Capítulo 26.

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Este capítulo va dedicado a mi Karlie @kharlacaste Feliz Cumpleaños bebé, no te masturbes mientras lo lees.😏😌🙌💕
AVISO: Si eres suceptible a escenas sexuales te recomiendo saltarte este capítulo, les recuerdo que esta fanfiction tiene el aviso a los padres asi que ya queda bajo su responsabilidad la lectura de la misma. Disfruten de la lectura.

Katherine's POV

Acosté a Lily en su cama con el más sumo cuidado. Sus rizos estaban esparcidos por todas la cama y su cara estaba roja de tanto llorar.

Suspiré y me di la vuelta, no sin antes dar un último vistazo a las dos niñas que estaban durmiendo tranquilamente, sin saber lo terrible que el mundo exterior podía ser.

Cerré la puerta y me acomodé contra ella, cerrando los ojos para tratar de no caerme ahí mismo, mareada por las duras palabras que Harry me dio hace un rato.

Siempre era lo mismo, siempre había alguien que terminaba hiriendome de una u otra forma, y el hecho de que Harry lo haya hecho esta vez me estaba matando, porque pensé que por fin podría confiar en él.

El reloj daba las once de la noche, pero mis ganas de dormir se habían espantado hace horas.

Bajé las escaleras para ver un rato televisión en la sala, encontrándome con la persona que menos quería ver en este momento. Harry estaba tendido de largo en el sofá marrón en forma de L, en la pequeña mesa al frente suyo había una botella de whiskey por la mitad. Me di cuenta de que estaba durmiendo cuando los guardias se enderezaron al verme, dándome a entender que no había nadie que los supervisara antes o al menos nadie despierto.

Les indiqué con la cabeza que salieran de la habitación, para que nos dejaran solos a mi y a Harry. Me acerqué más a él y sentada justo a su lado me di cuenta de que no estaba del todo dormido, solo estaba tendido por la borrachera.

-Perdón, lo siento, perdón.- Susurraba mientras pequeñas lágrimas salían de sus ojos.- No quise hacerlo Tiffany, no era mi intención, lo siento.- Su cabeza giraba de un lado a otro, como si estuviese teniendo un muy mal sueño.

-Harry, para.- Dije suavemente, sin obtener más que susurros de su parte.- Harry, esta bien, estoy aquí.- Dije un poco más alto, rozando con mis dedos su pecho, pero aún así no paraba de gimotear.- ¡Basta Harry me estás asustando!- Le grité girando su cara para que me viera por completo. Sus ojos verdes estaban inyectados en sangre por el llanto causado anteriormente, me miraban sorprendidos, como si no me esperara allí.

- Aléjate Kate, no quiero lastimarte de nuevo.- Dijo girando su cuerpo hacia el otro lado del sofá dándome la espalda. Rodé los ojos frustrada, debería ser yo quien se alejase de él, más no lo haré.

Me quedé callada unos segundos y luego fui en busca de una enorme frazada que estaba guardada en un armario cercano, Harry ni se inmutó por el ruido. Me acosté lentamente a su lado arropándonos a ambos con la enorme sábana. Rodee con mi brazo su espalda y enterré mi cara en sus omoplatos. Su respiración era entrecortada, como si realmente le estuviera costando respirar. Al cabo de un rato, cuando yo estaba a punto de quedarme dormida, él se volteó quedando completamente boca arriba, me rodeó con sus brazos y me hizo enterrar mi cabeza en su pecho. Olí asquerosamente a alcohol, pero ignoré eso cuando una de sus ágiles manos empezó a acariciar mi pelo. Los hombres de la seguridad habían entrado de nuevo, pero no me importaba, ahora estaba en mi propio mundo.

¿Saben que es mejor que un buen vaso de Vodka o una cajetilla entera de cigarrillos? Despertar al lado de alguien y que sepas que no será la última vez que pasará. Harry aún estaba dormido a mi lado y su pecho bajaba lentamente con regularidad, sus labios estaban rojos al igual que sus mejillas y su pelo estaba muy enredado, esparcido por el cojín.

Yo había despertado minutos antes, sin evitar apreciar a la obra maestra que se encontraba a mi lado. Toqué la punta de una de las alas de la golondrina que sobresalía de su camisa, seguía enojada con él, pero estaba demasiado hermoso en ese momento como para no apreciar la oportunidad.

Me sobresalte cuando vi a Lily parada junto a mí, mirándonos a Harry y a mí curiosa. Sus manos sostenían un papel, que creía era un dibujo.

Le sonreí sentándome un poco más allá en el mueble, soné los huesos de mi cuello y estiré mis brazos y piernas mientras veía como Lily se acercaba a su padre.

-Pa.- Dijo empujándolo un poco con su pequeña mano, sin conseguir ningún resultado.- Papi, despierta.- Dijo arrodillandose sobre el mueble. Sus manos fueron a su cara dejando el papel en mi regazo, tuve la oportunidad de ver que eran ella, Harry y alguna mujer, probablemente su madre.

Harry se removió un poco hasta que abrió los ojos, al principio desorientado y buscándome, al verme dirigió su vista a Lily con una mueca. Ella se volteó y con una mano sostuvo unos segundos el dibujo, mientras que con las otras quitaba unos cuántos rizos que caían en su cara.

- Lo siento, papi.- Susurró entregándole el dibujo a un Harry ahora despierto y sentado contra el posa mano del mueble. Él vio el dibujo y sonrió mostrando sus hoyuelos, por un segundo sentí celos, celos porque yo jamás había obtenido una sonrisa así de él.

Harry la abrazó cerrando los ojos cuando ella rodeó su cuello con sus cortos brazos.

-Yo lo siento Lilyan.- Dijo en un susurro.- De verdad lo siento mucho.- Besó su cabeza y luego la soltó, viéndome a mi.

-Kat merece una disculpa también.- Dijo ella con una sonrisa de verdad, ya tranquila porque su papá la había "perdonado".

Harry me miró tímido. Sí, tímido. El jodido presidente de Estados Unidos me estaba mirando con timidez y yo me estaba muriendo de ternura.

- Sí...- Carraspeó un poco y se enderezó aún más. Lily se fue a jugar por ahí, dejándome la vista completa de Harry.- Lo siento, Señorita Carter, fue completamente inapropiado decirle esas cosas, prometo...-

No se que iba a prometer y quizás jamás lo sepa porque mis labios chocaron contra los suyos suavemente, me acercó de un solo tirón a él tomándome de la cintura. Una de mis manos fue a su cuello y la otra a su hombro. Después de unos segundos, muy cortos debo decir, una risa se escuchó en el cuarto.

-Dios Edward, por lo menos bésala después de cepillarte.- Gemma entró con un café y unas pastillas en la mano.- Hola Kate, buenos días.- Dijo dándome una sonrisa mientras yo me moría de pena.

Miré a Harry quien fulminaba a su hermana con la mirada.

-Aún no entiendo por qué papá no usó condón hace treinta y seis años, mi vida sería mucho más fácil.- Dijo y ella le sacó la lengua.

Yo me paré para irme a arreglar, el café y las pastillas resultaron ser para la resaca de Harry, la cual sintió como un balde de agua cuando volvió a la realidad. Cuándo salí del baño encontré a Harry en boxer, tirado en mi cama, revisando su celular, me mordí el labio en un acto reflejo. Sus ojos verdes se encontraron con los míos y una sonrisa de medio lado se asomó a medida que tiraba su celular a un lado y casi salió corriendo hacia mí, sus caderas me empujaron y retenían contra la pared del baño, sus labios me besaban con desespero y sus manos apresaban las mías a cada lado de mi cintura. Luego de estarme besando un buen rato, llevó sus labios a mi cuello, mientras desataba la bata que cubría mi cuerpo. Quedé completamente desnuda para él, pero cuando sus dedos empezaron a moverse sobre mi vagina lo detuve, apartándolo solo un poco de mí.

-Pueden escucharnos.- Dije con la voz entrecortada, ya que mi respiración estaba agitada.

- Shh.- Siseó sobre mis labios y volvió a su trabajo. Sus dedos se movían ágiles en toda mi zona sur. Gemí mucho más cuando introdujo dos dedos de un solo golpe y lo empezaba a mover en círculos, a un lado a otro o simplemente de una jodida manera que no podía explicar pero era demasiado buena. Mi cabeza descansaba sobre su hombro y mis manos estaban en sus omoplatos. Sus dedos medio e índice se movían rapidamente y luego lentamente, mientras su pulgar trazaba círculos en mi clítoris ¿Cómo lo hacía? No lo sé.
Luego de unos minutos llegue al orgasmo, los dedos de Harry salieron de mis paredes vaginales y los chupó lentamente, mientras yo lo observaba satisfecha con la cabeza pegada a la pared.
Una sonrisa se asomó por su cara y luego una risa ligera salió de sus labios.

- ¿Esto quiere decir que me perdonas?-

Señor PresidenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora