Truth or Dare

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N/A: Sé que si estás leyendo esto es porque eres Camren Shipper, pero eso no es motivo para odiar a un cantante porque no te guste su ship. En lo personal, no me gusta Shawmila, lo cual es extraño pues soy hetero y debería shippear parejas heterosexuales (lo cual hago, no obstante, Shawmila no es el caso). No me gusta Shawmila por el simple hecho de cuán forzada fue su relación al principio – vamos a fingir que ahora se aman –, parecen más hermanos que novios y además la carrera de Camila se está yendo a pique por centrarse más en su relación que en su arte. Esta nota también es para animarlos a no odiar a Shawn Mendes, quien es un buen cantante. Si no te gusta su música, ok, lo respeto pero no lo ofendas ni le tires hate innecesario. En cambio, apoya a tus ídolos con esa misma efervescencia. A Lauren, por ejemplo. En fin, un POV Shawn porque él también tiene que expresar sus emociones de vez en cuando.

Shawn

¿Debería presentarme? No lo sé, todos aquí están más pendientes de Lauren y Camila. Sin reproches, ambas son hermosas. Haré un resumen de mi vida desde que me mudé a Estados Unidos porque a la escritora le apetece y ¿quién soy yo para negarle algo? Tenía a penas nueve años cuando dejé mi casa en Toronto para venir a vivir a Miami, donde mi padre consiguió un mejor trabajo. Conocí a quien sería mi mejor amiga un día tan común como cualquier otro, sin embargo, su amistad me cambiaría para siempre. Era la clase de niña que decía lo primero que le venía a la cabeza sin detenerse a pensar en las consecuencias, no poseía filtro, era auténtica, indiferente para el resto del mundo pero tímida y tierna cuando se quitaba la máscara. A los trece años compartimos nuestro primer beso, pues aquel imbécil osó decir que mi Laur era fea. ¿A caso no se había dado cuenta de su excelsa belleza? Con esa edad ya poseía un rostro angelical, unos ojos cautivadores y una mente brillante. Besarla se sintió muy bien, mas no debía olvidar que ella era mi hermana prácticamente. Y así transcurrieron los años, recordándole cuán perfecta era y buscando métodos para apartar mi ligera confusión hacia su persona. Incluso ese viaje a Canadá sirvió para despejar mis turbados pensamientos y al regresar, como cumpliendo mis plegarias, llegó Camila. No había pasado ni una semana desde que la conocí, no obstante, a cada instante me sentía más atraído por ella. Desprendía tanta vida que me resultaba imposible apartar la mirada de su cuerpo y acciones, como ahora que intentaba atrapar a Laur para “vengarse” por su castigo.

- Acepta la derrota, Cabello. – Se mofó la morena mientras corría por el borde de la piscina, huyendo de la “pequeña fiera”.

- Esta será mi venganza personal y la de todos los mártires anteriores. – Hablaba con una postura estoica demasiado cómica. – Morirás, Jauregui.

Se lanzó contra el pálido cuerpo de mi mejor amiga, haciéndolas caer a ambas al agua. Pasaron unos minutos sin rastro de ninguna en la superficie, por lo cual me asusté. Reaccioné de inmediato, lanzándome a la alberca. ¿Se habrían golpeado la cabeza al caer? Las saqué enseguida, con el miedo agolpándose en mi pecho. Las carcajadas exageradas y melodiosas de la cubana retumbaron gloriosamente en mis oídos, a la vez que la risa de bebé de Lauren me infundió alivio.

- Eres idiota, Cabello. - Dijo Laur entre risas.

- ¡Ayuda! El fantasma de Jauregui me persigue.

Camila se abrazó a mi cuerpo con fuerza en su intento de huir de la ojiverde, sin saber que desataba una ola de excitación en mí. Ocultó su rostro en el hueco de mi cuello y tuve que luchar con todas mis fuerzas para no besarla ahí mismo. Su olor se arremolinaba en mis sentidos, acelerando las palpitaciones de mi corazón y de otras zonas impúdicas. Tragué saliva pesadamente, aún más cuando Lauren posó su mirada en nosotros con una expresión que no fui capaz de leer.

- Mila. – Murmuré contra su cabello.

- No me sueltes, Shawn. – Su arrulladora voz envolvió mis emociones, obligándome a asirla firmemente a mi pecho.

¿Ella o Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora