"fallingforyou"

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Camila

Había soñado innumerables ocasiones con reencontrar a Lauren pero jamás creí que estaríamos así: las dos sentadas en una mesa en la parte de afuera de Havana Café, rasgando los sobres de azúcar para dilatar el momento que más esperábamos y al que más le temíamos. Me regalé el privilegio de observarla detalladamente por primera vez luego de cinco años. Aún conservaba sus pequeñas pecas que le salpicaban el tabique y parte de las mejillas, el cabello era castaño natural y volvía a tenerlo largo, además había adicionado un sexy complemento a su recta nariz caucásica: un piercing de oro. Si antes me gustaba, ahora sólo avivaba mis más impuros deseos.

Un dulce gemido escapó de su garganta al darle el primer sorbo a su café con leche y crema, devolviéndome el zoológico que ella había creado en mi estómago cuando yo tenía tan sólo 15 años

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Un dulce gemido escapó de su garganta al darle el primer sorbo a su café con leche y crema, devolviéndome el zoológico que ella había creado en mi estómago cuando yo tenía tan sólo 15 años. Sus esmeraldas me acariciaron el alma con la misma suavidad del pasado y no podía dejar de preguntarme cómo pude ser tan tonta. Era ella. Desde nuestro primer beso hasta el último momento que compartimos. Desde la primera vez que nos vimos hasta su silueta perdiéndose en aquel aeropuerto. Desde sus llegadas inconstantes a mi orilla hasta su amor varado en mi corazón. Era ella.

- Lauren. – La llamé por lo bajo, animándome a dar el salto a ese pozo desconocido. – Te pido que no me interrumpas porque sino me será imposible seguir hablando. – Ella asintió e hizo un gesto con su mano para que continuara. – Tengo tantas cosas que decirte y tantas preguntas para hacerte que no sé por dónde comenzar.

- Por el inicio es una opción. – Me sonrió divertida. Tuve que corresponderla automáticamente.

- El día que te fuiste, Vero y yo fuimos a buscarte al aeropuerto. De hecho, logré verte antes de que atravesaras la puerta de abordaje. Te llamé pero no me escuchaste. Entonces me di cuenta de mi error: quise castigarte por tus idas y venidas del principio por un simple capricho, para protegerme de mis propios sentimientos. Fui tan inmadura que no me dediqué a darte ese voto de confianza que pediste por mucho tiempo y jugué contigo de una forma que no merecías. – Hice una pausa para encaminar mis palabras. – Y con cada hora que pasaba sin saber algo de ti, mi dolor y amor aumentaban equitativamente. Ya me daba igual si querías estar conmigo o no, sólo imploraba por verte aunque fuese un segundo, porque a tu lado un segundo significa vivir, y sin ti mi vida dejó de moverse. Pasé cinco años en pausa, esperando por ti para decidir por mí.

- Camz. – Mi vientre se retorció de alegría al escuchar el pretérito mote. – Yo…

- Entiendo que esto sea demasiada información para ti en poco tiempo.

- Es que necesito interiorizar lo que acabas de decir, Camz. – Tomó mi mano por encima de la mesa, desatando un familiar calor en mi piel. – Me alejé de ti porque creí que era lo correcto en ese momento. Y realmente lo fue. Tú me tratabas como esa segunda opción que no deseaba ser. Yo necesitaba ser tu todo, Camz, y en ese entonces ninguna sabía cómo manejar los sentimientos. – Su pulgar comenzó a hacer espirales en mis nudillos. – Dime una cosa, Camila. ¿Qué sientes por mí?

¿Ella o Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora