Colors for you | Park Jay

XI

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—¡Ya te dije, Jay! No estaremos mucho tiempo en la biblioteca, ¿sí? O bueno, eso espero.

—¿Son para tus exámenes, verdad? No me molesta en absoluto, también debo buscar unos cuantos libros. Entonces, nos juntamos luego en aquella mesa cerca a la ventana. —Señaló el lugar. —Nos vemos.

Soo Young asintió. Caminó hasta la sección que tenía algunos libros de matemática y buscó algunos sobre historia. No era tan buena con esta última materia, pero si le gustaba leer, así que eso era un punto a su favor para pasar el examen. Se topó con Jay unos metros más lejos de ella, quien buscaba algún libro para seguir practicando japonés. Ella sabía que él había aprendido lo básico por su gusto a los animes, pero el chico se veía bastante interesado por aprender el idioma.

Llegaron al mismo tiempo a la mesa y se sentaron. Cada uno hacía lo suyo. El rubio tomaba algunos apuntes, su vista regresaba al libro y así sucesivamente. Soo Young sólo se dedicaba a leer, después de todo la historia de la Primera Guerra Mundial no parecía tan aburrida como pensaba. Ambos estaban muy concentrados, hasta que sucedió lo siguiente.

Soo Young empezó a toser y cada vez iba empeorando. El chico vió como ella estaba buscando de manera desesperada algo dentro de su mochila, sin embargo, esa tos se convirtió en una dificultad para poder respirar.

—¿Qué necesitas? ¿Está aquí lo que buscas? —Se levantó asustado al ver a la chica en ese estado. —Aguanta un poco, ahora lo encuentro.

Siguió buscando en el bolsillo interno de la mochila y encontró una pequeña tableta de pastillas, supuso que era eso. Rápidamente sacó una de ellas y abrió su botella con agua que había comprado momentos antes. Se los tendió a la chica y desesperadamente, ella los tomó. Tomó la pastilla y luego se calmó, Jay aún alerta se volvió a sentar despacio en su asiento.

—Lo siento, supongo que te asusté ¿verdad? —Sonrió ligeramente ella.

—¿Te encuentras mal? ¿Algún resfrío?

—Sí... desde hace tiempo estoy refriada y digamos, que empeoró un poco. —Le devolvió la botella al chico. —Gracias.

Él asintió aún mirando con cuidado a la chica, verificando si de verdad ya se encontraba mejor. Soo Young comenzó a hablar de su libro para dejar atrás aquel incómodo momento. ¿Qué le había pasado? ¿Cómo pudo olvidarse de tomar su medicamento de la tarde? Eso no volvería a pasar, por ningún motivo. De todas las personas, le tenía que suceder aquello delante de Jay. Solo rogaba porque el chico no le haga más preguntas sobre ello. Así... era mejor.

Pasaron las horas y juntos regresaron al vecindario. El rubio se había ofrecido dejarla en su casa, cosa que le parecía absurdo a ella dado que vivían uno al lado del otro, pero él insistió. Después de todo, Jay parecía algo preocupado por lo que había pasado anteriormente con Soo Young.

—Hey, Jay. ¿Te dije que te vez feo con esa cara de preocupación? Olvídalo ya, ¿sí? —Soo Young lo miró.

El estadounidense hizo una mueca. —¿Quién te dijo que estoy preocupado? ¿Y por ti? Entra a tu casa de una vez o me veré obligado a terminar nuestra amistad.

—¡Yah! ¡No vuelvas a decir eso! —Gritó enojada. —¡Adiós! —Y entró a su hogar.

La chica se acercó a la pequeña ventana para ver al chico. Este estaba sonriendo y regresó a su casa. Soo Young se percató que su tío aún no regresaba, así que, fue a sacar el botiquín. Se midió la temperatura y sus suposiciones eran ciertas, estaba por resfriarse. Volvió a tomar una pastilla para la misma y se acostó en su cama.

"Sólo espero... que Jay no me pregunte nada más. Al menos no por ahora" pensó ella.

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[nota]

¡Hola sweeties!

Antes que nada les quería agradecer por todo el apoyo que está recibiendo esta historia ♡

Como dije en el inicio, esta obra sería diferente a las demás de la saga que he estado escribiendo hasta ahora y tenia mucho miedo que no les agradara, pero ver sus lindos comentarios siempre me hacen sentir muy feliz.

Gracias por todo su apoyo <3

iluvhsg