Sin duda mi padre es el hombre más estúpido que he conocido en toda mi vida.
No me mal interpreten, yo amo a mi padre con todo lo que tengo, pero debo aceptar que es un hombre estúpido y arrogante.
- Katherine ¿Tienes todo listo ya?- Preguntó mi madre, Stella Carter, desde la puerta de lo que los últimos 20 años ha sido mi habitación.
- Si Stella, ya lo hice- Dije con total indiferencia, estaba jodidamente enojada con mis padres y no hay nada que pueda cambiar mi estado de ánimo.
Aparentemente ellos, es decir, los publicistas estúpidos de mi padre han decidido que lo mejor es que me mude al país vecino a enmendar mi comportamiento.
¿Estúpido no? Qué una chica de 23 años tenga que cambiarse de país solo porque su conducta no es la correcta.
Escapa, había dicho mi mejor amiga Megan, quien era hija del secretario general del gabinete ejecutivo de Canadá. Pero eso era imposible, yo no era tan estúpida como para escaparme y mucho menos sabiendo el peligro que correría haciéndolo, mi padre es el hombre más importante de Canadá ya que como algunos sabrán esta carece de presidente y el jefe de estado mayor es en tal caso mi padre. Stephen Carter, primer ministro de Canadá.
Es cierto que doy algunos problemas desde que tengo 16 años, pero eso no quiere decir que necesiten mandarme al jodido país vecino a vivir con el presidente nuevo que fue electo hace apenas un año atrás, Harry Styles de 32 años.
Yo ya lo conocía por supuesto, a pesar de su edad era un hombre muy reservado y educado, no como los muchos hombres de su edad con los que yo he ligado antes.
Él tenía una pequeña niña de 3 años, la cual nació de un matrimonio escasamente feliz, del que Styles finalmente se deshizo.
¿Qué puedo decir? En mi casa se corren muchos chismes de los políticos, y según entiendo la ex-esposa de él lo engaño con el secretario del Primer Ministro de Francia y huyó con él a quien sabe donde abandonando a su hija Lily y a Styles.
-Debemos salir ya o perderás tu vuelo cariño- Dijo mi madre mientras llamaba a los del servicio para que bajarán mis cosas, llevaba muchas, por que según mi padre tardaría allá más de lo que creía.
Estaba vistiendo un vestido rosa pálido hasta las rodillas junto con una chaqueta negra, no necesitaba tacones ya que sabía lo incómodo que es usarlos en los aviones, así que opte por usar mis converse negras.
- ¿No podemos esperar a Will un poco más? Estoy segura de que el avión puede esperar.- Dije tomándo mi cartera mientras salía por la puerta principal de mi habitación, no quería voltear a verla porque sabía que eso me pondría sentimental y lloraría, y no quiero llorar en frente de paparazzis.
Se preguntarán quien es Will, pues es mi mejor amigo e hijo del ministro de relaciones exteriores, a quien conocía desde que llegué a esta casa.
- Cariño, no podemos parar toda una pista aérea solo porque Will no ha llegado- Dijo mi madre con una mueca de decepción en la cara.
Bajé la escaleras lentamente y en eso la puerta principal de la gran casa se abrió mostrando a un cansado Will quien parecía haber corrido un maratón.
- Kate- Dijo en un suspiro.
Corrí escaleras abajo y me lancé sobre él, hundí mi cabeza en su cuello y lo abracé lo más fuerte que pude.
No llores, no llores, no llores.
- Pensé que no vendrías- Susurré alejándome un poco de él para poder ver su cara.
- Por supuesto que vendría tonta- Dijo riendo, una risa un poco quebrada.
Él y yo jamás nos habíamos separado a excepción de viajes que hemos hecho, pero jamás nos hemos separado así.
- Te llamaré todos los días- Sonrió mientras decía aquellas palabras, prometiéndolo con los ojos.
- Te extrañare- Dije yo dándole un beso en el mentón y luego otro en la mejilla.
- Katy cariño es hora de irnos- Dijo mi padre apareciendo detrás de mí. -Es un placer verte William- Dijo de nuevo sonriendo al muchacho.
Me despedí de todos en la casa, de todos, incluyendo a las personas de servicio quienes me han cuidado todos estos años.
- ¿No te despides de mí tonta?- Dijo una voz masculina detrás mío, la voz de mi hermano menor Trevor.
- Pensé que te quedarías follando el resto del día con Ashley y no vendrías a despedirte- Susurré con humor para que nadie nos escuchara, el río por lo bajo.
- Te voy a extrañar, no hagas travesuras sin mí- Dijo abrazándote rápidamente, él y yo no somos muy cariñosos, somos más hermanos para las travesuras, a pesar de que yo le llevaba 5 años de diferencia.
Salí de la casa y un montón de flashes se dispararon inmediatamente en mi cara, estaba acostumbrada, así que sólo me coloqué mis lentes de sol y me aproximé lo más rápido que pude al carro presidencial.
Mi padre y mi madre me acompañarían a la pista aérea, mientras dos carros nos cuidaban uno adelante y otro atrás.
- Escúchame bien Katy- Dijo mi padre llamando mi atención luego de cortar el teléfono, una llamada importante, como cosa rara. -El Señor Styles es un hombre correcto ¿Entiendes? Así que ni intentes tratar algo con él porque no sucederá- Dijo en tono firme haciendo énfasis en el no.
-¿Cómo me crees capaz de eso papi?- Dije llevándome una mano al pecho tratando de parecer ofendida, pero al final estallé en risas junto a él, claro que había pensado en eso, pero ya que se que todos esperan a que lo haga tendré que descartar la idea.
Luego de eso empezamos a hablar sobre algunas cosas políticas, yo amaba la política, por algo estudie esa carrera en la universidad.
Minutos antes de llegar mi padre mencionó algo que al menos me emocionó un poco más.
"Trabajarás en la oficina de relaciones exteriores"
Genial, al menos trabajaré.
Antes de montarme en el avión me despedí de mis padres, mi madre lloraba y él solo me dio unas palmaditas en la espalda, diciendo que me vería en dos meses.
Me senté plácidamente en el asiento de cuero y pedí una copa de vino, debía relajarme un poco.
Adiós Ottawa, hola Washington.
Adiós vida antigua, hola Harry Styles.
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¡Primer capítulo! Espero que lo disfruten, den like y comenten :D -Bo
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Señor Presidente
FanfictionKatherine Carter es la hija del primer ministro de Canadá, por lo que vive una vida llena de lujos y despilfarros constantes, sin tomar en cuenta la terrible conducta que tiene desde los 16 años. A sus 23 años, ha estado en más problemas que la mayo...