Parte 2

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Toda mi vida estaba reducida a aquellos momentos que tuve la necesidad de escribir pero no supe qué palabras utilizar.

A todas esas veces que el mundo se me vino abajo y solo quería llorar pero en vez de eso, tomaba una hoja y un lápiz y escribí todo aquello que sentía para desahogarme.

Mi vida se reducía a las pequeñas cosas que viví con mis amigos mientras estuvimos en secundaria y a las largas caminatas en las que solo pensaba y pensaba.

Mi vida se redujo a aquella vez que iba por una pequeña acera y vi al otro lado de la calle a un señor con dos niños pequeños que, cuando pasaron a mi lado, sentí como si mi abuelo estuviera vivo en aquel señor.

Mi vida se reducía a todo lo que hice y puedo recordar. A todas aquellas cosas que me dijeron y se quedaron grabadas tan dentro de mí que si pienso con suficiente fuerza, salen a la superficie y puedo volverlas a recordar como si fuera la primera vez que las escuché.

Mi vida se reducía a veces a aquellas cosas que no entendía e intentaba comprender con todo mi ser. A la voz de mis amigos cuando me contaban algo que amaban o sus risas estando juntos.

Se reducía al amor y la calidez que me transmitían los abrazos a las personas que amo.

Mi vida a veces se reducía a estar aquí, sentada en mi cama, con el teléfono en la mano, escribiendo este pequeño párrafo.

Mi vida se reducía a aquello que yo quisiera que se redujera porque al final, y como ya dije, es mi vida y yo decidía a qué la quería reducir.


7 de febrero 2021

00:11

I was feeling epicDonde viven las historias. Descúbrelo ahora