The Simple Pleasure Of Doing It

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Lauren

Estaba adaptada a tragar mis lágrimas, a fingir que era una persona dura y para nada emotiva. Llevaba tanto tiempo ocultando mis sentimientos y cargando esta pesada máscara, que a veces me costaba aceptar la verdad para mí misma. Por eso, el nudo formado en mi garganta al ver a Shawn y a Camila juntos, lo adjudicaba a una futura amigdalitis. La sonrisa de mi mejor amigo nunca había sido tan exuberante, ni su voz se había teñido de tanto orgullo para pronunciar las palabras que tanto herían a mi corazón enamorado. “Novios”. Su amistad se había transformado en noviazgo y allí iban a morir una vez más mis reducidas esperanzas. No era más que un puñado de cenizas esparcidas en un recóndito paraje, esperando fusionarme con la tierra y eliminar mi existencia. Las felicitaciones no tardaron en llegar, así que tuve que apañármelas para sonar sincera, sin importar que mi interior doliera como nunca antes. Una hora conviviendo con la pareja feliz sería demasiado para soportar. Ni siquiera mi autoayuda psicológica del domingo sirvió para prepararme. Por eso me refugié en el baño, deseosa de poder destruir mi escudo y llorar como no había tenido la oportunidad. A penas pude ahogar un sollozo cuando el rostro de Vero fue mostrado a través de la puerta del cubículo. Sus cálidos ojos marrones me analizaron con detenimiento, incapaces de transmitir pena por mí. Y se lo agradecía. La lástima era algo con lo que no podía lidiar, mucho menos en una situación así. Se sentó frente a mí, en las asquerosas baldosas de un baño escolar, no obstante, mi frustración era mayor que la consciencia higiénica en ese momento. Sacó un cigarro de su mochila junto a un encendedor. Observé sus movimientos en un agónico silencio, siendo envuelta por el denso humo blanco que expedían los labios de la latina. Acercó el dañino cilindro a mí, en espera de mi decisión. Lo tomé temblorosa, no es porque fuera el primer cigarrillo que fumaba, sino porque aún me sentía frágil debido a mi llanto. La nicotina relajó cada uno de mis músculos, mientras el alquitrán penetraba mis pulmones para eliminar inservibles años de vida. Refugiarme en un vicio no iba a ser la solución pero al menos suprimía un poco la incesante carga de pensamientos que me bombardeaba el cerebro. Siempre había considerado fumar como un acto inservible, y aquí estaba yo muchos años después con un corazón roto, siendo una hipócrita de primera.

- Mereces mucho más que esto, Lo. – Habló luego de un considerable período de tiempo.

- Lo amo, Vero. Lo amo tanto que me duele ser considerada su estúpida hermana, su mejor amiga, su Laur que jamás podrá ser más que eso. Me duele que una chica recién llegada robe su atención y su corazón, mientras que yo en siete años no haya logrado más que un beso de lástima y pase V.I.P permanente a la friendzone. – Solté con amargura. – Y no odio a Camila, ya no más. Me odio a mí misma por ser incapaz de que él se fije en mí y por ser tan patética. Nunca nadie me va a amar.

- Deja de decir esas cosas, Lauren. Eres una chica espectacular y el hecho de que Shawn te vea como su amiga, no quiere decir que el resto de chicos también. Te has pasado más años pendiente a él que has ignorado tu alrededor. ¿Sabes cuántos chicos babean por ti? Incluso múltiples chicas suspiran por tus ojos verdes. ¿Dónde quedó mi ególatra amiga que tiene autoestima para repartir? ¿Dónde está la Lauren segura de sí misma?

- Nunca existió, Verónica. Nunca he sido esa chica que todos creen que soy. He pasado mi vida fingiendo ser quien no soy sólo para encajar, para tener amigos… – Una fuerte bofetada detuvo mi destructivo monólogo. Miré atónita a mi amiga con una mano sobando mi enrojecida mejilla.

- Escucha bien, Lauren Michelle Jauregui Morgado, que sea la última vez que digas esas cosas sobre ti. Volveré a golpearte si es necesario, pero no permitiré que denigres tu personalidad sólo porque Shawn tiene novia. Te conozco desde el kínder y puedo afirmar que eres una de las mejores personas que agotan los recursos naturales en este podrido mundo. Me importa una mierda si estás enamorada de él porque tú tienes más opciones que hundirte en tu propio dolor; no voy a dejar que te opaques por un sentimiento que ya raya la obsesión. Disculpa si mi sinceridad te molesta, aunque como tu mejor amiga ese es mi deber. ¿Sabes qué necesitas? Aceptar las citas que te han llovido y has rechazado por mantenerte fiel a alguien que te quiere exclusivamente como amiga. No puedes desperdiciar tu juventud aferrada a él con la menguante fe de que te amará de la misma forma que tú. Debes conocer a otras personas; vivir tu vida por primera vez.

¿Ella o Yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora