se endureció cuando apoyó nuevamente la bolsa. "Mierda", gruñó.

"Ella adora hacer éstas cosas", soltó Perseo con confianza. Observó con detenimiento el aro y notó que pertenecía a la madre de Ángela, por lo tanto, ella estaría usando el otro. "Realmente te ama", confirmó.

"No me digas cosas que ya sé", bufó Draco.

Perseo se encogió de hombros alzando ambas manos, como si le quisiera hacer entender que él se lo perdía y que verdaderamente no tenía ganas de pelear. Estuvo a punto de cruzar el acceso pero la curiosidad del rubio lo detuvo.

"¿Qué más sabés?", preguntó corriendo el asiento a su lado con el pie, como invitación a hablar.

Perseo sonrió para sí mismo y caminó hasta la silla divertido con ambas manos en los bolsillos. Cubrió sus labios de una fina capa de saliva y lo miró desde su lugar, respetando la distancia pactada.

"La verdadera pregunta es, ¿qué cosas no sé?", contestó burlón. "Si vamos a hablar acerca de ella, quiero asegurarme de que no vas a asesinarme", confesó.

"Ésto no nos hace amigos", se atajó Draco.

"Podríamos serlo", respondió Seo. "Somos más parecidos de lo que crees."

Ni siquiera se preocupó por negar lo anteriormente dicho, estaba al tanto de que ambos poseían personalidades similares y eso le aterraba. Quizá Perseo era su versión mejorada y podría ocupar su lugar fácilmente, haciéndola sentir de una forma extraordinaria y logrando hacer aquellas cosas que él no pudo. Decidió eliminar los pensamientos invasivos rápidamente, sabía que cuánto más lo pensará, más posibilidades existían de volverse realidad.

"No sos el único que lee mentes, Malfoy", advirtió Perseo. "Puedo responderte todas esas dudas que rondan en tu cabeza."

Depositó el paquete de hielo a un lado y lo miró con la expresión completamente en blanco.

"Primero, no vuelvas a meterte en mi cabeza", enumeró con un tono alarmante. "Y segundo, habla."

Chasqueó los dedos y un par de vasos rellenos de Whisky de fuego se concretaron frente a él y el castaño. Perseo no lo sabía pero ésta era una buena señal, Draco jamás compartía sus bebidas con alguien que no considerara importante.

"No estoy enamorado de ella", soltó. Probó un corto trago del alcohol y tuvo que resistirse a toser cuando el líquido se apoderó de su garganta. Draco río sigilosamente mientras imitaba sus acciones sin presentar quejas. "Quiero decir, sí. Mi corazón latió por ella durante meses pero, ¿qué esperabas? Fui criado en el mundo muggle, aislado de todas las personas mágicas. Ella fue mi primer y única amiga, no sabía como sentirme al respecto."

"¿Y?", lo ánimo a continuar. Sus huellas digitales por poco quedan grabadas en el vidrio de tanto apretarlo.

"Vas a romper el vaso", le advirtió. "No hay más que eso, Malfoy. La amo pero, como mi mejor amiga. No es lo mismo", concluyó.

𝐔𝐧𝐛𝐫𝐞𝐚𝐤𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐕𝐨𝐰, draco malfoy (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora