-Kiwa-
Luego de un día lleno de risas, comentarios, discusiones, comidas y paseos en barcos, llegamos a nuestra academia en donde por fin podíamos estar a salvo y descansar un poco. Mi mirada se dirigió a Gojo, quien estaba cansado.
—Satoru, hiciste un gran trabajo.
—¡Nunca más vuelvo a proteger a una mocosa! ¡Además, todavía tengo que proteger a Kiwa! No me lo creo.
—¡Hey! Puedo protegerme sola.
—¡Sí, sí! El poder de las mujeres siempre será inquebrantable.
Riko y yo chocamos los cinco, pero esa pequeña felicidad se vio interrumpida cuando vi en cámara lenta cómo una cuchilla atravesaba el pecho de Gojo. Mi cuerpo comenzó a temblar y mis ojos estaban tan abiertos que pensé que se iban a salir de mis cuencas. ¿Cómo...? ¡¿En qué maldito momento?!
—¿Te... conozco de alguna parte?
—No te preocupes, yo también soy malo recordando el nombre de los demás. —la voz de ese hombre era ronca y muy masculina, no me podía ni mover para verle a los ojos y recordar su rostro por si tuviera que matarlo.
Sin pensarlo dos veces, creé mis shikigamis de lobos para que fueran a atacar a ese hombre, y al momento en que nuestras miradas se cruzaron, pude sentir un gran escalofrío. Se parecía a mí, sus ojos eran iguales a los míos y teníamos el mismo color de cabello. La maldición de Geto lo lanzó lejos, así que corrí hacia Gojo.
—¡Gojo! —corrí hacia él, estaba preocupada, sin embargo no me podía quitar la mirada de ese hombre; me resultaba conocido.
—Estoy bien, ni me dio tiempo de usar un conjuro, pero conseguí evitar que me atravesara órganos vitales. Y después reforcé la zona con energía maldita y por eso no pudo sacar la hoja. Parece que el sujeto me protegió un poco también, realmente estoy bien. Amanai es la prioridad, yo me encargo de esto, ustedes vayan con Tengen-sama.
—No, yo me quedo.
—¡¿Qué dices, mocosa?! Es peligroso, ve con Geto y protege de Amanai.
—¡Que yo me quedo, sordo! —le grité—. ¡Ese hombre se me hace conocido, maldición! Eres el más fuerte, sí, pero recibe ayuda de vez en cuando. Joder.
El tipo apareció delante de nuestros ojos nuevamente, portaba una nueva espada y tenía una maldición que rodeaba su cuello.
—Oh, el recipiente de la sustancia estelar ya no está. Me hubiera gustado haber acabado contigo con el ataque de antes, ¿me habré vuelto blando? —su mirada nuevamente coincidió con la mía. En verdad imponía—. Y tú, eres usuaria de shikigamis, ¿cuál es tu nombre?
Tragué saliva.
—Kiwa.
—Uh, ya veo. Creo que ahora te recuerdo, eres la hija que dejé en aquel lugar de mal agüero.
Mis ojos se abrieron con sorpresa.
—Perteneces al Clan Zen'in, y yo odio a ese Clan, por lo tanto —apareció a mi lado de un segundo a otro—, también te odio a ti.
Su espada cortó parte de mi pecho y caí al suelo en un vago intento de tomar esa sangre que caía a goterones. Los lobos de jade desaparecieron por culpa de desactivar mi ritual, pero no me lo esperaba, este tipo no tiene energía maldita por lo que es difícil de saber su ubicación y reconocer su presencia. Sin embargo, no me lo creía, este tipo maniático y asesino es mi padre, es ese hombre que me dejó en la calle y fui recogida por esas viejas del orfanato.
—¡Kiwa! —el desgarrador grito de Gojo causó que unas lágrimas cayeran por mis mejillas.
—Uh, ella puede morir por la pérdida de sangre, pero si tiene algo de talento, quizás la reconozca como mi hija y sienta algo de orgullo.
—M-maldito... —mi voz salía en un ronco susurro, pero aún así logré ponerme de pie, ignorando el dolor de mi pecho.
Miré a Gojo y le sonreí, no iba a permitir que su preocupación arruinara su sentido común. Así que él pareció entender y formó una técnica que destruyó gran parte de un edificio de la academia. Formé una sombra de un águila que tomó por los hombros al hombre, así que aproveché ese momento de convertir mi energía maldita en fuego, sople mis dedos, sintiendo algo de dolor en mi pecho por ese mínimo esfuerzo, y la gran llama se dirigió hacia ese hombre, pero cuando la llama se extinguió, él ya no estaba, y tampoco mi shikigami, sino que estaba sobre el techo. Sin ningún rasguño.
Gojo y yo estábamos heridos, pero yo era la más afectada. Sin embargo, no iba a permitir que esta pelea saliera ganador mi supuesto padre. Cuando vi que iba a atacar a Gojo, tomé mis cadenas y las hice girar sobre mi cabeza y mandé a volar al hombre. Caí al suelo ante la brusquedad de esos movimientos.
—Mierda... Kiwa-chan, te dije que no te quedaras.
—Me da igual, moriré algún día. Sin embargo, le hice una promesa a Amanai-chan.
Claro, no podíamos morir las dos aquí, una debía vivir y vivir por la otra. Sonreí y me puse de pie, sintiendo cómo poco a poco la herida de mi pecho se iba sanando. Mis ojos viajaron por todo el espacio, el hombre estaba aquí, estaba corriendo aquí, pero como no tenía energía maldita, no podía sentir su presencia.
—¡Gojo! —grité—. ¡No dudes y hazlo!
Él me miró y asintió para ponerse en posición de su técnica.
—Técnica maldita de rotación: máxima liberación de energía maldita. ¡Resplandor azul!
Todo a nuestro alrededor comenzó a ser destruido, de esta forma él no iba a poder esconderse ni mucho menos realizar un ataque sorpresa. Pero me mantuve al margen, la herida de mi pecho había sido sanada por Kima, o eso creía yo, pero tampoco sentía la presencia de la reina de las maldiciones. ¿Será ese jujutsu de inversión que pueden ocupar algunos hechiceros? Sería genial.
—Kiwa, creo que se fue al bosque, tú anda a ver y yo me quedo aquí para...
Una bandada de bichos nos atacó, creando un punto ciego para nosotros, y yo tampoco tenía una técnica que fuera capaz de destruir de tal forma como Gojo. Sentí un escalofrío en mi espalda al darme la vuelta para mirar a mi padre, quien había enterrado una pequeña arma maldita en el cuello de Gojo. Vi en cámara lenta cómo el cuerpo del más fuerte caía ante mí y yo no pude hacer nada.
—Empiezo a... recordar cómo hacer esto.
Sus verdosos ojos hicieron contacto con los míos.
—Ups, creo que maté a tu novio.
Apreté mis puños ante su actitud.
—¡Hijo de puta! —grité, y juré haber escuchado la voz de Kima.
Me lancé hacia él sin pensarlo dos veces, mi corazón latía de impotencia y tristeza al ver a Gojo ahí en el suelo sin poder moverse. Mis puños intentaban alcanzar a mi padre, pero cada golpe se hacía más lejano para mí, pues era extremadamente rápido ante mis ojos que no podían seguirle el ritmo.
—¿Por qué? —mi pregunta salió cargada de odio—. ¡¿Por qué me abandonaste?!
—Nunca estuvo en mis planes tener una hija, aunque ahora tengo otro, cuyo nombre no me acuerdo, es más, será vendido al Clan Zen'in pero no lo deseo así. Creo que no me he presentado, me llamo Fushiguro Toji. —me tomó de los brazos en un descuido mío y tomó uno de esos para quebrarlo.
Solté un quejido de dolor.
—Eres una Zen'in, así que lo que pase contigo no me importa, sin embargo, eres el recipiente de la reina de las maldiciones. —enterró esa cuchilla en mi abdomen y escupí la sangre que se había acumulado en mi boca.
Me dejó ahí en suelo, mientras veía cómo se alejaba. Ignorando el dolor en mi cuerpo, me puse de pie con mis piernas temblando, él se dio la vuelta para mirarme. Este es el hombre que me abandonó, por lo que si lo mato, nada en mí me haría extrañarlo.
—¿Puedes moverte? Me sorprendes, creo que tienes una fuerza sobrehumana bendecida, puede que en eso nos parezcamos. Deberías venir a trabajar conmigo.
—¡Me niego! No permitiré que hagas lo que quieras.
Junté mis manos.
—Expansión de dominio: mar de fuego adyacente.
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Kiwa || Gojo Satoru
Fanfiction"Le dije que si algún día él se desmoronaba ante alguien, no iba a sentir nada, pero cuando lo vi los ojos antes de caer inconsciente, lo sentí todo". -Kiwa. "Aunque sea tu verdugo, vive, Kiwa, te lo ruego". -Satoru. 🦋 Novela basada en la adolescen...