-Kiwa- Agosto del 2007.
El sol acariciaba mis piernas desnudas mientras que la otra parte de mi cuerpo se mantenía bajo la sombra a causa del gran árbol que había en el patio de esta academia. Bote el humo del cigarro a la vez que cambiaba la página del libro que Geto me prestó. El pañuelo de Amanai decoraba mi cabello corto, que ahora me llegaba a los hombros y un poquito más abajo.
—¿Otra vez fumando?
—Hola para ti también.
Gojo bufo y se sentó delante mío mientras tomaba mis piernas y me acercaba a su cuerpo. Cerré el libro y lo dejé a un lado para apagar el cigarro contra el césped. Apoyé mis codos en mis rodillas mientras mis manos acariciaban sus mejillas y luego su suave cabello.
—La extraño.
—Sí...
Solté un suspiro.
—Ya pasó un año y todo sigue igual. Joder, qué dolor de culo. Odio a todos esos peces gordos, ¿sabes? Cuánto daría por matarlos a todos.
—Es fácil, pero luego los van a reemplazar como los dulces de las tiendas.
—Te volviste un goloso.
Él alzó sus hombros y sacó la lengua. La actitud de Gojo cambió un poco luego de la pérdida de Amanai y luego de casi perderme a mí. No hemos hablado mucho de lo que sentimos, pero creo que no es necesario cuando pasamos la mayor parte del tiempo juntos y mostramos lo que sentimos con afecto. Al inicio se nos hizo difícil abrirnos de esa forma, pues yo no soy afectuosa y descubrí que Gojo sí, requiere mucha atención, es como tener un hijo.
—Ajá, y tú una fumadora compulsiva, deberías dejarlo.
—Y lo haré, no te preocupes. ¿Estuviste entrenando? —le pregunté al verlo con polera.
—Así es. Ahora puedo mantener mi hechizo sin límites y activo casi todo el tiempo con el mínimo recurso.
—De verdad que te convertiste en el más fuerte.
—¡Pues claro! —sonrió orgulloso y me tomó de las mejillas—. Y tú serás la segunda hechicera más fuerte, ¿si?
Asentí y recibí sus labios gustosa. Sus besos siempre eran dulces, y quizás eran por la cantidad de dulces que él consumía, pero no me desagradaba el sabor, y él nunca se quejó del cigarro, pues nunca fumaba de unos de mala calidad y siempre eran con sabores de frutas: específicamente el de sandía. Nuestros labios se movían con lentitud, disfrutando del momento, y cuando su lengua se juntó con la mía, sentí que toqué el cielo.
—¡Wa, me has traicionado!
Me separé de Gojo para mirar a Utahime, quien nos señalaba con cara de pánico. Me reí un poco y me puse de pie para abrazarla.
—¡Yo también te extrañé, Utahime! —besé su mejilla.
—¡Hola, mi Utahime! ¿Viniste a buscarme para salvarte en alguna misión? Sabía que no podías vivir sin mí. —le molestó Gojo mientras se acercaba a nosotras para desordenar el cabello de Utahime.
—¡No, idiota! Venía a buscar a mi queridísima amiga para llevarla junto a Mei al centro comercial y luego beber alcohol.
—¡¿Puedo ir?! —sus ojos brillaban.
—¡No! —respondimos Utahime y yo.
Gojo hizo un puchero y luego sacó de su billetera un fajo de dinero que me lo pasó.
—¿E-eh?
—Que lo pases bien. —sonrió y golpeó mi frente con cariño.
Iba a reclamarle algo, pero él ya se había ido y Mei Mei llegó a nuestro lado con la excusa de que había sentido el olor del dinero hasta su habitación, cosa que me hizo reír.
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Kiwa || Gojo Satoru
Fanfiction"Le dije que si algún día él se desmoronaba ante alguien, no iba a sentir nada, pero cuando lo vi los ojos antes de caer inconsciente, lo sentí todo". -Kiwa. "Aunque sea tu verdugo, vive, Kiwa, te lo ruego". -Satoru. 🦋 Novela basada en la adolescen...