VI

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No me sorprendería que un día de estos te caigas al vacío por saltar a mi balcón. Empezaron a correr calles abajo. Sí, la coreana había logrado que aquel chico saliera de su habitación, con algunas quejas, por supuesto. ¿Y cómo me convenciste de hacer esto?

¡Shhh! No hagas ruido. La coreana tapó con su mano la boca del chico, miró alrededor y sonrió. Llegamos.

A pesar de que había vivido allí toda su vida, no conocía esa parte del vecindario. Todo se había vuelto una pequeña calle bohemia, con muchas tiendas nocturnas y gente por doquier. Soo Young tomó a Jay del brazo jalándolo hasta cierto establecimiento, la chica habló con la persona en la entrada y los dejaron entrar a ambos.

Música a todo volumen, mesas llamativas, personas bailando y otras pues... en lo suyo. Ahí fue cuando Jay se pegó mentalmente, a esto se refería la chica con probar algo diferente.

¿Un club? ¿En serio? Él la tomó del brazo para susurrarle. ¡Somos menores de edad, genia! En cualquier momento nos echarán y-

Descuida, todos aquí son menores de edad también. El estadounidense abrió los ojos sorprendido.

¡Es un club ilegal! La chica le tapó la boca por lo fuerte que había sido su comentario. ¿Estás loca? ¡Mis padres y tu tío nos matarán cuando se enteren de esto!

No lo harán, confía en mí. Ella le acomodó algunos mechones rebeldes al chico y lo miró. Ya estamos aquí, ¿Qué estamos esperando? ¡A divertirnos! Sin opción a reclamar, Soo Young se lo llevó al bar a pedir algo.

Estuvo reacio al principio, pero la chica lo convenció de beber aquella bebida con licor. Uno, dos, tres y Jay no podía parar de tomar, y lo mismo iba para Soo Young. Por un momento se olvidaron de todo y de todos.

Una vez llegaron a la pista, Jay hizo algo de freestyle lo que asombró a todos los presentes. Habiendo pasado la media noche y con algunos tragos encima, ambos chicos salieron del establecimiento regresando a sus casas.

¿No te dije que sería divertido? A pesar que Jay la ayudaba a caminar, Soo Young seguía caminando tambaleándose. ¡Eres joven! ¡Disfruta mientras puedas! No seas un amargado siempre y diviértete de vez en cuando.

Justo ahora suenas como un viejo borracho, bicho raro idiota. Ella empezó a reírse como loca ante lo que dijo el chico. Por su parte, Jay se quedó pensando lo que había dicho la coreana. Diversión... hace mucho que no escucho esa palabra. Suspiró con las mejillas rojitas a causa del alcohol. Esto. Señaló su brazalete. Es... es... Sin dejarlo terminar, Soo Young tomó ambas mejillas del chico, provocando un fuerte ruido por lo fuerte que sus palmas las tocaron.

Jay se quejó.

No digas cosas sin sentido cuando estás tomado, Jaaaay~ Alargando un poco el nombre por lo mareada que estaba, la chica aún mantenía algo de cordura. Si vas a hablar seriamente conmigo, que sea cuando lo dos estemos sobrios, ¿ok? Soo Young lo miró seriamente con sus mejillitas rojas.

El chico observó a la de baja estatura, en cierta parte tenía razón. ¿Qué demonios estaba pensando? ¿Le hablaría de eso? ¿A ella? ¿Estando ebrio? ¡Hmpt! Sin duda alguna su cerebro no estaba funcionando bien gracias a todo el licor que tomó.

Jay. Soo Young hizo una breve pausa. Mírame. Despertándolo de sus pensamientos, su completa atención estaba sobre aquella extraña chica. Ahora estoy contigo, ya no sufrirás más.

"¿Cómo está ella segura de eso?" pensaba. Pero algo en su interior le decía, le imploraba, que debía confiar en ella. Y sin objetar, recibió el cálido abrazo por parte de la coreana.

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Colors for you | Park JayDonde viven las historias. Descúbrelo ahora