XXIX

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Una habitación completamente blanca donde reinaba el silencio, excepto por los sollozos y el típico sonido del electrocardiograma.

Soo Young dió una ligera mirada para encontrase con todos sus amigos, le partió el corazón ver a las chicas llorar, Sung Hoon, Jake y Sunoo estaban allí tratando de reconfortarlas. Al lado de ellos estaban Ni-Ki y Hee Seung, el menor empezó a llorar más fuerte al cruzar miradas con ella, buscando el cuerpo del mayor para poder abrazarlo, quién también abrazaba al japonés para tratar de calmar sus lágrimas. Un poco más lejos, casi al final de la habitación, estaba su tío. Aquel semblante serio se derrumbó por completo cuando ella le intentó sonreír, provocando que saliera un momento de la pieza.

Y después, estaban Jay y Jung Won. El de hoyuelos tenía la cabeza agachada, apoyando su mano encima del hombro del rubio. Apenas cruzaron miradas, la coreana empezó a llorar igual que él. Sunoo fue el primero en acercarse, una enfermera les había indicado antes que pasaran todos a despedirse de la chica, lamentablemente no lograron hacer algo más para salvarla.

Sunoo, ¿me darás más galletas cuando vaya a la cafetería?

Todas las que desees, Soo Youngie. —Sollozó. Las galletas siempre serán para ti.

Se acercó con cuidado y la abrazó, realmente era una pena que una amistad que acababa de empezar, terminara así, tan abruptamente. Las tres chicas se acercaron, temblando. Se sentaron en los espacios vacíos de la camilla y la japonesa tomó la mano de su amiga.

¿Se ven horribles llorando, saben? Siempre les he dicho que les queda mejor una sonrisa.

No nos importa vernos horribles hoy, Soo Young. —Mencionó Min Ki.

Tú eres más importante que cualquier otra cosa, tonta. —Continuó Sam.

Ante eso las cuatro empezaron a llorar. Los chicos quienes intentaban mantenerse serenos, sollozaron al ver a las chicas del grupo en tal situación. "¿Esto es una pesadilla, cierto?" pensaba cada uno de ellos. Antes de que las chicas se retiraran, Hana se acercó a la coreana y le susurró: "Gracias por ser mi amiga, Soo Youngie". Hee Seung y Ni-Ki fueron los siguientes, el menor se aproximó a ella y la abrazó al instante, soltando sus lágrimas.

Soo Young... no me dejes, por favor.

No te voy a dejar, Ni-Ki. Siempre estaré junto a ti, pequeño... —Dijo acariciando el cabello de él, tranquilizándolo.

Soo Young. —La llamó Hee Seung. Gracias por tu amistad, en serio. —Desordenó un poco el cabello de la menor y junto al japonés, salieron de la habitación.

Ellos salieron y su tío entraba, no podía no despedirse de sobrina. El australiano y los dos coreanos restantes fueron al lado de la chica. Soo Young se levantó un poco de la cama y los abrazó a los tres, sus queridos amigos, ¿Por qué la vida era tan injusta con ella? ¿Por qué tenía que morir? Ya jamás podría volverlos a ver, a su segunda familia.

—Prométeme que estarás bien, Soo Young. —Dijo el patinador.

Si no, no te dejaremos ir, ¿escuchaste? Te quedarás aquí con nosotros. Mencionó Jung Won llorando.

Chicos... no me digan eso, ustedes no. Soo Young se tapó su rostro con sus manos. —Ustedes dos fueron mis primeros amigos aquí, ¿Cómo no querría quedarme más tiempo con ustedes?

Colors for you | Park JayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora