Colors for you | Park Jay

V

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—Sólo te quería agradecer por haberme ayudado a cargar las cosas, Jay...

Le dejó sus compras al pie de la puerta. El estadounidense caminaba por el vecindario después de clases, y casualmente se encontró con una de sus vecinas con un montón de compras. —¿Tienes el brazo fracturado, no? No podría dejarte cargar todo esto. —Hizo una vaga sonrisa y se despidió. —Nos vemos.

—¡Jay! —El rubio volteó. —M-muchas gracias... —La chica lo miró algo tímida y nerviosa, el estadounidense hizo una reverencia y se marchó.

—Si no fueras tan seco esa chica ya sería tu novia. —Soo Young apareció al lado de Jay, sorprendiéndolo. ¿En qué momento ella apareció? —¿Acaso no notaste la última mirada que te dió? A ella le gustas, tonto.

—¿Gustar? Sólo la ayudé con sus compras, tenía el brazo roto. —Miró desinteresado a la chica a su lado. —Además, no es de tu incumbencia todo lo que me pasa, bicho raro. —Pegó levemente la frente descubierta de Soo Young.

—¿Qué no es de mi incumbencia? —Ella rió. —¿No serás tú el que quiere que me meta en tu vida?

—¡Claro que n-

Se quedó callado. Eso desde luego no era verdad, ¿o si? Ella sólo quería confundirlo, y vaya que lo estaba. Desde aquel incidente, el juró que no necesitaba que alguien más entre a su vida, ya nunca más. Giró para ver a la coreana y le brindó una sonrisa sarcástica.

—No utilices esos métodos conmigo, igual no funcionará. —Siguió adelante. —Estoy bien por mi cuenta.

—Eso es lo que tú quieres creer, Jay. —Soo Young lo detuvo. —Pero de eso conversaremos otro día, aún hay tiempo.

"¿Aún hay tiempo? ¿Para qué?"

—Escucha, Jay. —Él la miró atento. —Estaba pensando en hacer algo diferente esta noche. —Soo Young empezó a sonreír.

—¿Esta noche? Mañana tenemos escuela, de cualquier manera no podemos hacer nada "diferente". —Hizo comillas con sus dedos. —Mejor me voy. —Pero ella lo tomó bruscamente de su polera impidiéndole seguir su camino. —¿Ahora qué quieres?

—Nos vemos a las nueve, saltaré hasta tu balcón para poder irnos. —Él le quitó la parte de la polera que ella estaba tomando, molesto.

—¡No te veré a las nueve ni a ninguna hora! ¡Deja de actuar como si nos conociéramos desde hace mucho años, bicho raro!

—¿Años? Nos conocemos desde hace una eternidad, Jay. Siento que nuestras almas estuvieran destinadas a estar juntas, ¿no te parece? —Soo Young lo jaló un poco su polera contra ella, mirándolo divertida. —A las nueve, sé que no me fallarás. —Y salió corriendo como una niña pequeña a punto de hacer una travesura.

"Oh my god! ¿Desde cuándo las personas raras se me pegan?"

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