Kiwa || Gojo Satoru

°•Capítulo 15•°

-Kiwa-

Corríamos por pasillos de la escuela con nervios y seriedad, la idea de que ella estuviera en manos del enemigo me causó rabia y furor, pero debía tranquilizarme, era la primera misión que tenía como guardaespaldas y no algo que requiera asesinar a maldiciones, aunque dado el caso, tendría que hacerlo. Así que estaba nerviosa y emocionada, pues nunca había tenido una misión junto a Geto.

—¡¿Dónde está Amanai?!

—Ahora tiene clases de música, así que estará en el aula de música o en la capilla.

—¡¿Capilla?!

—Esta es una escuela religiosa, Gojo. —le respondí de mala manera.

—Satoru, Kiwa, vayan ustedes a la capilla, Kuro al aula de música, yo iré tras esos desconocidos.

—Entendido.

—Ten cuidado. —le pedí.

Gojo, Kuro y yo corrimos hacia la capilla.

—¡Por eso dije que nos dejara vigilarla de cerca!

—Lo siento, le pedí que me mandara mensajes cada vez que cambiara de sitio.

Kuro se desvió del camino para ir al aula de música, así que Gojo y yo corrimos lo más rápido que pudimos para llegar a la capilla y abrir la puerta de golpe. Yo estaba delante de él con una mano en el pecho después de haber corrido tanto y sin respirar de la manera adecuada.

—¡Amanai! —gritamos al mismo tiempo y con desesperación, quizás asustados de que nuestra misión fallara y el enemigo ya la tuviera en sus manos y muerta.

Todas las chicas nos miraron y sentí algo de nervios, así que me paré derecha y rasque mi mejilla evitando todo contacto visual. Me recordaba a mis años en el orfanato y me sentía algo incómoda ante tal hazaña de recuerdos.

—¡¿Q-qué?! —el grito de Amanai se escuchó por toda la capilla.

—¡Riko! ¡¿Es tu novio?! ¡¿Y ella quién es?! ¡Parece una muñeca de lo pálida que es!

—¡S-son mis primos!

—¡Él es tan alto! ¡Muestranos tu cara! —ese comentario sólo alimentó el ego de Gojo, quien se sacó sus lentes y las miró con seducción—. ¡Wow, está candente! ¡Un momento, ella debe ser su novia! ¡Sh, entonces!

Irritada, tomé de la oreja a Gojo y él se quejó.

—¡Concéntrate, narcisista!

—¡Hey, siéntense todas! ¡No sean mal educadas!

—Pero si a ti también te interesa.

Ay... qué bochorno.

La chica con una coleta se acercó a nosotros.

—Por mucho que sean familiares, no pueden entrar aquí.

—Lo siento, es una real emergencia. —hice una reverencia a la vez que observaba cómo esa chica le daba su número de celular a Gojo.

Sonreí algo fingida, mientras escuchaba a las demás muchachas alegar.

—¿Me pasas ese papelito?

—Ah, claro. —Gojo me pasó y el papel y lo incendié con el fuego que salió de mi poder mágico.

Todas exclamaron cosas respecto a los celos, pero yo no me sentía así, no conocía esa palabra, simplemente no podía dejar que nos desviáramos de nuestra principal objetivo que es proteger a Amanai. Tomamos a Riko y la llevamos fuera de allí.