Capítulo 18.

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Foto en estante de Harry en multimedia.

Narrador Omnisciente

Las manos de Clarisse Lorenze temblaban sin control, estaba preocupada, no podía ser descubierta tan fácilmente.

Salió de la Oficina antes de que el Detective Snow le preguntara la causa de su estado.

"Debo calmarme" Se repetía a si misma. "Debo hablar con Sky" Se dijo después apretando los puños a su costado para calmar la ansiedad que tenía.

Justo cuando iba a tomar el ascensor, este se abrió dándole paso a William, el chico a quien había utilizado tan solo dos años atrás, se sintió enferma con verlo, oyendo la pequeña voz de su cabeza que le recordaba el monstruo que se había convertido.

El chico le dio una mirada rápida, cargada de odio y resentimiento, ella se sintió desamparada.

-No se que es lo que has hecho ahora.- Le dijo luego de salir del ascensor, impidiéndole el paso a este para que ella pudiera escapar.- Pero por la cara que tienes sé que no es nada bueno.- Murmuró él, recordándole a Clarisse lo bien que la conocía.

Ella no respondió nada, sabía que si hablaba su voz la delataría.

Will la agarró bruscamente del mentón, haciendo que levantara la vista, los ojos azules del chico taladraban los de ella.

-Si algo de esto tiene que ver con Kate, juró por Dios, que esta vez no terminaras huyendo.- Medio susurró medio gritó en su cara, Will le estaba dando un ultimátum.

La cara de Clarisse se volvió rojo de la ira, odiaba a Katerina, más de lo que ella misma pensó que podía odiar. Sonrió sarcástica, mostrando sus dientes perfectamente blancos.

- Deberías tomar en cuenta de que tu querida Kate se está metiendo con mi hombre.- Sonrió aún más cuando la cara de Will se deformó en confusión.- Oh ¿Es que no te lo dijo? El otro día encontré a Harry y a esa zorra en la misma cama.- La cara de Will también paso a ser de molestia y literalmente empujó a Clarisse al soltar su mentón.

Ella aprovechó la oportunidad para huir por el ascensor, debía hablar con Sky.

Will se quedó parado sin expresión por algunos segundos. ¿Por qué Kate no le había contado? Y aún más importante ¿Por qué se había acostado con ese gilipollas? Siguió el paso molesto pensando en irse con Haley por el resto del día, tratando de alejar los pensamientos de magnicidio que tenía en mente.

Harry se encontraba ahora extendido en su cama, con los brazos y piernas estirados, mientras una de sus manos sostenía una botella de Vodka y la otra un cigarrillo encendido, había pensado que cuando encontraran a Jean-Pierre su esposa estaría con él y por fin Harry podría decirle todas las cosas que quería en la cara, para luego meterla en la cárcel por adulterio. La amaba, por supuesto que sí, la había conocido años atrás en la Universidad, ambos estudiaban la misma carrera.

Había sido su mejor amiga por largos años, hasta que por fin un día se le declaró y ambos pudieron casarse, tal y como Harry siempre había soñado, ambos habían llegado a ser senadores a temprana edad, por los contactos del padre de Harry y por el arduo trabajo de ambos. Ella había sido la jefa de campaña de Harry cuando este se había postulado a la presidencia y habían tenido a Lily, el mejor regalo que Harry había podido tener.

Por eso no entendía, como después de tantos años juntos, ella había decidido abandonarlo por otro, dejándolo como padre soltero.

Lily tenía apenas dos años cuando su madre la dejó y Harry había quedado devastado, la única razón por la que no se suicidado era por Lily y por que ganó las elecciones ese mismo año.

Señor PresidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora