Importante aviso abajo
Will me tiró al piso de un empujón, luego se paró y estiró la camisa.
Me reí por las caras de ambos.-Wesley.- Pronunció Harry, levantando el mentón y apretando las manos en puños.
-Styles.- Contestó Will con el mismo receló de Harry, el cual volteó a verme con cara de asco.
-¿Que clase de apariencia es esa señorita Carter?- Preguntó molesto por mi pijama. ¿Qué tenía de malo? Solo estaba medio desnuda tirada en el piso.
-Deja la ridicules Harry.- Dije molesta parandome junto a Will.
Harry me señaló acusadoramente con el dedo.
-Quiero que te quites eso ahora mismo.- Dijo molesto, la vena de su cuello estaba brotada y sus ojos estaban más oscuros, luego señaló a Will.- Y tú puedes salir de esta habitación antes de que te bote de la Casa, Wesley.- Dijo aún más molesto.
Me acerqué a él empujandolo ¿Quien se cree? Luego lo señalé de la misma forma que él lo había hecho.
-Escuchame bien asqueroso alcoholico, si me da la puta gana salgo corriendo de esta casa, así que cállate la jodida boca.- Sus ojos se mostraban sorprendidos.
Me tomó con ambas manos por los brazos y me miró directo a los ojos con una sonrisa sínica.
-Entonces Canadá le estaría declarando guerra a muerte a Estados Unidos.- Me soltó de golpé tras susurrar eso, dio una última mirada a Will y salió de la habitación dando un portazo.
Miré a Will quien aún miraba molesto hacia la puerta.
-¿Por qué carajos dejas que te trate de esa forma?- Dijo como para si mismo.
- Porque es el "Señor Alcoholico Presidente"- Dije haciendo comillas con mis dedos y con una entonación masculina.
Si se preguntan porqué Will y Harry tienen tantos problemas esa es una historia que tambien contaré más tarde.
- En fin.- Dijo volviendo para si mismo.-Iré a mi habitación para arreglar mis cosas.- Dijo caminando hacia la puerta, pero lo detuve rapidamente.
-¿Te quedarás por mucho?- Pregunté preocupada, no quería que estuviera aquí con toda la tensión entre Harry y él.
-Solo vine a ocuparme de unos asuntos internos del Pentágono, lo de venir a verte fue la excusa para que me dejaran entrar.- Dijo mirandome a los ojos.
Y aquí tenemos de nuevo a William Gilipollas Fitzpatrick Wesley, mi mejor amigo.
Volteé los ojos molesta.
- Ella está aquí William, ten cuidado.- Mi voz salió con dureza, el solo recordar a esa mujer me daban ganas de vomitar.
Sus cejas se fruncieron y sus ojos se oscurecieron.
-Tendré cuidado.- Dijo dándome un beso en la frente mientras salía de la misma forma que Harry.
Frustrada me tiré a mi cama y me tapé la cara con ambas manos, odiaba que Will me tratara así y sabía cual era la razón.
Siempre hacia lo mismo con cada novia que tenía, me apartaba como si lo molestara.Me paré ha asearme y cambiarme de ropa, andaría casual hoy, pero iré al Gym unas horas para calmar el estrés acumulado los últimos días.
Zapatos rosados Nike, eran combinados con un pantalón de yoga negro y una camisa apretada morada, me hice una coleta alta y salí en camino a Gym, ubicado a unos cuantos pasillos más allá de las habitaciones.
Mike me dio los buenos día y me entregó un café negro con azúcar, aspiré el aroma antes de agradecerle y seguir con mi camino.
Gracias a Dios el Gym estaba completamente solo y a mi dispocisión.
Miré mi reloj y paré mis piernas que se movía circularmente en la bicicleta mecánica, quité el sudor de mi frente proporcionado por una buena hora de ejercicio y me acerqué a la caminadora para hacer unos últimos 15 minutos de trote.
Pero luego de 5 minutos cierta joyita se colocó a mi lado, completamente sin camisa e ignorandome por completo.
Harry estaba trotando tranquilamente cómo si no supiera que es la octava maravilla del mundo no descubierta, estoy segura de que el calor que siento me está generando más sudor y trató de mo tropezar por tanta belleza.
Tatuajes se apegaban a su cuerpo perfectamente elaborados, los rizos caían ligeramente por su cara y una pequeña capa de sudor recorría su cuerpo, tras 10 minutos de trote. Paré mi máquina y me acerqué a mis cosas para tomar un poco de agua.
-Podrías tomar un poco de energizante de la nevera de la esquina.- Su ronca voz hizo eco por la habitación produciendom escalosfríos. Paró de trotar acercandose a la nevera y me aproximó un Gatorade, pero no lo acepté.
-Yo quiero algo más- Dijo sonriendo inocente y me acerqué de a sus labios sin temor o pena, quería a este hombre y lo tendría a mis pies, solo que esta vez nada ni nadie nos interrumpiría.
Sus manos tomaron mi pelo acercándome a él con más fuerza, toda la rabia contenida esta mañana estaba siendo descargada en ese momento. Su lengua entró a mi boca y jugó con la mía, mientras nos acostaba encima de la mesa de ping-pong, se colocó entre mis piernas y sus manos se aferraron a las mías sobre la mesa, a cada lado de mi torso.
Sabía que no podíamos llegar muy lejos y él se ocupó de hacermelo saber cuando estaba más excitada que nunca antes.
Mordió mi cuello con rudeza para luego empezar a hablar.
- Espero que aprendas querida Kate.- Susurró en mi oído mientras succionaba el lóbulo. - Que no me gusta William y mucho menos me gusta verlo cerca de ti.- Mordió la parte de abajo de mi oreja para luego volver. -Tenga un buen día jóven Carter.-
Se alejó de mí y yo solté un quejido de protesta, lo había hecho aproposito, había dejado que llegaramos hasta acá para cortarme todo.
Salió del gym con paso glorificado, como si nada de lo anterior hubiera ocurrido, mientras yo estaba con el pelo completamente despeinado, los labios hinchados y marcas en mi cuello.
Odio a los Presidentes.
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Espero que les haya gustado el capítulo tanto como a mí, a pesar de que soy por completo TeamWill, si les gustó voten y dejen comentarios.
La información importante es que necesito hacer un trailer para la novela pero soy lo suficientemente torpe como para siquiera hacer un vine así que si alguna puede o conoce a alguien que lo haga diganmelo en los comentarios por favor. De nuevo gracias por leer la novela y por el apoyo que recibo.- Bo
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Señor Presidente
Hayran KurguKatherine Carter es la hija del primer ministro de Canadá, por lo que vive una vida llena de lujos y despilfarros constantes, sin tomar en cuenta la terrible conducta que tiene desde los 16 años. A sus 23 años, ha estado en más problemas que la mayo...